170 Papás Noel para el Hospital Can Misses

Los alumnos del colegio Cas Serres confeccionan, un año más, postales navideñas para los pacientes hospitalizados en Can Misses

Personal del Área de Salud pitiusa reparte las felicitaciones entre muestras de agradecimiento de los ingresados y sus familiares

Navidad. El colegio Cas Serres hace posible, un año más, que la alegría navideña de sus alumnos viaje hasta el Hospital Can Misses a través de las postales que han diseñado. Personal del Área de Salud las repartió este jueves entre pacientes ingresados en las unidades de hospitalización de Medicina Interna, Traumatología y Especialidades médicas. El objetivo es conseguir que su estancia sea más llevadera en estas fechas prenavideñas.

Alumnos de todos los cursos del colegio de Cas Serres han estado estas dos últimas semanas inmersos en la purpurina, el pegamento, las cartulinas y la escritura de las felicitaciones de Navidad con las que cada año hacen posible que la ilusión que caracteriza estas fiestas contagie, también, el ambiente del Hospital Can Misses. Alrededor de 170 postales navideñas llegaron este jueves por la mañana a pacientes ingresados. Este colegio público organiza la actividad desde hace ocho años (se han hecho siete entregas debido al parón de la pandemia) y, en el caso de Infantil, las familias han ayudado a sus hijos a elaborar en casa las dedicatorias que contienen las tarjetas.

«Mi esposo se ha emocionado, le ha gustado mucho y para mí eso es lo más importante. Si le veo contento, yo también lo estoy», expresa Maria Jesús Ramon justo cuando su marido, el paciente Fernando Illera (de 70 años), ha terminado de leer el texto de la postal que ha escogido de entre las 170 que los trabajadores del Área de Salud Inma Soler y Domingo Martínez traen en una caja. «Espero que te llegue la carta y que cuando te recuperes te vaya bien en la vida. Feliz Navidad», le lee Soler, a lo que este matrimonio responde con muchos agradecimientos para los escolares y los organizadores. «Es una maravilla, mis mismos deseos para ti», responde Fernando con la postal aún en sus manos.

«Gracias de corazón»

Maria Jesús valora este «emotivo» detalle: «Me parece una iniciativa muy bonita, creo que da ánimos a quienes están enfermos en estas fechas tan familiares y les da una alegría. Estamos muy contentos y esperando que se recupere para poder volver a casa». Por ello, da las «gracias de corazón» por este gesto, que les hace llegar a los pacientes todo el cariño que desprenden los niños en sus textos y en la trabajada decoración de las cartulinas. La mayoría incluyen el deseo de una pronta recuperación del hospitalizado, a quien le desean que pueda estar rodeado de los suyos durante estas fiestas, ya sea estando en el hospital o ya con el alta.

El agradecimiento es tal que, tras la entrega, algunos buscan ponerse en contacto con el colegio Cas Serres para agradecerles personalmente estos regalos. «Nos han pasado cosas muy chulas. Nos llamó la hija de una mujer que estaba ingresada, diciéndonos que por favor diéramos las gracias a los niños que lo habían hecho, porque había sido algo precioso y que le había animado muchísimo», cuenta la directora, María Roldán, quien puntualiza que esto es algo que les ha ocurrido con varias familias: «Llaman al día siguiente».

De hecho, no hay duda de que son postales genuinas. En palabras de Roldán, «son muy frescas» porque son los propios niños quienes las escriben: «Son frases que salen de ellos, incluso con alguna pequeña falta de ortografía o alguna expresión que es muy de niño». Elementos que hacen que este obsequio analógico sea entrañable, más auténtico, más sincero.

Las postales navideñas de los alumnos de Cas Serres llegan un año más al hospital Can Misses

Toni Escandell Tur

Otro de las pacientes agasajados este jueves con una postal es Bartolomé Ribas, de 89 años, a quien se le dibuja una sonrisa de oreja a oreja cuando le leen el texto correspondiente. «Me parece muy bien y muy bonita, con mucho gusto», señala. Ribas apunta que «lo principal» es «pasar todos unas buenas fiestas con salud y alegría» y expresa un deseo de Navidad: «Que el mundo sea feliz y que no haya guerras». Igualmente agradecido se muestra Francesc Escoda (79 años), que es el primer paciente que recibe la felicitación, que dice así: «Soy Maialen. Te deseo una feliz Navidad, un beso y un abrazo». Escoda da las gracias y la observa con atención un buen rato, sentado en su sillón al lado de la ventana.

La iniciativa surgió porque el colegio Cas Serres quería organizar algo «que saliese de las paredes del centro»

El celador Domingo Martínez y la administrativa de Personal subalterno, Inma Soler, habían recogido las postales previamente, a las diez de la mañana, tocando la puerta clase por clase y portando gorros (verde y rojo) de Papá Noel. Desde los tres años de edad hasta sexto de Primaria. Preguntadas por la importancia de este detalle, las alumnas Nagore, Nor y Ainhoa, de tercero de Primaria, destacan que las postales sirven «para que los enfermos se animen y estén contentos, y también para que se mejoren». Un mensaje, este último, en el que todos los colegiales insisten. Además, afirman que se lo han pasado genial durante el proceso de colaboración. «Hemos utilizado una cartulina y pegamento para pasarlo por un círculo en el que luego hemos pegado un dibujo que hemos hecho. También le hemos añadido purpurina», detalla Nor justo después de depositar su obsequio en la caja que se llevarán Martínez y Soler cuando ya hayan pasado por todas las aulas. Rayan y Éric, junto con sus compañeros de clase Alaa, Samava y José, celebran que de esta manera las personas ingresadas sentirán en todo momento «que están con alguien en estas fiestas».

«Todos los chicos han ido alguna vez a Can Misses cuando han estado enfermos, así que tienen algún vínculo con el hospital, saben lo que significa, y lo viven con mucha alegría e ilusión», comenta Susanna Cano, maestra de Infantil, mientras los alumnos de tres años salen al hall del centro y se sientan en el suelo en semicírculo mientras esperan a que los trabajadores se acerquen a ellos con la caja para poder depositar sus felicitaciones navideñas.

Entrega en el hospital

Los trabajadores Domingo Martínez e Inma Soler reparten las postales

El reparto de tarjetas comenzó en las plantas de Medicina Interna F y G, donde a Domingo Martínez e Inma Soler les recibieron los supervisores de enfermería Beatriz Lerma y Manuel Ginés. Están «especialmente dirigidas a los ingresados en las unidades de hospitalización de Medicina Interna, Traumatología y Especialidades médicas».

Postales «para sentirse acompañado» de los niños de Cas Serres

Los escolares desean una pronta recuperación a los pacientes en sus tarjetas navideñas

«Ojalá que te mejores, te recuperes pronto y vengan a verte tus familiares». «Espero que te recuperes enseguida, puedas ver a tu familia y pasarlo bien. Feliz Navidad». «Que tengas un 2024 muy feliz». Estos son sólo algunos ejemplos de las 170 felicitaciones de Navidad que se leen, escritas de puño y letra por los alumnos del colegio Cas Serres, en las postales que este jueves se repartieron entre los pacientes hospitalizados en Can Misses. Van acompañadas de emoticonos, dibujos, corazones, estrellas y abetos adheridos a la cartulina, decoraciones hechas con pajitas y otros materiales. «Primero hicimos en sucio lo que íbamos a escribir y después nos lo corrigió nuestra profesora. Elegimos un color de tarjeta y la escribimos. Nosotros podíamos decorar la postal de alguna de esas cuatro maneras», explica un entusiasmado Zayd, de nueve años, mientras señala el mueble del aula sobre el que hay colocados cuatro modelos de diseño. ¿Y cuál es la intención? Zayd y sus compañeras de clase Brigitta y Jackeline, de cuarto curso, lo tienen claro: «Esto es para que se sientan bien y se animen, que noten que están con alguien. Sirve para que uno se mejore y se sienta acompañado». Laur, de seis años, explica que ha usado pintura, purpurina y una pegatina con forma de estrella para decorar el árbol de Navidad que lleva su cartulina: «Ha sido difícil», reconoce, no sin afirmar que se lo ha pasado en grande. Diego y Martín, de la misma edad, se muestran satisfechos: «Es una manera de animar a quienes están en el médico y de que tengan un regalo».

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