Ana Calle

«Nuestro cerebro no puede estar sometido a estas temperaturas tan elevadas»

La enfermera del centro de salud de Sant Antoni Ana Calle recalca la importancia de detectar los primeros síntomas de un golpe de calor para evitar consecuencias letales

Ana Calle, ayer, en elcentro de salud  de Sant Antoni.

Ana Calle, ayer, en elcentro de salud de Sant Antoni. / Toni Escobar

La hidratación es la clave para tratar de evitar un golpe de calor. Así de claro lo explica Ana Calle, enfermera del centro de salud de Sant Antoni, que destaca la importancia de actuar frente a los primeros síntomas (pulso acelerado, mareos, malestar general, dolor de cabeza...) para no alcanzar la fase más avanzada, en la que ya sería necesaria ayuda sanitaria. Poner a la persona en un lugar fresco y seco, hidratarla con pequeños sorbos de agua, refrescarla abanicándola y, sobre todo, aplicar toallas o trapos empapados en agua fría en nuca, ingles, axilas y frente rebajarán la temperatura y evitarán las peores consecuencias del golpe de calor: pérdida de conocimiento e, incluso, la muerte.

¿Qué consecuencias puede tener para la salud de una persona este calor tan intenso?

El principal problema es que tengamos un golpe de calor, que consiste, básicamente, en que nuestro cuerpo adquiere temperaturas tan elevadas que no es capaz de reducir por sí mismo, con los mecanismos habituales, como la sudoración. Si estas temperaturas elevadas se mantienen durante cierto tiempo empiezan a afectar al funcionamiento de nuestros órganos vitales y podemos llegar a sufrir una pérdida de conocimiento y situaciones más graves que requerirían ayuda especializada.

Comenta lo del sudor, hay gente que sigue tratamientos y usa productos para no sudar. ¿Esto estaría contraindicado?

Sí, pero entiendo que la gente que sigue estos tratamientos es porque tiene un problema muy grave, algo exagerado que interfiere con su vida habitual. Al final, la sudoración es un mecanismo del cuerpo para regular la temperatura. Sudar es necesario.

Molesta pero ayuda, vaya.

Sí, sí. Es un mecanismo para regular la temperatura, algo que el cuerpo hace también a través de la orina.

¿Cuáles serían las situaciones más graves derivadas del calor?

Tener una temperatura corporal muy elevada. En las fases más avanzadas de un golpe de calor podemos llegar a los 40 grados. Ahí se nos empieza a acelerar el pulso y podemos sufrir calambres, convulsiones y hasta pérdida de conocimiento. Si esto se mantiene es una situación de urgencia y tenemos que actuar los sanitarios porque será necesaria una actuación especializada. Por eso es tan importante actuar en las fases tempranas de un golpe de calor, para intentar disminuir esa temperatura y no llegar a la situación extrema que ya obliga a requerir atención médica.

¿Hay diferencia entre tener 40 grados de fiebre y 40 grados por el calor?

Sí. La fiebre estalla por un proceso infeccioso. Cuando nuestro organismo desarrolla fiebre es, normalmente, porque lucha contra una infección, vírica o bacteriana. El cuerpo responde con la fiebre, que es un mecanismo de defensa. Pero esos 40 grados en el golpe de calor normalmente vienen dados por una exposición prolongada a altas temperaturas, es un mecanismo diferente. Al estar mucho tiempo expuestos a esas temperaturas nuestro organismo va dando señales del sufrimiento. La gente normalmente se empieza a notar la piel muy caliente, mareos, dolor de cabeza, malestar… Si esto se prolonga ya pasaríamos a síntomas más complicados: calambres, temperatura de 40 grados, el pulso muy rápido, convulsiones, pérdida de conocimiento… Son dos cosas diferentes. El golpe de calor nos va avisando.

¿Qué debemos hacer ante esos primeros síntomas de un golpe de calor para no llegar a la fase extrema?

Lo primero, al sospechar de un golpe de calor, es buscar un lugar fresco y seco y tratar de enfriar a la persona. Si tenemos toallas o paños, mojarlos y ponérselos en la frente, la nuca, las ingles y las axilas. Eso ayudará a bajar la temperatura. También debe hidratarse tomando pequeños sorbos de agua fresca y, si podemos, darle un poco de aire, abanicarle, para ayudarle a refrescarse. Hay que intentar bajar la temperatura cuanto antes.

Recalca lo de beber a «pequeños sorbos».

Sí, es que es importante que sea así, a pequeños sorbos. Y agua fresca, no demasiado fría. Pero tiene que ser a pequeños sorbos, no se trata de coger una botella de litro y bebérsela de golpe. Eso no, no está indicado.

Pero la tentación es ésa.

Sí, claro. Cuando se tiene tanta sed la tentación es beber mucha agua. Pero no. Lo mejor es hacerlo a sorbitos, intentando disminuir la temperatura de forma paulatina. También está contraindicada cualquier tipo de medicación. Antes comentábamos lo de los 40 grados de la fiebre, quizás para eso te tomas un paracetamol, pero en el caso del golpe de calor no está indicado bajar la temperatura con medicación. En todo caso, si tuviéramos que acudir a un centro sanitario ahí ya se valoraría si hay que poner medicación.

Imagino que hay personas más vulnerables que otras. Los mayores, por ejemplo, que además beben poco porque no tienen sensación de sed.

Sí, las personas mayores son las más vulnerables frente al calor. Y también quienes sufren enfermedades crónicas, hipertensión, diabetes, obesidad… Las personas mayores pierden la sensación de sed y les tienes que insistir para que vayan bebiendo agua. Las personas dependientes también son más vulnerables, lo mismo que los bebés y los niños de menos de cuatro años. Y a ellos hay que sumar a la gente que por sus patologías estén tomando ciertas medicaciones, como antidepresivos, tranquilizantes o para la hipertensión, ya que muchas llevan diuréticos y eso favorece la deshidratación. Hay que tenerlo en cuenta y, en estos casos, hidratarse un poco más. También se incluirían entre los más vulnerables las personas que desempeñen sus funciones laborales en la calle, con estas temperaturas.

Estos trabajadores que están al sol o en espacios sin climatización, ¿qué pueden hacer?

Lo tienen más complicado porque están obligados a estar expuestos al sol o las altas temperaturas. Tienen que tratar de protegerse lo máximo posible. Con cremas solares, gorros, hidratándose continuamente y refrescándose con agua la cara o, incluso, la ropa. Lo más importante es que se hidraten. Con agua, no con alcohol, que, al contrario de lo que pueda parecer, favorece la deshidratación.

¿Y los refrescos?

Nada, lo mejor para hidratarse es el agua. Se pueden tomar también sopas frías, tipo gazpacho. Pero ni el alcohol ni las bebidas azucaradas están recomendadas para esto.

¿Vale ponerle frutas, jengibre o menta para aquellos a los que les cuesta beber agua?

Sí, sí… ¡Claro! Estos trucos, como añadirle trozos de fruta, hierbas o hacer aguas tipo limonadas, valen. Lo importante es hidratarse. Por eso decía lo de las sopas frías, si nos gustan. Podemos tirar de ellas igual que en invierno a la gente mayor, que es verdad que les cuesta mucho beber, les decimos que tomen infusiones. Hay que intentar buscar la forma de mantenerse hidratados.

¿En qué momento, ante la sospecha de un golpe de calor, hay que pedir ayuda sanitaria?

Sobre todo en la segunda fase. Cuando ya lo hemos puesto en un sitio fresco, le estamos dando pequeños sorbos de agua y tratando de refrescarlo y vemos que continúa mal, que no mejora, incluso tiene mareos y cada vez responde menos. Ahí habría que activar el 061 o, si pudiéramos, trasladar a esa persona a un centro sanitario para que se le pudiera hacer un control exhaustivo.

¿Cómo actúan los sanitarios ante un golpe de calor grave?

Pues depende de cómo llegue el paciente, del estado, de si aún está consciente, responde y podemos hablar con él o no. En ese caso seguiríamos el mismo mecanismo, tratar de disminuir esa temperatura. Primero le hidrataríamos, pero con suero y a través de una vía venosa, que es muchísimo más rápido y responderá de forma más eficaz. Seguiríamos intentando bajarle la temperatura. Primero con las compresas en frente, axilas, nuca e ingles que funciona muy bien, y, si se prolongara o empeorara, si perdiera el conocimiento o incluso entrara en una parada cardiorrespiratoria, habría que iniciar una reanimación cardiopulmonar avanzada. Incluso se podría llegar a intubar a la persona y administrarle respiración artificial. Esto último sería en casos muy muy graves. En alguna ocasión se ha dado, especialmente con una intoxicación de drogas sumada al golpe de calor. Ahí se requiere una actuación más intensa, pero, en principio, hidratando y bajando la temperatura la gente responde.

¿Qué pasa en el cuerpo, en los órganos, cuando hay un golpe de calor? ¿Por qué hay casos graves e, incluso, gente que fallece?

El organismo funciona de forma adecuada con unas temperaturas concretas. Cuando soportamos durante un tiempo más de 40 agrados nuestros órganos empiezan a fallar. No funciona de forma adecuada el riñón, tampoco el corazón, y no somos capaces de eliminar el calor con la sudoración o la orina. No compensamos la temperatura y nos falla todo. De ahí que podamos perder el conocimiento y que nos pueda llevar a una parada cardiorrespiratoria, nuestro cerebro no puede estar sometido a estas temperaturas tan elevadas.

Como sanitaria, cuando estos días ve a gente corriendo a pleno sol a mediodía, ¿qué piensa?

[Ríe] Lo que recomendamos siempre es que durante estos meses de verano, y sobre todo con esta ola de calor que estamos padeciendo, es que el ejercicio físico se realice o muy pronto por la mañana o a última hora de la tarde, cuando la temperatura es un poquito más baja. Sigue siendo elevada, pero bueno, si hay que hacer ejercicio, mejor a esas horas, evitando siempre las centrales del día, las de más calor. Es peligroso. Y no podemos olvidar que es muy peligroso dejar a personas, niños y animales encerrados en los coches. Los vehículos adquieren una temperatura muy elevada y, o bien por descuidos o porque pensamos que va a ser un momento, los dejamos dentro y eso implica muchísimo riesgo.

El calor muchas veces no deja dormir, ¿esto luego afecta en el día a día?

Sí, eso es algo que estamos padeciendo muchos, yo incluida, que no tolero el aire acondicionado. Hay que refrescar la vivienda, dentro de lo que se pueda. Ventanas elevadas, ventiladores, aire acondicionado, aprovechar la corriente… Lo que se pueda y como se pueda. Es complicado. Dentro de lo posible hay que evitar usar medicación para dormir, es mejor tomar algún tipo de infusión que nos ayude a relajarnos. Y, evidentemente, hay que evitar tomar bebidas excitantes como café o té a partir de según qué horas. También es importante cenar ligero, las comidas copiosas dificultan dormir. ¡Y paciencia! No hay mucho más que hacer.

Venga, compónganos el kit que deberíamos llevar siempre en el bolso o la mochila para el calor.

Pues hay que tener siempre a mano crema solar para protegernos, también un gorro o gorra y gafas. Es importante llevar agua fresca, sobre todo cuando vamos a ir caminando, para poder ir hidratándonos. Un abanico también nos puede ayudar, pero lo básico, lo más importante, es mantenernos hidratados.

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