"Guárdame la hamaca", un servicio VIP para los menos madrugadores en las playas de Ibiza

Los 'concierges', una especie de asistentes personales para los turistas de alto 'standing', realizan este servicio por unos 500 euros por hamaca guardada

Á.T

El turista no muy madrugador o el turista al que le resulta complicado compaginar la vida nocturna vacacional con la reserva de una hamaca en la que tumbarse 'a la bartola', está de enhorabuena. Una empresa de Ibiza ha puesto en marcha, para éste tipo de turista, un servicio muy concreto: "Guárdame una hamaca".

La empresa Queen of Clubs, que se encarga en la isla de ofrecer todo tipo de servicios a turistas de alto poder adquisitivo, también incluye entre sus servicios, entre muchas otras cosas, la posibilidad a los clientes de guardarles sus hamacas (que deben reservar previamente) hasta que se les antoje aparecer para disfrutar de su día de sol y playa.

Alexia Parmigiani, de 46 años, que ocupa el cargo de concierge en la empresa, contó al medio Business Insider cuál es su misión en este servicio: vigilar que nadie se quede con la hamaca que ya han reservado y pagado los clientes en el beach club, "pero cuya reserva se pierde si llegas con 15 o 20 minutos de retraso", detalla la británica.

Su función es esperar a que llegue el cliente, ya sean 15 minutos o tres horas para que a pesar de llegar con retraso a la tumbona, la reserva no se cancele a favor de otra persona. Eso sí, la británica explica que durante este tiempo en el que vigila la hamaca, no puede sentarse ni tumbarse sobre ella.

Parmigiani explica que por realizar este servicio gana (por hamaca) un total de 500 euros. "El cliente paga además el precio de la tumbona, que puede llegar a costar otros 500 euros", cuenta.

La idea, en teoría está pensada para que los turistas puedan "adaptarse" al ritmo de la isla. "Todo empieza más tarde: la comida es a las tres de la tarde, la cena puede ser a medianoche, y luego te vas de fiesta y puedes acabar a las siete de la mañana o quién sabe cuándo. ¿Cómo es posible, entonces, estar en una tumbona a las once de la mañana? Es una isla de 24 horas", explica la británica.