Exposición ‘La Ibiza de los años 30 del siglo XX’

El «israelita» que retrató Ibiza

La exposición ‘La Ibiza de los años 30 del siglo XX’ muestra las fotografías captadas por Roberto Sternau desde que llegó a la isla en 1935 huyendo del nazismo hasta que la Guerra Civil le obligó a marcharse de nuevo junto a su esposa y su hija Úrsula, nacida aquí

Foto en la que, a la derecha, aparece la casa donde nació Úrsula Sternau, justo en el balcón donde hay un pañal colgado.

Foto en la que, a la derecha, aparece la casa donde nació Úrsula Sternau, justo en el balcón donde hay un pañal colgado. / Roberto Sternau

«Mi casa, mi pañal». En el margen derecho de la foto, en mayúsculas, figuran esas palabras, anotadas por Úrsula Sternau. En esa imagen se ve el convento de Santo Domingo, a la izquierda y, a la derecha, la primera casa de la calle general Balanzat, número 7: en el balcón de su segunda planta cuelga un pañal, el de Úrsula, marcado en el margen con una equis. Era el año 1936. Ella acababa de nacer. Sus padres, alemanes, se habían instalado un año antes en Ibiza huyendo del nazismo porque eran «israelitas», tal como figuraba en sus partidas (y en las de todos los judíos) de nacimiento, aunque eran ateos, cosa que poco importaba a Hitler.

Robert Sternau, a la derecha de la imagen, con dos amigos alemanes cerca del monumento a los Corsarios.

Robert Sternau, a la derecha de la imagen, con dos amigos alemanes cerca del monumento a los Corsarios. / R. S.

Al padre de Úrsula, Roberto Sternau, le encantaba la fotografía. Con su cámara retrató durante un par de años la isla y, sobre todo, Vila. Hace siete años, Úrsula (que reside en Buenos Aires, Argentina) donó al Arxiu d’Imatge i So Municipal de Ibiza (Aisme) una colección de fotografías tomadas por su padre durante aquella época. Del aproximadamente centenar de imágenes que componen esa colección, la archivera Fanny Tur ha escogido unas 40 para mostrarlas en una exposición titulada ‘La Ibiza de los años 30 del siglo XX’, que se exhibirán en el claustro del Ayuntamiento desde el 3 de agosto (a las 20 horas se inaugura) hasta el 29 de septiembre.

Ilse Wallach y Roberto Sternau recién casados en Ibiza.

Ilse Wallach y Roberto Sternau recién casados en Ibiza. / R.S.

La boda civil

Tur decidió recuperar esa colección para una exposición tras encontrar en el Registro Civil la documentación, muy completa, de la boda civil entre Roberto e Ilse Wallach, la madre de Úrsula, que tuvo lugar el 18 de octubre de 1935 a las 11 horas y ofició el juez Mariano Marí. Hay un par de imágenes de aquel día en la Colección Sternau: al salir del despacho del juez y durante la posterior celebración en el bar El Puerto, en la Marina. También figuran las partidas de nacimiento de los contrayentes, las originales y las traducidas del alemán, en las que destaca ese origen «israelita». En otro se explica que, antes de llegar a Ibiza, Roberto residió en la villa de Cazères (cerca de Toulouse, Francia) entre el 7 de julio de 1933 y el 14 de septiembre de 1934, es decir, que abandonó Alemania en cuanto Hitler llegó al poder. Mejor salir de allí que quedarse y acabar como un primo de Roberto Sternau: «La Gestapo fue a por él a su casa. Su primo les pidió ir al baño, momento que aprovechó para ahorcarse. Desde entonces mi padre repetía siempre la misma frase cada vez que había un contratiempo: Am besten hängt man sich auf. Lo mejor es ahorcarse».

La archivera considera que las imágenes de la Colección Sternau «tienen detalles muy humanos» de la Ibiza de 1935

La archivera considera que las imágenes de la Colección Sternau «tienen detalles muy humanos» de la Ibiza de 1935, la que en breve se desangraría en la Guerra Civil. Roberto retrató a pescadores de Sant Antoni, a payeses, a mujeres con emprendades, a payesas orando a la entrada de la iglesia de Sant Jordi, a un par de hombres portando jarras de agua por la Marina, a otro andando por ses Feixes con su perro… Las fotos de aquel alemán, nacido en Düsseldorf, aportan «una visión social y antropológica» de la isla en esa época: «Se nota el amor que aquel extranjero, recién instalado en Ibiza, tenía tanto a la isla como a su gente».

Dos payesas en las calles de Vila fotografiadas por Sternau.

Dos payesas en las calles de Vila fotografiadas por Sternau. / R.S.

Una librería en Buenos Aires

En la exposición destacan cuatro reproducciones de dos metros de altura. De estas, dos son del interior y del exterior del bar El Puerto, que la pareja regentó. En principio, llegaron a la isla con la intención de abrir una librería junto a Ernst Langendorf, un amigo de la familia. Pero ya había otra, de manera que la descartaron y, en su lugar, abrieron aquel local. Años más tarde, cuando emigraron a Argentina, Roberto cumplió su sueño: abrió la librería Belgrano en la calle Echevarría, 2.450 de Buenos Aires.

Bar El Puerto, fundado por los Sternau.

Bar El Puerto, fundado por los Sternau. / R.S.

El Puerto estaba en la Marina, en un local de Ca na Marqueta propiedad de la familia Prieto que comunicaba la fachada principal, en la calle Castelar, 32, con la calle Obrador, 3. Actualmente, ambas partes ya no están conectadas. Aquel «restaurant internacional» y «bar americano» con menú «todo incluido» a 2,5 pesetas, fue inaugurado el 8 de junio de 1935. «Ha quedado muy bien decorado», dijo la prensa. En sus paredes colgaban obras originales que trajeron desde Düsseldorf de, por ejemplo, Karls Schwesig y de otros artistas alemanes a los que la familia conocía gracias a los encuentros culturales que celebraba la abuela de Roberto, Anna Ruthenberg, en esa ciudad alemana cada jueves en su propia casa.

Librería Belgrano en Buenos Aires.

Librería Belgrano en Buenos Aires. / R.S.

Un suplicio

Pero el bar fue un suplicio para la pareja. Especialmente para Ilse, para la que ese no era, precisamente, su ideal de vida. La madre de Úrsula era una bailarina contemporánea que había sido alumna de Rudolf Laban, maestro de danza húngaro, y Mery Wigman, musa alemana de la danza expresionista. Atender en el bar, o cocinar, algo que odiaba, no entraba en su ideal laboral. Acostumbrada a las viviendas dotadas con gas y agua de Alemania, vivir en una casa que carecía de ambas cosas suponía para ella una pesadilla. Usaban leña y carbón para cocinar, y el agua la suministraban los aguadores, a los que Roberto fotografió. Todo fue a peor cuando ambos enfermaron de tifus: «Estaban tan débiles que hasta se desmayaban», contó Úrsula Sternau a este diario.

El puerto de Vila retratado por Roberto Sternau.

El puerto de Vila retratado por Roberto Sternau. / R.S.

Las desdichas acompañaron a los Sternau durante su breve estancia en la isla, pues al poco tiempo de nacer Úrsula (el 7 de marzo de 1936) estallaba la Guerra Civil española

Las desdichas acompañaron a los Sternau durante su breve estancia en la isla, pues al poco tiempo de nacer Úrsula (el 7 de marzo de 1936) estallaba la Guerra Civil española. Roberto, un declarado socialista, fue arrestado por los nacionales tras ser denunciado por otro alemán. La colonia de nazis en la isla era nutrida. Uno de sus carceleros, un amigo que solía alternar en El Puerto, lo liberó a los tres días. Hicieron las maletas «con lo mínimo» y embarcaron en un carguero rumbo a Francia. Allí tampoco tuvieron suerte, pues no encontraron manera de ganarse la vida, lo mismo que les sucedió luego en Amsterdam. Regresaron a Francia y, en noviembre de 1937, embarcaron en el ‘Campana’, un transatlántico botado en 1929 de la Société Générale des Transports Maritimes con el que llegaron a Buenos Aires previo paso por Dakar (Senegal, entonces colonia francesa).

Roberto baja por la escalinata de la calle Portal Nou.

Roberto baja por la escalinata de la calle Portal Nou. / R.S.

Un puñado de tierra colorada

Los primeros años en Argentina fueron muy difíciles para los Sternau. Pasaron privaciones y problemas económicos, pese a la ayuda de la Asociación Filantrópica Israelita. Y Úrsula tuvo problemas de identidad: era hija de alemanes, nacida en Ibiza y refugiada en Argentina; sus padres procedían de una familia culta y adinerada que, allí, en Buenos Aires, era «pobre como una rata», al menos al llegar; no tenía claro si era judía, católica o atea, y en plena Segunda Guerra Mundial, les señalaban muchas veces como nazis por ser de origen germano. «Por eso, de niña decía que mis padres eran ingleses o franceses», cuenta Úrsula, que en 1970 regresó a Ibiza (está nacionalizada como española) para conocer su tierra natal. Quiso visitar la casa de su infancia, esa donde colgaba su pañal en la foto, pero no la encontró: «Mi papá me dio mal la dirección». Curiosamente, las fotos de su padre se exhibirán desde el 3 de agosto y hasta finales de septiembre a 50 metros de aquella vivienda.

De aquel viaje a Ibiza, Úrsula se llevó a Buenos Aires «un puñado de tierra colorada». Aún la guarda en una caja de madera.

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