Comida de final de mandato

Los alcaldes socialistas critican el funcionamiento del Consell de Ibiza: «Es una competición que agota»

«Todo el rato están con el algodón buscando qué se ha hecho mal, hasta las faltas», sostiene el alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz

Ana Juan y Vicent Marí, durante la comida. | VICENT MARÍ

Ana Juan y Vicent Marí, durante la comida. | VICENT MARÍ / e.r. eivissa

Eugenio Rodríguez Martos

Eugenio Rodríguez Martos

Los alcaldes socialistas de Ibiza y Sant Josep, Rafa Ruiz y Ángel Luis Guerrero, cargaron contra el Consell de Ibiza porque «no ha actuado nunca como entidad auxiliadora de los ayuntamientos, sino todo lo contrario». «Es una competición continua con los ayuntamientos que agota», recalcó Guerrero. El presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, defendió, en cambio, que «se intenta cambiar la inercia con los medios que se dispone». «Que no lo veáis...», lamentó.

Tal como el propio Marí dijo cuando era alcalde de Santa Eulària, Rafa Ruiz destacó que el Consell es «una institución ineficiente». «Todo el rato está con la prueba del algodón, buscando qué hacen mal los ayuntamientos, hasta las faltas de ortografía. Falta empatía», añadió.

Desde fuera, la presidenta de Formentera, Ana Juan, señaló que la imagen que «se transmite» es que «el Consell [de Ibiza] y los ayuntamientos no van a una». Influye la diferencia de color político», añadió. Ruiz corrigió a su compañera socialista de Formentera: «A veces no, ¡lo que sufrimos con el Cetis!», en referencia al pulso con el Consell cuando este lo presidía Vicent Torres, del PSOE, para abrir la estación de buses. Ahora «el sufrimiento» radica en los problemas para aprobar definitivamente el PGOU de Vila. «Y no hay directrices políticas. No me he sentido peor tratado por Vicent Marí que por Vicent Torres. Los dos presidentes quieren aprobarlo, pero la realidad es la que es», señaló, en referencia a que las diferencias son de los técnicos.

El alcalde de Ibiza se refirió también al retraso del Consell en sacar a licitación las nuevas concesiones de autobuses y lamentó que el Ayuntamiento si hubiera ido por su cuenta sin «confiar» en la institución insular, ya habría puesto en marcha su propio servicio urbano.

Asimismo, Ruiz reconoció que el escaso uso del transporte público en la isla es «un fracaso colectivo». El presidente Marí se escudó en que se trata de «unas concesiones muy complejas y una regulación muy rígida», al tiempo que apuntó hacia la depuradora de Vila. «Qué puñetas pasa aquí que con cosas prioritarias como esta llevamos hablando 20 o 30 años», cuestionó.

Por otro lado, Ruiz dijo que en el próximo mandato se debe ejecutar «sí o sí» la reforma del primer tramo del cinturón de ronda. El presidente Marí lamentó que, para introducir en el proyecto un parking subterráneo de 1.500 plazas, Vila desechase el que el Consell estaba «a punto de licitar». «Yo lo hubiera ejecutado como estaba y luego, una vez entregado, podríais hacer lo que quisierais [el aparcamiento]. Pasarán otros diez años y estará igual», advirtió.

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