Entrevista | Eric-Jan Harmsen Empresario, músico y productor musical

Eric-Jan Harmsen, empresario, músico y productor musical: «Speakeasy funde el alma de mi mujer, la gastronomía, con la mía: el jazz»

El conocido empresario holandés Eric-Jan Harmsen afronta la etapa más feliz de su vida con un nuevo proyecto: Speakeasy. Este nuevo bar, restaurante y café concierto abrirá de miércoles a sábado como un refugio para los amantes de la buena cocina y el jazz más vibrante gracias al talento de su propietario al frente del piano y su extensa colección musical.

Eric-Jan Harmsen en Speakeasy, en la calle ses Figueres, 5.

Eric-Jan Harmsen en Speakeasy, en la calle ses Figueres, 5. / Vicent Marí

Tras 30 años al frente del mítico Teatro Pereyra, Eric-JanHarmsen volverá a ser el epicentro musical de Speakeasy, el nuevo restaurante café concierto que ha inaugurado en Talamanca. «Soy dj en vivo, pincho mi gran colección de jazz y la combino con mi improvisación al piano», destaca el músico, que basa el concepto del local en los bares clandestinos de EEUUdurante la Ley Seca.

La vida de Eric-Jan Harmsen ha estado siempre vinculada de algún modo a la música. Aunque su padre no quería que tocara el piano, su abuelo le regaló uno de pequeño tamaño cuando era un niño, y su madre se encargó en secreto de que este instrumento le acompañara a lo largo de su infancia y juventud en los internados en los que vivió. Con 26 años llegó a Ibiza, y con 29 ya tenía tres hijos y un proyecto musical increíble en la isla: el Teatro Pereyra. Ahora, el músico y productor abre un nuevo espacio que conjuga la gastronomía y el jazz: Speakeasy.

Arranca un nuevo proyecto: un bar, restaurante y café concierto en Ibiza. ¿Qué se va a encontrar quien vaya a Speakeasy?

Speakeasy es la combinación del alma de mi mujer, la gastronomía, y la mía, el jazz. Fundé el Teatro Pereyra y trabajé en él durante 30 años, todos los días, sin vacaciones. Después lo devolví a la propiedad y ahora tengo algo que es mío. Tras este tiempo fuera pensé que, si volvía a trabajar, tenía que ser en algo que esté en balance con mi alma. Y creé este proyecto junto a mi mujer.

Se convirtió en músico en el piano del Teatro Pereyra, ¿seguirá tocando en Speakeasy?

Desde niño sentía mucho interés por la música, pero nunca recibí clases. Las clases me las han dado todos los músicos que han tocado cada noche en el Teatro Pereyra. El jazz es mi música. Tengo una colección de jazz increíble que voy a pinchar y un piano para tocar en vivo en Speakeasy. Seré dj y músico a la vez, voy a tocar en directo con figuras como Miles Davis. He hecho venir a gente de fuera para crear un equipo de música de alta fidelidad analógico que es increíble.

La música tiene gran protagonismo, ¿qué hay de la gastronomía?

Tenemos una terraza con una cocina más sencilla y copas a precios asequibles. La sorpresa está dentro. En el aseo del restaurante he hecho un espejo muy grande: detrás entras en un mundo de sueños sin igual. Allí se puede disfrutar de la gastronomía del mejor jefe de cocina que he conocido: un cocinero de verdad, no un ego con piernas. Presenta un menú gastronómico con cinco pases, donde puedes encontrar algo de la tierra, algo del mar y una propuesta para vegetarianos; y otro menú de dos pases con un solomillo de alta calidad como protagonista. Ambos cuestan 49 euros. Queremos que pueda venir todo el mundo.

Siempre ha ido en contra de la Ibiza del lujo...

Speakeasy, como ya era el Teatro Pereyra, va a ser un lugar sin zonas VIP, sin privados. Soy el contrapunto de Platja d’en Bossa. Aquí puedes tomar una caña por 3,50 euros, o una botella de agua por 2,50. Además, acabo de comprar más de 530 botellas de vino de todo el mundo, algunas de las cuales no tiene nadie en la isla, e incluso las más caras las voy a vender por copas. Quiero que aquellos que no puedan permitirse comprar una botella puedan decir que han tomado un Vega Sicilia o un Benjamin de Rothschild, por ejemplo.

Ibiza ha cambiado mucho desde que usted llegó, a finales de los 70. ¿Cree que a día de hoy volvería a sentir ese flechazo que le llevó a quedarse en la isla?

Creo que sí. La magia de Ibiza vive en la tierra. No hay mucha construcción, realmente. Vivo en la zona natural más protegida de la isla, en una casita de 98 metros en la que solo cabemos mi mujer, mi piano y yo. Es nuestro paraíso.Llegó a la isla a finales de los 70, y en los años 80 abrió el Teatro Pereyra.

¿Cómo recuerda aquella época?

Logramos abrir el Teatro Pereyra y convertirlo en el centro social del ibicenco. Podías sentarte de día en su terraza y tomar un café, que costaba 60 pesetas. Y muchos clientes se quedaban sentados allí, sin consumir nada más, durante horas. Por la noche llegaba la música, aportando esa faceta cultural tan necesaria en cualquier pueblo o ciudad. Era una época en la que no había teléfono, ni fax...

¿Cómo cambió el Teatro Pereyra la ciudad de Ibiza en esos primeros años?

Antes de abrir, toda esa zona era oscura. En la plaza del Parque había muchos pinos y aparcamientos, no había locales; en la calle de las farmacias solo había farmacias; y al ser una zona próxima a sa Penya había robos, drogas... Con el Teatro Pereyra toda esa zona cambió: había luz y gente 22 horas al día. Todo se revalorizó.

Treinta años después de su apertura, llegó el cierre del Pereyra, ¿cómo afectó eso a su vida?

Después de treinta años trabajando todos los días, la noche del cierre decidí no ir. Durante el día, estuve allí llorando junto a amigos y clientes. Al fin y al cabo, el Teatro Pereyra fue una parte de mi vida. Amo el Pereyra. Admiro la reforma que han hecho y les deseo lo mejor. Nunca he tenido celos ni rencor. Además, un gran amigo mío, Nacho Cano, que considero patrimonio músico-artístico de este país, se va a encargar de la producción musical.

Pasó más de 80 días en la UCI cuando enfermó de covid en 2020. ¿En qué momento vital se encuentra?

Fui el primero en contagiarme de covid y estuve 82 días en coma. Cuando desperté, no me podía mover ni hablar, pero sí escuchaba lo que decían a mi alrededor. Pensé que me quedaría así para siempre. Pero me recuperé, y unos meses después le pedí matrimonio a la que ahora es mi mujer. He pasado momentos complicados pero nunca he sido tan feliz como ahora. Un motivo más para comenzar un proyecto como Speakeasy.