Agricultura

Los olivareros de Ibiza esperan una buena cosecha tras un 2022 «nefasto»

La campaña anterior fue «la peor de la historia» y algunas marcas de la isla ni llegaron a comercializar el aceite

Prevén una subida de los precios para hacer frente al fuerte incremento de los gastos de producción

Recolecta de aceitunas en la finca de Can Llaudis, la principal plantación de olivos de Can Rich.

Recolecta de aceitunas en la finca de Can Llaudis, la principal plantación de olivos de Can Rich. / V. Marí

2022 fue el gran año de la recuperación de la actividad en la práctica totalidad de los sectores tras las restricciones del covid, por mucho que tuvieran que lidiar con el encarecimiento generalizado de las materias primas. En cambio, el año pasado fue un auténtico desastre para los olivareros y, en el caso de Ibiza, la peor de todas las campañas. Nada que ver con las buenas previsiones que les auguran los árboles bien cargados de arbequinas que contemplan estos días, aunque asumen que tocará subir los precios para afrontar los imparables gastos de producción.

«El año pasado recogimos tan poco que lo dejamos para el autoconsumo, no llegamos ni a comercializar el aceite», recuerda Stella González, de Can Rich. Y eso que se trata de la mayor plantación de la isla, con 3.000 olivos.

Los olivos alternan un año de abundancia con otro de escasez por el fenómeno de la vecería

La alternancia en la producción de aceituna, con un año de abundancia y otro de escasez, es un fenómeno natural: la vecería. Sin embargo, en 2022 se agravó especialmente por efecto de la sequía. Por ello, este año las expectativas son halagüeñas y González prevé superar los 9.000 litros de aceite de producción ecológica.

Can Rich, al igual que con sus vinos, siempre es la primera compañía en iniciar la cosecha en sus terrenos de Can Llaudis, en ses Salines, debido a su ubicación meridional. Allí tienen la mayoría de sus olivos y empezaron a cosecha el pasado martes, unas labores que se alargarán todo el mes de octubre.

Los números

A la espera de los resultados finales, González puede confirmar que «los árboles van muy cargados, pero no podremos hacer números hasta que acabemos la campaña». Así y todo, da por sentado que, tras el embotellado, no habrá más remedio que subir los precios.

«No es que se cotice más el aceite, es que ha subido el precio del vidrio, de los tapones o de los productos fitosanitarios», se resigna González. «Todos los que elaboramos aceite en Ibiza lo hacemos por vocación, porque aquí no es ningún negocio», subraya.

Imagen de la vibradora de paraguas inverso en Can Llaudis.

Imagen de la vibradora de paraguas inverso en Can Llaudis. / V. Marí

En estos momentos, el precio del aceite de oliva de Ibiza duplica el de la media española y se vende a unos 12 euros la botella de medio litro. Además de los gastos derivados de la insularidad, y de que se trata de pequeñas explotaciones, solo se obtiene un 10% del rendimiento de la aceituna tras una prensada en frío para obtener el aceite de oliva virgen extra. Este es uno los requisitos que marca la Indicación Geográfica Protegida Aceite de Ibiza/Oli d’Ibiza de la Unión Europea.

El decano de los productores de aceite en Ibiza, Joan Prats, de Can Benet, ya tuvo que actualizar sus precios la pasada campaña, después de mantenerlos intactos durante varios años. «Es que incluso se han encarecido muchísimo las etiquetas de las botellas, por no hablar del transporte», lamenta.

La arbequina es la oliva mayoritaria en Ibiza y suele mezclarse con un 10% de variedades como la picual o la koroneiki

Ante esta coyuntura, no habrá más remedio que adaptar los precios de nuevo, aunque Benet no puede aventurar un porcentaje hasta finalizar la campaña. En su caso, empezará la recolecta la primera semana de octubre en su finca de Benimussa, con 1.200 árboles. También afronta los preparativos con optimismo, sobre todo, después de que el año pasado su producción cayera al 20% respecto a 2021.

«La producción está siendo muy buena, sobre todo lo arbequina», destaca. Esta variedad es la mayoritaria en Ibiza y suele mezclarse con un 10% de variedades como la picual o la koroneiki. De ahí que, en casi todas las fincas, la arbequina represente en torno del 90% de la plantación.

Apuesta por la calidad

Otro de los grandes productores de Ibiza que cuenta con almazara propia, Miquel Guasch, apostó por dar más protagonismo a la picual, que representa una cuarta parte de una explotación ecológica de dos mil olivos. Por ello, al menos esta campaña, no puede compartir el mismo optimismo que el resto de las principales marcas locales. «La arbequina va muy cargada, pero la picual ha fallado un poco», se resigna. Al menos, podrá superar los resultados «nefastos» de 2022 y tiene la garantía de que el aceite de Ibiza, de nuevo, será de excelente calidad.

«Como hacemos poca cantidad, podemos apostar por obtener mucha calidad», destaca. Por contra, «no contamos con la infraestructura que en la Península, y los jornales son más altos, así siempre será más cara la producción».

212 hectáreas dedicadas al cultivo de olivos en la isla de Eivissa

Los productores amparados bajo la IGP Aceite de Ibiza suman 53.400 olivos, que ocupan una superficie de 212 hectáreas, según detalla el registro de la conselleria de Agricultura del Govern Balear. La isla cuenta en estos momentos con cuatro almazaras profesionales para molturar y envasar el aceite.

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