Entrevista | Ricardo Alós Velert Médico

Ricardo Alós: "Hay un término médico para el uso de la hiperbárica en tratamientos de belleza: charlatanerismo"

El adjunto del servicio de Medicina Hiperbárica de la Policlínica imparte una formación en los ‘Viernes docentes’ del Colegio de Médicos de las Pitiusas

Ricardo Alós, en el Colegio
de Médicos antes de su 
sesión formativa.  vicent marí

Ricardo Alós, en el Colegio de Médicos antes de su sesión formativa. vicent marí / Marta Torres Molina

Hace más de veinte años que Ricardo Alós Velert, valenciano de 57 años, es uno de los médicos del departamento de Medicina Hiperbárica de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario. Por ese motivo, el facultativo, que también es coordinador del Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) de Vila, ofreció ayer una sesión formativa, destinada a otros colegas, en los ‘Viernes Docentes’ de la junta local del Colegio de Médicos de Balears. Alós llegó a Ibiza destinado como alférez médico en 1991. «Hice las oposiciones para el entonces Insalud y ya me quedé en la isla», explica Alós, que ya en ese momento trabajaba en urgencias y hacía colaboraciones en la clínica privada. Fue el centro el que, a mediados de los años 90, financió la formación —«un máster»— para ofrecer este servicio. «La cámara hiperbárica estaba entonces en un centro de buceo de Sant Antoni», recuerda Alós, que atiende este servicio junto al director médico de la Policlínica, Ricardo García Navajas, y Antonio Buendía y Daniel González, del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil. «Son fundamentales», recalca el médico.

¿Se producen muchos accidentes de buceo en las Pitiusas?

En los últimos años, no. Pocos debido a la formación que imparten los centros de buceo y a la legislación vigente. El Real Decreto del 16 junio de 2020 determina las condiciones de seguridad de las actividades de buceo. Eso ha colaborado, junto con la cada vez mejor formación de los buceadores, a evitar estos accidentes. Hace 20 años, cuando empezamos, podíamos tener durante la temporada 15 o 20 accidentes graves de buceo en las Pitiusas. En buceadores con botella. Luego hubo una época en la que empezó a haber muchos de buceadores que se dedican a la pesca submarina.

¿Qué se considera un accidente de buceo grave?

Tras el buceo con botella, pero en muchas ocasiones sin ella, dependiendo de la profundidad que alcancen, del tiempo de buceo y la condición física, pueden aparecer una serie de patologías neurológicas: parálisis, ceguera, vértigos, alteraciones de la coagulación… Estos son los que se consideran accidentes graves que requieren de tratamiento en cámara hiperbárica. Hay accidentes leves con afectaciones en la piel o pequeños dolores musculares. Aunque también requieran tratamiento en la cámara no suponen una gravedad excesiva.

¿Son fáciles de detectar estos casos?

A veces cuesta. Su sintomatología a veces está muy clara, pero otras no y los síntomas se pueden confundir con los de muchas otras enfermedades más cotidianas. Un dolor muscular debido al buceo se puede confundir con un dolor muscular mecánico, por haber hecho un esfuerzo, por ejemplo. Hay que tener una formación determinada y pensar siempre en la posibilidad de un accidente de buceo cuando tengamos noticias de qué hizo ese buceador, eso nos ayuda mucho a catalogar un cuadro clínico como un accidente de buceo.

Cuanto antes se detecte, mejor, ¿no?

Sí, al final, como todo en medicina, cuanto antes se diagnostique y se inicie el tratamiento nos evitamos complicaciones posteriores.

¿Cuál es la ventana ideal de diagnóstico de un caso de este tipo?

Las primeras horas. Podemos hacer tratamientos pasadas 12 o 18 horas del accidente, pero lo ideal es ir al centro de medicina hiperbárica en las primeras dos o tres horas.

Si no se le da importancia y se deja pasar…

Puede llegar a resultar fatal y acabar con la muerte del paciente.

¿Se hacen pruebas específicas? ¿Cómo se llega a ese diagnóstico?

Primero, por la anamnesis, por el interrogatorio que hacemos para ver los antecedentes inmediatos, qué ha sucedido. En segundo lugar, la exploración física del paciente: la piel, los signos neurólogicos que pueda presentar... Como pruebas complementarias se realizan una analítica sanguínea, una radiografía torácica y, en muchas ocasiones, cuando hay síntomas neurológicos, un escáner cerebral o una resonancia magnética cerebral. Con todos esos datos llegamos a un diagnóstico y planteamos o no un tratamiento en cámara hiperbárica.

¿Qué hace exactamente una cámara hiperbárica?

Es un recipiente hermético en el que se introduce el paciente. Hay aire comprimido y esta persona respira durante todo el tratamiento oxígeno al cien por cien, a demanda. Lo que hace, en definitiva, la cámara hiperbárica, es ayudar a la disolución de ese oxígeno en nuestra sangre para que llegue a todas las partes del cuerpo. Habitualmente el oxígeno trasporta la hemoglobina, pero en el caso de la cámara hiperbárica se consigue que el oxígeno también sea transportado por el plasma, de manera que la cantidad que llega es muchísimo más alta que respirándolo a presión normal, con lo que se elimina el nitrógeno acumulado y se facilita la curación de tejidos que puedan estar dañados.

¿Cuánto dura ese tratamiento?

Habitualmente, si no es muy complicado, el paciente pasa una hora en la cámara hiperbárica y las sesiones se suelen repetir tres o cuatro veces durante los días siguientes, dependiendo de la evolución.

¿Es apta para claustrofóbicos?

A ver, la cámara que tenemos aquí es bastante amplia. Las hay que son, incluso, como autobuses. La nuestra es un poco más pequeña, pero se podría aplicar el tratamiento a tres personas a la vez. El paciente se puede tumbar, sentar, leer un libro… Un poco de claustrofobia aún podría generar, pero el espacio es más amplio que en una resonancia magnética, en la que estás enclaustrado, o un escáner. Puedes moverte o hablar con nosotros, que tenemos comunicación directa. No son las cámaras monoplaza antiguas, que eran como ataúdes. Se siguen usando aún en algunos países y eso sí que es claustrofóbico.

¿Cuál es el papel de los GEAS en este proceso?

El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas ejerce de camaristas, manejan la cámara. Son especialistas en este tipo de actuaciones. Aquí nos aprovechamos, entre comillas, de su profesionalidad, conocimientos e implicación. Llevan muchos años colaborando con nosotros y son fundamentales. Estamos localizados las 24 horas del día y desde Can Misses, la Policlínica o el 061 se nos avisa de que ha habido un posible accidente de buceo y automáticamente llamamos al camarista y vamos todos para allá. Previamente, el servicio de Urgencias de la clínica realiza las pruebas pertinentes para que cuando lleguemos, si hay tratamiento indicado de cámara hiperbárica, podamos meter al paciente inmediatamente.

¿Se aplica algún otro tratamiento, además de la cámara?

Sí, sí. Es importante también una hidratación del paciente por vía venosa. Y ponemos profilaxis para evitar coagulopatías, trombos. La oxigenoterapia, oxígeno continuo, se da tanto en la cámara hiperbárica como fuera. Además, por el dolor, el paciente puede requerir de tratamientos antiinflamatorios, corticoides. Pero se trataría ya de un tratamiento sintomático, no hay ninguno específico más allá de la recompresión en la cámara.

Para llegar a este diagnóstico todos los médicos deben tener en mente que puede tratarse de un accidente de buceo, ¿no?

Mucho. Piensa que aquí, según los datos de los GEAS, hay catorce centros de buceo y se calcula que unos 45.000 buceadores en temporada. A ellos hay que sumar los que vienen a bucear por libre y los que practican apnea. Es impresionante la cantidad de gente que mueve el buceo y hay que estar preparados. Tenemos que prestar asistencia de calidad para que a la gente le dé confianza venir a bucear a las islas.

¿Cuál es la prevalencia de estos accidentes?

Las estadísticas con las que jugamos en España y Balears nos dicen que la prevalencia de estos accidentes de buceo sería de entre 7 a 30 lesionados por cada 10.000 buceadores, dependiendo de la comunidad. Es una prevalencia baja, lo mismo que la mortalidad. Pero sólo con que haya un muerto ya es grave. En 2022 tuvimos un fallecido en las Pitiusas, pero algunos años ha habido tres o cuatro. Los accidentes más graves ocurren, hoy por hoy, en la pesca submarina, sin botellas, y, en segundo lugar, en el buceo deportivo, con botellas. Y, por último entre las personas que practican apnea. Pero está predominando mucho el tema de los buceadores que practican pesca submarina.

¿Y eso? ¿Van persiguiendo un mero y se despistan?

Por ejemplo, pero también porque son personas que llegan a realizar 40 y 50 inmersiones en una sesión. Y a profundidades altas. Además, suben muy rápido. No hacen los descansos oportunos para liberar el nitrógeno y al final generan los accidentes de buceo como si estuvieran respirando con una botella de aire comprimido bajo presión. Es la misma fisiopatología.

Hay quien piensa que el buceo sin botellas es más seguro.

No, para nada. La mortalidad es bastante más alta en las personas que hacen esas bajadas persiguiendo peces sin botellas. Imagina que tiene que bajar cuarenta veces, persiguiéndolo, hasta pescarlo. Se produce una acumulación de nitrógeno en su cuerpo que acaba produciendo un accidente disbárico.

¿Usted bucea?

No. He probado, he hecho alguna inmersión, pero no lo hago de forma habitual. Practico otros deportes. Me gusta correr y nadar, pero no me ha dado por el buceo.

Parte del éxito del diagnóstico depende de que el paciente o sus compañeros expliquen todo lo que ha pasado, imagino.

Sí. Tiene que ir con la verdad por delante y contestar a las preguntas que les hace el médico con sinceridad. Muchas veces los buceadores restan importancia a una serie de síntomas. Por ejemplo, sienten dolores musculares y lo atribuyen a un esfuerzo nadando. O no te dicen realmente a cuánta profundidad han llegado o cuánto tiempo han estado. También, para evitar accidentes es fundamental que el día anterior no hayan bebido y estén descansados.

¿La cámara hiperbárica se usa para otras patologías? He leído que hasta para tratamientos de belleza.

Sí, para lo de usar la cámara hiperbárica en tratamientos de belleza hay un término médico: charlatanerismo. Esta máquina básicamente funciona para accidentes de buceo, llamados disbáricos. También para intoxicaciones por monóxido de carbono y tratamientos de úlceras en diabéticos. Estos pacientes tienen un problema de circulación terminal y para eso va genial la cámara hiperbárica. Y también para infecciones anaerobias, la gangrena. Otra opción es usarla para embolias gaseosas, para cuando a una persona de forma accidental le entra aire en el torrente sanguíneo. Hay que recomprimirlo enseguida en la cámara hiperbárica, de forma inmediata. Ésas serían las indicaciones, lo de la belleza entra dentro del charlatanerismo. Hay artículos publicados en los que se habla de la hiperbárica como la cámara de las maravillas. Pues ni para belleza ni para otras historias, pero hay gente que se aprovecha de eso. Nosotros seguimos un criterio estrictísimo. La indicación es la indicación, como en cualquier otro acto médico. Sentido común y lex artis, como en todo procedimiento médico.

Ya que es coordinador del SUAP de Vila, cuénteme cómo les ha ido este verano.

El verano ha sido duro. En primer lugar porque llega mucha gente a la isla y en el equipo no tenemos refuerzos de temporada, somos los mismos en invierno que en verano. Y luego, porque la situación de la medicina general ya sabemos cómo está, con listas de espera, y eso redunda todo en urgencias. Tanto hospitalarias como de Atención Primaria. Ha sido un verano duro, como es habitual en la isla.

Suscríbete para seguir leyendo