Nueva vida para sa Fontassa en Santa Gertrudis

No son pocos los vecinos de Santa Gertrudis que, al llegar a la ballada en sa Fontassa, confiesan que no habían estado en el lugar, aunque solo se encuentra a un par de centenares de metros del centro del pueblo. Hasta hace apenas dos años, el entorno de esta fuente, y buena parte del sistema hídrico que regaba, estaba completamente cubierto por la vegetación.

El empeño de varios vecinos ha servido no solo para retirar la vegetación que tapaba la fuente y las canalizaciones, entre un entramado de muros de piedra que recuerda a es Broll de Buscastell, sino que este conjunto patrimonial va a ser protegido por el Consell de Ibiza como Bien de Interés Cultural (BIC).

El pueblo también recupera ahora el espacio como punto de encuentro de una fiesta del Grup de ball tradicional de Santa Gertrudis, que celebra así su cuadragésimo aniversario. Esta conmemoración estaba prevista el pasado 5 de noviembre, dentro del programa de las fiestas patronales, pero la mala previsión meteorológica por la borrasca ‘Ciarán’ aconsejó posponer la cita.

Nueva cita

Un mes después, la colla y los vecinos pueden juntarse por fin en sa Fontassa y recuperar así una antigua tradición. «Se han encontrado documentos que indican que aquí, antiguamente, se celebraba una ballada el 10 de julio», detalla la presidenta de la agrupación folclórica, Maria Roig.

"Ya que se ha conseguido desbrozar todo, pensamos que estaría muy bien aprovecharlo para hacer una fiesta cada año"

Ahora, la intención es que esta fiesta se convierta en una cita más de sus fiestas patronales y en la segunda ballada anual que, junto a la de es Pou de Gatzara a principios de octubre, se celebre en Santa Gertrudis. «Ya que se ha conseguido desbrozar todo y la intención es que el Consell pueda recuperar todo el espacio, pensamos que estaría muy bien aprovecharlo para hacer una fiesta cada año», destaca Roig.

Ella misma es una de las numerosas vecinas del pueblo que desconocía la ubicación exacta de sa Fontassa hasta que se retiró la vegetación. De hecho, en un libro dedicado al patrimonio hídrico de Santa Gertrudis (’Aigua Viva’, volum 3), su autor Josep Joan, Xumeu, ilustró con una foto equivocada el capítulo dedicado a sa Fontassa.

«Gente del pueblo me dijo que la fuente era el conducto que hay allí debajo al lado del puente [en el camí de sa Fontassa, a menos de un centenar de metros del lugar de la ballada]. Después, al ver la foto del libro, otro vecino [Pep Fontasser] nos dijo que estábamos equivocados y, al final, se consiguió desbrozar todo este entorno», recuerda entre risas Xomeu.

En enero de 2020, los vecinos reclamaron por primera al Consell de Ibiza que se protegiera sa Fontassa como BIC

El propio Xomeu, ex maestro y estudioso de todos los pozos y fuentes de la isla, se encarga de ofrecer una charla explicativa entre la ballada y el resto de actividades programadas, principalmente juegos populares. Para la ocasión, se ha colocado un cartel informativo, junto a sa Fontassa, con un texto de Antoni Ferrer Abárzuza, el historiador que ha elaborado el informe técnico que avala la inminente protección de este conjunto patrimonial como BIC.

Informe histórico

Como detalla el texto de Abárzuza, en 1998 se recogieron fragmentos cerámicos de época andalusí en las cercanías de la fuente. A pesar de este origen árabe, la mayor parte de la infraestructura en piedra se habría levantado el siglo XVIII o ya en el XIX.

Además de sa Fontassa, protegida por una bóveda con arco apuntado, en el torrente se distribuye un entramado de acequias y siete balsas, antaño alimentadas por el caudal de la fuente, que formaban el sistema de regadío de otros tantos huertos.

En enero de 2020, los vecinos reclamaron por primera al Consell de Ibiza que se protegiera sa Fontassa como BIC. Pocos meses después, se llevaba a cabo la primera campaña de desbroce del Ayuntamiento de Santa Eulària, a la que se sumó otra del Consell en octubre de 2021, que permitió estudiar el conjunto patrimonial.

La recuperación de sa Fontassa se ha acompañado de otro logro largamente reivindicado por la asociación de vecinos de Santa Gertrudis: el derribo de la vieja depuradora del pueblo, que llevaba una década en desuso y afeaba todo un entorno rústico en plena zona forestal.

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