Aniol Esteban: «La conservación del mar debe ser política de Estado»

Se trata de una «hoja de ruta» cuyo objetivo es mejorar la calidad del mar y el litoral de Baleares

El director de la FundaciónMarilles, Aniol Esteban.

El director de la FundaciónMarilles, Aniol Esteban. / Vicent Marí

El director de la Fundación Marilles, Aniol Esteban, tiene claro que la sociedad balear -ya sea política, empresarial o cívica- tiene una «obligación moral» con la protección del mar, premisa «esencial» para la «prosperidad económica» de las islas y para sectores tan relevantes como el turismo, la pesca o la náutica.

Por ello, Esteban no tienen ninguna duda en afirmar que esta protección del mar debe ser una «política de Estado» porque, a pesar de que Baleares tiene uno de los mares mejor conservados del Mediterráneo, hay «margen de mejora» y, según aprecia, en las últimas décadas se ha perdido e, incluso, reducido, la diversidad de especies y la cantidad de las mismas: «El tesoro que tenemos debajo de las aguas ha perdido brillo y color y tenemos que trabajar para protegerlo», reivindica.

Aniol Esteban participó en la tarde de ayer en el debate del Foro Marino, celebrado en la sala capitular del Ayuntamiento de Ibiza, en una jornada en la que se dieron a conocer los cinco ejes del llamado Pacto Azul. Una «hoja de ruta», o en símil marítimo una «carta náutica», para mejorar el mar y la costa balear y al que ya se han sumado más de 200 empresas y entidades sociales.

Para el director de la Fundación Marilles, es necesario precisar que este Pacto Azul no es un documento cerrado sino una «propuesta» en la que los compromisos sobre los que se fundamenta y las fórmulas de implementación se deben «dialogar, debatir y hablar». «No es una puerta cerrada, pero sí un camino marcado muy claro para mejorar el estado de nuestro mar», insiste.

Sin tinte ideológico

El Pacto Azul, presentado ante el Parlament balear en marzo, antes de los comicios electorales, con el fin de arrancar el compromiso de todas la clase política porque la protección del mar «no es de izquierdas o derechas», dice, plantea cinco ítems.

El primero de los puntos hace referencia a que el 10% del mar balear sea declarado santuario o refugio marino. Esta premisa va ligada al objetivo internacional 30x30, es decir, llegar al 30% de superficie marina protegida en 2030, y que enlaza con un segundo objetivo, que es lograr un 10% de superficie altamente protegida. Actualmente, Balears habría ya logrado el objetivo 30x30 al contar con más de un 40% de superficie con alguna figura de protección pero, en cambio, solo tiene un 1,7% de superficie altamente protegida. Para Esteban, que se empeña en hablar en positivo, reconoce que será «difícil, pero es perfectamente asumible».

Liderar el cambio

Destaca que, a pesar de las exiguas cifras de superficie altamente protegida, las islas son líderes a nivel estatal en protección marina: «Es como decir que somos el mejor alumno de una clase que suspende», reflexiona. Y asegura que, con estos datos, Balears tiene la «oportunidad de ser punta de lanza y liderar» un cambio en lo que a la conservación se refiere.

El segundo compromiso va relacionado con la puesta en marcha de planes de conservación y recuperación de hábitats y especies vulnerables que han ido desapareciendo en los últimos años, además de reclamar inversión en el seguimiento de estas mismas especies. Entre algunos de los ejemplos, el máximo dirigente menciona la foca monje, el pez guitarra o el angelote.

Garantizar una pesca sostenible y acabar con el furtivismo y el comercio fraudulento es otro de los puntos del Pacto Azul. Para Esteban, se debe seguir trabajando para poder «seguir pescando haciendo menos daño». En este apartado, destaca el buen trabajo de las cofradías de pescadores de Ibiza con la creación de un comité de cogestión o la promoción de la marca ‘Peix nostrum’.

La mejora de la calidad de las aguas y la realización de una auditoria del sistema de aguas y del alcantarillado conforman el cuarto punto. Aniol Esteban tacha de «alucinante» que en pleno siglo XXI todas las islas hayan tenido que cerrar en algún momento alguna playa por contaminación fecal. «No es solo un problema del Govern balear, también es de los ayuntamientos, que necesitan un plan estratégico que vaya más allá», reconoce.

Inversión mínima

Finalmente, el Pacto Azul reclama invertir un mínimo de un 1% de los presupuestos públicos en conservación marina, «sin tener en cuenta infraestructuras del agua», matiza. Actualmente, Esteban señala que ninguna administración es capaz de responder qué cantidad destina a esta materia. «Queremos, por lo menos, ver [en los sucesivos presupuestos autonómicos] unos mínimos, que hay intención y voluntad», señala.

Al ser cuestionado por la presión turística y el impacto que genera sobre el mar, Esteban tiene claro que se debe «poner orden» y «dialogar» sobre cómo se deben gestionar estas presiones. Asegura que es «evidente» que el turismo, la náutica y la pesca ejercen esa presión, «pero sus usuarios son los principales beneficiados de tener un medio marino en buen estado». Y para ello, apuesta por mejorar la «calidad de la experiencia en el mar», una experiencia que reconoce que está siendo «erosionada».

«El reto está en que estos sectores pasen de ser una fuerza negativa a una fuera positiva y está claro que en el proceso de transición habrá tiras y aflojas que se deberán resolver», apunta. Destaca, además, que una de las dualidades actuales es que se habla de «crecer en calidad y no en cantidad, pero seguimos celebrando la cantidad».

Mar Blava, de ejemplo

Aniol Esteban pone de ejemplo el movimiento que se levantó contra las prospecciones y a través de la Alianza Mar Blava. «Fue una plataforma diversa como la que se está levantando ahora con el Pacto Azul, pero ahí teníamos un enemigo común», señala.

Ahora, asegura, no falta conciencia por parte de la sociedad, lo que falta es «acción». «No queremos que sea una imposición sobre la sociedad, debe ser un clamor social hacia la clase política para que actúe», remarca.

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