Escuelas de verano en Ibiza: Alarma en las familias de Sant Josep por la falta de plazas públicas

El Ayuntamiento asegura que está contratando más monitores y que se podrá acoger a los 200 niños del municipio cuyos padres han demostrado que trabajan

Imagen de archivo de una de las escuelas de verano de Sant Josep.

Imagen de archivo de una de las escuelas de verano de Sant Josep. / I. VILÀ CAPAFONS

Desesperadas. Sin saber qué hacer con sus hijos este verano. Y asustadas por los precios de las escuelas de verano privadas. Así se encuentran algunas de las familias de Sant Josep que no han obtenido plaza en las públicas, una situación que denunciaron ayer. Algunas de ellas, además, criticaron el proceso de solicitud: «Se tenía que hacer online. El plazo se abría el 5 de mayo a las ocho de la mañana y te decían que la asignación se haría por riguroso orden de petición, lo que te obligaba a estar ahí a esa hora, pero no todo el mundo puede», denuncia una madre.

Las familias critican que muchas de ellas, aunque se conectaron a esa hora, no pudieron cumplimentar la solicitud porque, según explican, la web «estuvo saturada» durante la primera hora. Muchos de ellos tuvieron que marcharse a trabajar sin poder hacer el trámite, que no pudieron retomar hasta horas después, en una pausa del trabajo o al acabar la jornada. Lo que no se esperaban es que esas horas supusieran quedarse sin plaza. Algo que han comprobado esta semana. «Las listas provisionales tendrían que haber salido el 25 de mayo, pero al final se publicaron después de las elecciones, el 30», comenta una de las afectadas.

Esta madre tiene lo que el Ayuntamiento considera «prioridad 1». Es decir, que la familia está empadronada en el municipio y, además, han presentado la documentación que acredita que en verano trabajan y que tienen un horario que no les permite cuidar de los niños. Sólo hay que revisar los listados provisionales para comprobar que, efectivamente, hay decenas y decenas de familias con prioridad 1 que se han quedado sin plaza. Algunas de ellas afirman que no pueden asumir el coste de una escuela de verano privada. «Muchas ya no tienen plazas. O te piden auténticas barbaridades», señalan. En este sentido, indican que las tarifas más económicas son de cerca de 400 euros por niño y mes, un gasto inasumible para muchas familias, especialmente para aquellas que tienen más de un pequeño.

Contratando más monitores

Desde el Ayuntamiento de Sant Josep reconocieron ayer que se han quedado fuera de las escuelas de verano municipales unos 200 niños con prioridad 1, aunque insisten en que se trata de listas provisionales y que la intención es que todos ellos acaben teniendo plaza una vez que se amplíe el número de monitores. «Se ha abierto un proceso de contratación y hay 45 personas que están interesadas en trabajar como monitores, por lo que confiamos en poder absorber a estos 200 niños», avanzó ayer un portavoz del Ayuntamiento de Sant Josep. Esto es lo que se está explicando a las familias, explicó este portavoz, que señaló que, en previsión de todas las llamadas que recibirían, se movilizó a trabajadores de otros departamento para que las atendieran, como administrativos de deportes o de los casales. «Un refuerzo para que los técnicos puedan dedicarse a tramitar las contrataciones de los monitores y no tengan que atender a las familias que llaman», añadieron desde el Consistorio. Uno de los motivos por los que tantos solicitantes se han quedado fuera, explican, es porque este año «hay más niños con necesidades especiales» y eso reduce el número de pequeños por monitor.

Ahora mismo hay 300 niños que han entrado en las escuelas de verano municipales y, con la contratación de más monitores Sant Josep calcula que entrarán los 200 con prioridad 1 que ahora no tienen plaza. Sant Josep calcula que otros 200 niños se quedarán sin plaza, pequeños empadronados en otros municipios, algunos de ellos escolarizados en Sant Josep, eso sí, reconocen desde el Consistorio, que detalla que el sistema se saturó porque, al pedir este año documentación que acreditara la necesidad de conciliar de las familias, el proceso «es más garantista y justo, pero se complica».

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