Miguel Ruiz-Flores | Psiquiatra.

Miguel Ruiz-Flores, psiquiatra en Ibiza: «En esta sociedad rige el ‘produce o perece’»

El psiquiatra Miguel Ruiz-Flores hace hincapié en la importancia de entender que el suicidio no es algo que concierne sólo a psicólogos y psiquiatras, sino que toda la sociedad debe involucrarse para mejorar

Miguel Ruiz-Flores tras la entrevista con Diario de Ibiza.

Miguel Ruiz-Flores tras la entrevista con Diario de Ibiza. / T. ESCANDELL

Psiquiatra. Los ganadores de premio nacional Periodismo Responsable se dieron a conocer ayer y el psiquiatra Miguel Ruiz-Flores, de Eivissa, ha formado parte del jurado. Estos galardones premian las piezas periodísticas que abordan el suicidio de manera ética y sin amarillismo. En esta entrevista, Ruiz-Flores habla de cómo afrontar entre todos este asunto.

Miguel Ruiz-Flores, nacido en Huesca, es psiquiatra en el Equipo de Tratamiento Asertivo Comunitario (ETAC) de Ibiza y profesor en la UNED, además de miembro fundador de Papageno, la Asociación de Profesionales en Prevención y Posvención del Suicidio. Este año ha sido miembro del jurado de la III edición del premio nacional Periodismo Responsable, organizado por Papageno y el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental, cuyos ganadores se dieron a conocer ayer.

Ruiz-Flores explica que se interesó por el suicidio cuando llegó a Psiquiatría (no lo había estudiado en la carrera) y vio tres casos en el primer mes. Desde entonces ha estudiado este problema y en esta entrevista reflexiona sobre los retos más importantes.

¿Qué se valora a la hora de estudiar los textos periodísticos de estos premios?

La originalidad del tema, por ejemplo. Lo que me ha llamado la atención este año es que la temática en la mayoría de los textos presentados, que en total fueron 82 [hubo 25 finalistas], es la adolescencia. En este sector de la población el problema ha aumentado y parece que va a más. Otro aspecto importante es el contexto que aporta el periodista, cuántos datos da, si aporta gráficas... En definitiva, que no se hable de este tema en abstracto, sino con rigor y seriedad. Es clave seguir las recomendaciones de la OMS y hablar siempre desde la calidad y sensibilidad. No ser sensacionalistas, no dar métodos ni lugares.

Históricamente los medios habían evitado hablar del suicidio por un miedo al efecto contagio.

Eso se creía antes, por el famoso efecto Werther. Tampoco se hablaba de violencia de género o de la conducción rápida. Pero es que hablar de accidentes de tráfico no va a hacer que la gente conduzca de forma temeraria. En este caso es lo mismo, se está viendo que lo que se produce es el efecto Papageno, que viene de la obra de Mozart de ‘La flauta mágica’, en la que aparece Papageno, un personaje que ayuda a la persona cuando tiene problemas para que pueda expresarlos. Cuando alguien toma una decisión tan radical como terminar con su vida, lo hace sobre todo para dejar de sufrir, y el sufrimiento compartido es un sufrimiento mejor. En cuanto lo hablas, encuentras afectados.

¿Cómo debe contarlo la prensa?

Hay que visibilizarlo con respeto y empatía, evitar la información innecesaria y no caer en el amarillismo. Lo que es noticia no es el caso particular, sino el aumento.

«La salud mental no es sólo cosa de psicólogos y de psiquiatras, sino que empieza antes»

Entiendo que en Ibiza también ha notado este aumento de casos.

En Ibiza la situación también preocupa, aunque en Balears tenemos la gran ventaja de que contamos con un plan autonómico. Este año los suicidios han disminuido un 6% en toda Europa y se piensa que es porque hay muchos países que han establecido un plan específico. En España no lo tenemos, pero nuestra comunidad sí. Y en Ibiza tenemos una unidad dedicada a esto, que cuenta con un equipo multidisciplinar. Porque hay que luchar contra la asociación entre el suicidio y [una mala] salud mental. Hay mucha gente que no tiene un problema mental y lo comete, y mucha gente que sí que lo tiene no lo comete. A veces en algunas personas hay señales discretas de alarma, pero es difícil darse cuenta. Hay que poder hablar de la desesperanza y obtener apoyo en lugares que no sean, sólo, las consultas de psiquiatras. Hay que tener siempre esperanza, agarrarse a ella, y, sobre todo, compartir el dolor.

¿Hay un perfil concreto?

El 50% de la población en algún momento de su vida va a plantearse seriamente: ¿para qué estoy yo aquí?

Comentaba que no hay que asociar suicidio con problemas de salud mental como ansiedad o depresión, por ejemplo.

Exacto. Lo que hace falta es un plan nacional. Esto es algo político e implica muchas más cosas: la acción de los periodistas, de los maestros... Porque todos sabemos que está aumentando en adolescentes, y no es sólo por salud mental.

¿Pero es la parte más importante? ¿O tampoco?

Imagina que no hubiese redes sociales, que no hubiese presión de Instagram, de TikTok, de Facebook... Eso no sería una medida de salud mental. Imagina que hubiese programas antibullying serios en todos los colegios. Eso tampoco es una medida de salud mental y, sin embargo, ¿cuánto la mejoraría? Hay que entender que la salud mental no es sólo cosa de psicólogos y psiquiatras, sino que empieza antes. Es un asunto social y desde Ibiza podemos hacer cosas, podemos tener cultura, ciencia... Eso sí, si hay un poquito de tiempo y apoyo institucional. Yo todos los años organizo un curso de extensión en la UNED de Ibiza sobre este asunto y conecto con primeros espadas a nivel nacional.

En mayo se presentó en Can Misses un estudio sobre la Consulta Jove y uno de los autores dijo que al principio creían que los jóvenes acudirían a este servicio por asuntos de drogas o sexualidad, pero...

¡Nada! Todo cuestiones emocionales.

Exacto.

Los problemas de los jóvenes ahora mismo son grandes. La sociedad está cambiando mucho y todavía no estamos preparados para dar herramientas a nuestros jóvenes para que se defiendan en ella. Sobre todo porque muchas veces los padres están más con el móvil que con los hijos. Por otro lado, la psicología positiva no ha demostrado ninguna eficacia. Se está usando sin ningún conocimiento científico. Cuando alguien verbaliza lo que le pasa, minimizarlo y decir que su vida es buena no sirve de nada. Hay que empatizar, escuchar, tomárselo en serio, acompañarle y buscar ayuda profesional.

«Hay que luchar contra la asociación entre el suicidio y una mala salud mental»

En estas personas, ¿pesa mucho la situación económica?

Después de una crisis se ven epidemias. Se ha notado mucho, principalmente con todo lo que ha traído la pandemia. Lamentablemente en esta sociedad el rendimiento es muy importante.

¿Qué le diría a quienes dicen que falta tolerancia a la frustración?

Que eso es una reducción simplista. El problema es multicausal. En esta sociedad rige un poco el ‘produce o perece’. Estamos continuamente cansados, haciendo cosas, esperando siempre la recompensa.

Pero tenemos ciertas comodidades materiales.

¿Y qué? A lo mejor el problema es ese, que estamos centrándonos tanto en el mundo externo, que nos estamos olvidando del interno. El ser humano es un ser de equipo y pasar a una cultura individualista está causando mucho mal. Pero esto es una opinión personal.

El Ministerio de Sanidad promueve la Línea 024 de atención a la conducta suicida. Se trata de una línea telefónica de ayuda a las personas con pensamientos, ideaciones o riesgo de conducta suicida, y a sus familiares y allegados. En caso de emergencia vital inminente puede llamar directamente al teléfono de emergencias 112.

El 024 es un servicio de alcance nacional (accesible desde todo el territorio nacional), gratuito, confidencial y disponible las 24 horas del día, los 365 días del año.

  • Teléfono de la Esperanza: 971 461 112
  • Teléfono de la Associació Familiars i Amics Supervivents per suïcidi de les Illes Balears (Afasib): 657 716 340

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