Ceden al Consell de Ibiza el uso de la torre de sa Blanca Dona para poder restaurarla

La institución y la familia propietaria firman un convenio de cesión de 50 años de duración para poder reformar y conservar esta edificación del siglo XVI, que será visitable

Aunque el estado de conservación física es precario, el volumen se mantiene íntegramente

Tras un lento camino burocrático, ya se ve la luz al final del túnel. La reparación de la torre de sa Blanca Dona, ubicada en Puig d’en Valls, está más cerca de ser una realidad. El Consell de Ibiza, en quien recaen las competencias, ha dado comienzo a los trabajos de consolidación para, seguidamente, iniciar las obras pertinentes de restauración.

Este avance se escenificó este martes delante de la propia torre —ante los medios— mediante la firma, por parte de la propiedad (la familia Marí) y el Consell, del convenio mediante el cual se cede el uso durante 50 años a la máxima institución insular. Esto permite al departamento de Cultura, Patrimonio y Educación ejecutar las mejoras necesarias y hacer que, una vez restaurada, la torre sea visitable en un horario concreto y en coordinación con el Consell. Cabe recordar que es Bien de Interés Cultural (BIC) con tipología de Monumento.

"Esta torre tiene mucho interés tipológicamente, está muy bien conservada y es de las únicas que mantiene los elementos ofensivos, pero corría un grave peligro porque, debido al tráfico rodado y, sobre todo, al tráfico pesado, se habían desplazado las piedras de la base", explicó la consellera Sara Ramón minutos antes de la firma. Ante tal situación, se encargó un proyecto de restauración al arquitecto Juan José Serra, para lo que se contará con 151.791 euros de los fondos europeos Next Generation. Concretamente, el dinero proviene del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que se puede conceder a los BIC tanto públicos como privados.

El Consell pagará una pequeña parte adicional debido al incremento de precios, según apuntó la técnica de Patrimonio, Lina Sansano. Tanto ella como la consellera expresaron que "los pasos administrativos siempre son más largos de lo que uno querría". "Quiero dar las gracias a la familia por su colaboración", señaló Ramón.

Una primera fase de urgencia

Actualmente está en marcha una primera fase de trabajos, la de consolidación, para evitar la caída de la torre. En la mañana de este martes, mientras los operarios trabajaban, ya estaba cortado al tráfico el camino de sa Blanca Dona con un cartel que remite al acceso alternativo por la carretera de Sant Antoni.

El camino de sa Blanca Dona, ayer cortado al tráfico.

El camino de sa Blanca Dona, este martes cortado al tráfico. / Vicent Marí

"Después [de esta fase de consolidación] tenemos el proyecto ejecutivo y trabajaremos paralelamente en lo que es la licitación de la restauración y conservación de la torre al completo", añadió Ramón.

La empresa Construcciones y Mejoras Sa Torre se está encargando de esta fase de urgencia y Ana Payer, jefa de obra, calcula que antes de Navidad podría estar terminada: "La torre se quedará con toda la maya puesta y la eslinga para sujetarla en el caso de que haya algún desprendimiento y reforzaríamos todo lo que es la base, que es de unos dos metros. Hay que hacer todo el rejunte, reponer todos los sillares que se han perdido e inyectar un mortero de cal por dentro para que se consolide".

El Ayuntamiento de Santa Eulària deberá estudiar qué hacer para reducir el impacto del tráfico en este camino

En la presentación de este martes también estuvo el arquitecto Serra, quien confirmó que "esta primera fase es de conservación y consolidación de la base, que es por donde se suelen caer" las torres. Se estima que es del siglo XVI "o un poco posterior".

El arquitecto celebró que se conserve prácticamente íntegra porque "casi todas" las torres en su momento se derrocaron parcialmente o se descabezaron. La de sa Blanca Dona se trata de las pocas "que presentan toda la altura al completo". Además, incluso en el caso de que se produzca algún tipo de problema con los elementos conservados, podrán reconstruirse igual a como estaban antes, según comentó Lina Sansano: "Hace un par meses encargamos un estudio 3D y se ha realizado el escaneo de toda la torre por dentro y por fuera".

El arquitecto señaló las dos vigas del matacán, "que era una especie de balcón que servía para controlar la puerta", situada justo debajo, "y lanzar piedras y disparar". Dicha puerta da a la propiedad de la familia Marí, no al camino, por lo que se prevé tumbar parte del muro de la casa de este terreno para que cuando se concierten visitas no haya que entrar en su casa.

En la coronación de la torre se conserva íntegro el parapeto defensivo, dotado de cuatro troneras tipo aspillera que permitían controlar todo el perímetro. Una peculiaridad es que para acceder a la primera planta había una escalera de caracol y quedan algunos restos de ello. "Yo tengo documentadas como mínimo tres torres [con este tipo de escalera]", explica Serra.

Una escalera de caracol

"En el proyecto, en la fase definitiva, que ahora está en revisión y cuya ejecución saldrá a concurso, tenemos contemplado reconstruir la escalera, pero separada. También será de caracol, hecha de piedra, pero no estará enganchada a la original, para que quienes entren tengan la misma sensación que tenían quienes entraban antes", añade el arquitecto.

Lina Marí, a modo de portavoz de la familia propietaria, aseguró que están "muy contentos": "Sufríamos mucho por las piedras de arriba, que caían, y como no hay acera... Y también por la velocidad que se gastan algunos por aquí". Seguidamente, hizo referencia a otros factores que afectan a la torre: "La fábrica de luz también influye, porque cuando ponen las máquinas en marcha nuestra casa a veces tiembla... Los cristales. Pues imaginad la torre".

La consellera Sara Ramón y la propietaria Lina Marí firman el convenio de cesión de uso.

La consellera Sara Ramón y la propietaria Lina Marí firman el convenio de cesión de uso. / Vicent Marí

Por otro lado, el Ayuntamiento de Santa Eulària deberá decir qué hacer con el camino de sa Blanca Dona con el objetivo, entre otros, de reducir el impacto del tráfico en la torre. Este martes, tanto Lina Marí como la concejala de Puig d’en Valls, Susi Ribas (además, acudió el también concejal de la localidad Toni Marí), manifestaron, en conversación con este diario, que se hablará de las diferentes opciones, pero que aún no hay una decisión tomada.

Marí, portavoz de los cuatro hermanos propietarios, se mostró favorable a restringir el tráfico: "Hemos comenzado a hablar de este tema y no es a raíz de la torre. Hace tiempo ya se comentó de hacer algo porque había camiones y empresas que transportan cosas de peso", aunque la propietaria matizó que se ha mejorado en este sentido. La concejala dijo que "poco a poco se ha ido quitando lo grande", pero que aun así se nota el paso de vehículos.

Lina Marí, representante de la familia propietaria.

Lina Marí, representante de la familia propietaria. / Vicent Marí

Lina Marí hace referencia a que cerca hay "muchas fábricas y empresas" y que pasan autocares. Asimismo, en verano también hay taxis que circulan por este camino. "Nosotros queremos que continúe siendo un camino", concluyó Marí ante los medios.

La torre ha perdido parte del enlucido original

La torre de sa Blanca Dona «conserva buena parte del enlucido exterior original, si bien este ha desaparecido en algunas zonas», explican desde el Consell, quedando a la vista de todos la mampostería dispuesta en espiga. «Este deterioro se ha hecho especialmente profundo en zonas próximas a la coronación, debido a las humedades provenientes de la cubierta y el parapeto, y en el zócalo, por las humedades de capilaridad, con pérdida total del mortero de juntas», añade la institución en un comunicado al respecto.

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