Ses Figueretes: hoteles para ricos en una playa popular

El aumento de precios de los establecimientos hoteleros genera dudas a los comerciantes del barrio de Vila, que hasta ahora han estado enfocados a una clientela de clase media

La plaza Julià Verdera es el centro neurálgico de la zona turística de ses Figueretes. Allí, a pocos pasos de la playa, se encuentra el supermercado y tienda de souvenirs Plaza. Su propietario, Vicent Riera, es un privilegiado espectador de todas las cosas que suceden en el barrio: «Por aquí pasan miles y miles de personas cada día, y si queremos que el barrio esté bien, necesita un mantenimiento».

La evolución de la temporada turística no le provoca demasiado entusiasmo, la califica de «irregular», y pide que se mejoren los servicios del barrio: «Tenemos una playa muy buena, pero es una pena que no tenga baños públicos. No debería ser así». Riera repite una frase que escucharemos en boca de muchos otros comerciantes del barrio: «Con el nuevo alcalde se nota que hay más limpieza. La reforma del paseo marítimo de ses Figueretes fue muy positiva, pero estaba todo muy sucio. Ahora, con el nuevo [se refiere al alcalde Rafael Triguero] ha mejorado un poco. Espero que se mantenga así».

«Estaba todo muy sucio», dice Purificación, encargada de un supermercado Spar situado en la calle Asturias, que repite los argumentos como si fuera un caso de telepatía: «Ahora con el nuevo alcalde parece que ha mejorado, pero queda mucho por hacer. Al menos, ahora hay doble turno de barrenderos por la mañana y por la tarde, y eso se nota». ¿Y la temporada? «Muy irregular. Unos días mejor, otros peor».

Tres turistas, de espaldas, en uno de los establecimientos hoteleros del barrio. | MARIA MOLINA

Jóvenes junto a uno de los embarcaderos de ses Figueretes. / Maria Molina

Un estado de ánimo calcado al de la trabajadora de una tienda de souvenirs en la calle Galicia que prefiere no dar su nombre: «Está todo muy sucio y todavía queda mucho por hacer. ¿La temporada? Hay días buenos y otros muy malos», aunque ella añade un elemento más a su argumentario: «Desde que los hoteles del barrio han subido de los precios, todo es muy variable. Y nosotros dependemos de ellos».

¿Hoteles demasiado caros?

Esta es la clave de la cuestión. La zona turística de ses Figueretes está salpicada de hoteles y apartamentos turísticos, muchos de los cuales han hecho obras de reforma, han subido de categoría y aumentado precios. Incluso los que no han subido de categoría, han incrementado precios. Los turistas que se alojan en estos establecimientos son también los principales clientes de los negocios del barrio. Si la ocupación hotelera pincha, los comercios lo notan de inmediato.

«Los hoteles están cobrando demasiado caro y eso nos perjudica a todos», asegura el propietario de un negocio de alquiler de vehículos ubicado en la calle Galicia, que prefiere no dar su nombre y que se muestra muy crítico con la política de precios de los hoteleros: «Hice una simulación de reserva del hotel de aquí enfrente y el precio era 400 euros la noche. ¿En serio? ¡Una persona con un salario medio no puede venir aquí!».

Este empresario señala que los turistas «vienen, pero no gastan, porque entre el hotel y el vuelo ya no les queda nada», y explica: «Nuestros clientes, la gran mayoría, se alojan en los hoteles cercanos. Ahora ya no nos viene casi nadie». Según sus estimaciones, este pasado mes de julio ha facturado 6.000 euros menos que en el mismo mes de hace un año.

También prefiere mantener el anonimato el encargado de otro rent a car del barrio, que se muestra igual de crítico: «Creo que Ibiza va a morir de éxito. ¿La queremos hacer solo para los ricos? La cosa no pinta nada bien», y señala las motos que tiene aparcadas frente al negocio: «Las deberíamos tener todas alquiladas, y aquí las ve».

Supermercado y tienda de souvenirs en la plaza Julià Verdera. | MARIA MOLINA

Tres turistas, de espaldas, en uno de los establecimientos hoteleros del barrio. / Maria Molina

Parece claro que el paso que marcan los hoteleros no está en sincronía con el de los otros negocios de ses Figueretes. El futuro se presenta incierto, como augura Patricia Vanostende, trabajadora de la empresa de servicios turísticos Al-Sabini: «Casi todo el turismo que nos encontramos está enfocado al ocio nocturno. En otras cosas, como las excursiones, gastan muchísimo menos». También explica que los hábitos de consumo han cambiado: «La gente ya viene con todo comprado desde sus países, y la compra in situ cada vez es más difícil».

Vanostende incide en otra crítica habitual entre los empresarios locales: el intrusismo. «Hay tipos vendiendo tíckets de las discotecas en la calle, ¡enfrente de nuestra oficina!», y relata los peligros de comprar en sitios no homologados: «Dos chicas vinieron quejándose de que habían pagado 50 euros porque les habían dicho que tenían barra libre dos horas en un bar y luego entrada en Amnesia, y era mentira. Me preguntaron que qué podían hacer, ¡pues perseguir a ese tipo!».

«La gente ya no gasta» coincide Javier, chef del restaurante Marycel, en pleno paseo marítimo: «Funciona bien al mediodía, pero luego la gente se va de fiesta y no viene a cenar. Es lo que nos llega este año, turismo de fiesta».

Este recorrido finaliza donde empezó, frente a la playa, en la plaza Julià Verdera. El futuro proyecta incertidumbres sobre ses Figueretes, pero Vicent Riera, tras la caja de su supermercado, mantiene la esperanza: «Es un buen barrio con una playa muy buena. Si se mantiene y se cuida, irá a mejor».

Ses Figueretes: hoteles para ricos en una playa popular

Supermercado y tienda de souvenirs en la plaza Julià Verdera. / Maria Molina

Suscríbete para seguir leyendo