Creatividad contra lo ‘fast fashion’ en la Escola d’Art de Ibiza

Son las 9.25 horas y 32 estudiantes se abalanzan sobre una montaña de unos 1.000 kilos de ropa en el hall de la Escola d’Art. Tienen que hacerse con varias prendas de segunda mano que les permitan elaborar un conjunto original en nueve horas, aproximadamente. Es el arranque de la segunda edición del Maratón de Reciclaje Creativo de Ropa de Ibiza, organizado conjuntamente por la Fundació Deixalles y la Escola d’Art.

Cualquier estudiante de este centro, así como exalumnos o profesores, y estudiantes de los cursos de patronaje y confección que organiza el Consell Insular, podían participar ayer en esta emocionante cita que sirve no sólo para que el alumnado aprenda a confeccionar un diseño de estilo libre, sino, principalmente, para fomentar una mayor conciencia medioambiental. Y es que estos mil kilos de ropa proceden de los más de 30 contenedores en la calle de recogida de textiles que la mencionada fundación tiene en diferentes puntos de la isla y en los que se depositan unas 40 toneladas de textil al año. El objetivo es que los estudiantes den una segunda vida a estas prendas, que a partir de hoy (hasta el 4 de mayo) se exponen para todo el público desde las 9 a las 15 horas en las instalaciones de la Fundació Deixalles. A lo largo de los próximos días, los miembros del jurado irán visitando el lugar para puntuar los atuendos. Los ganadores se darán a conocer el viernes 5 de mayo en una gala de entrega de premios en el hotel The Ibiza Twiins, en es Viver.

Moda sostenible

La directora de la escuela, Marian Ferrer, destaca la importancia de la parte medioambiental de esta actividad y de mostrar a los alumnos «que no podemos continuar así», en relación a la gran cantidad de residuos generados por la industria de la moda. Minutos antes de la carrera hacia el montón de ropa, Joan Carles Palerm, técnico de medio ambiente de la Fundació Deixalles, explica a los estudiantes que «el mundo de la moda ha cambiado mucho en los últimos 30 años. Desde el punto de vista ecológico, cada vez es más perjudicial. Está entre la segunda y la cuarta industria más contaminante del planeta, dependiendo de cómo se mire, puesto que es difícil tener los datos» [exactos]. Ya sea la cuarta o la segunda, esto evidencia la gran huella ecológica del modelo fast fashion.

Mira aquí el vídeo del concurso de reciclaje en la Escola d'Arts

De hecho, uno de los aspectos a tener en cuenta por parte del jurado es la cantidad de residuos generados por cada grupo participante (18 en total: 14 de ellos son parejas y los, cuatro restantes, concursantes individuales). «El residuo final va a tenerse en cuenta. Por ejemplo, si alguien coge 10 piezas y finalmente sólo utiliza tres, ese residuo puntuará negativamente», advierte Raquel Martínez, coordinadora de proyectos sociales en la fundación.

Muchos de los alumnos ya llegan concienciados a este concurso. Es el caso de Joana Kulju Rodríguez, estudiante de 1º de Bachillerato Artístico, que se muestra de acuerdo con esta medida: «Tiene mucho sentido. He visto el programa ‘Masterchef’ y en ese caso conviene evitar el desperdicio de comida. Esto nos conciencia y hace que, más allá de la parte de elaborar un outfit, pensemos en que las cosas que ya no se usan pueden reutilizarse para otra cosa».

Varios alumnos participan por primera vez en este concurso, que tiene más inscritos que el año pasado

Kulju participa en el certamen junto con Maria Tous Planells, también de 1º de Bachillerato. «Es la primera vez que voy a hacer algo así», confiesa Tous. De todas formas, ambas, al inicio del certamen, tienen muy claro qué quieren conseguir: «El objetivo es un outfit denim completo con toques de tela de camisas», detalla Kulju. Mientras ambas continúan enfocadas en su trabajo, describen los detalles de este resultado final que se proponen: «Haremos una falda con una base hecha de un pantalón y luego le meteremos recortes de otros pantalones vaqueros deshilachados», apunta, por su parte, Maria Tous, quien añade: «Pondremos la parte superior de la falda de lado y luego otros dos elementos de lado, para que haya una especie de cruzado». «Para la parte de arriba haremos un corsé con retales de vaquero y unos tirantes, que de alguna manera irán cosidos al propio corsé y que serán como dos manos que taparán los pechos», explican antes de comentar otros detalles de su modelo.

Ambas se muestran satisfechas con la ropa que han podido escoger. De hecho, las prendas estaban amontonadas en el centro desde el lunes por la mañana, por lo que los participantes ya podían hacerse más o menos a la idea de los materiales con los que les tocaría trabajar. Todos escogen la ropa en el hall y, poco después, tienen que subir las escaleras hasta llegar a un pasillo con varios maniquís y con tres aulas al fondo del todo en las que elaborar los vestidos. Así, a cada grupo le toca, después de haber escogido las prendas, un maniquí y una máquina de coser. «Si nos tocaba un maniquí de hombre, igualmente íbamos a hacer la falda. Queríamos algo bastante unisex», apuntan estas jóvenes.

En la misma sala se encuentran Eva Rodríguez y Martina Torres, otro de los 18 grupos. Rodríguez es alumna de 2º de Bachillerato Artístico y tiene 18 años. Saben qué look quieren, pero también que dependen de la ropa disponible. Se puede volver a bajar a la montaña de ropa para realizar cambios, aunque cada grupo debe tomar varias fotografías: una con todo el material de partida, otra del proceso, otra con el estilismo terminado y también con recortes de ropa que hayan sobrado.

«Nos ha tocado una máquina overlock y, cuando cose, corta. Corta el sobrante. Es para hacer los remates de las camisas, así que, para coser por en medio, esta máquina no nos sirve. Ahora la estoy probando», cuenta concentrada. En todo caso, el objetivo es «crear una falda a partir de unos pantalones vaqueros, con un corsé, a poder ser, de la misma tela, y una camisa bastante abombada, para que tenga más protagonismo», cuenta Eva Rodríguez. Luego le añadirán complementos como bolsos y bufanda, añade esta alumna al inicio de la jornada.

La camisa que usarán es blanca y con hombreras. El tejido vaquero es rojo, por lo que este será el color principal del atuendo, mientras que los complementos serán de color negro. «Nos hemos guiado por colores, más que por prendas», explica Rodríguez mientras continúa probando la máquina de coser, sabiendo que no hay tiempo para despistarse. «Ahora vamos bien, pero claro, las horas pasan muy rápido».

Los 32 alumnos trabajan repartidos en tres aulas. En la más grande se encuentran, junto con otros grupos, la pareja formada por Mariana Macías y Perla María Costa, de 16 y 18 años, respectivamente. Tienen su material colocado sobre una de las mesas y están en camino de lograr un «outfit de cartas de damas», por lo que a la hora de seleccionar se han decantado por lo que han visto de color rojo y negro. Ambas cursan Bachillerato y es la primera vez que participan en este maratón. Quieren estudiar Diseño de Moda en la universidad.

Los participantes tuvieron que escoger ropa a ciegas, ya que al principio desconocían qué maniquí y qué máquina de coser les iba a tocar

Perla María Costa le está sacando provecho a una chaqueta de color rojo de la montaña de ropa (no se podía añadir nada, ni siquiera complementos, que no fuera de los elementos recogidos y aportados por la Fundació Deixalles): «Tengo esta chaqueta, que tiene forro y se lo estoy quitando para aprovechar la tela. Luego, con la tela que sobre, haremos dos prendas diferentes. La chaqueta pasará a ser un ‘top’ para la parte de arriba y lo demás servirá para la parte de la falda, tal vez como complemento».

Nueve horas intensas

Estas jóvenes estudiantes, si bien ya han cosido alguna que otra prenda por su cuenta, afirman que nunca antes habían participado en un concurso como este. Todos los grupos tienen que acabar entre las 18 y las 18.15 horas. Raquel Martínez, de la Fundació Deixalles, cuenta que el año pasado, ya después de comer, el estrés de los participantes iba en aumento, aunque desde el jurado tratan de ser flexibles con el horario.

Lo importante es organizarse bien y establecer los pasos a seguir. Durante las primera horas de maratón, lo que se palpa es una gran diversión e ilusión en los pasillos de la Escola d’Art. También por parte de los propios organizadores. «Nosotras también nos lo pasamos muy bien, sobre todo durante el proceso de preparación», confiesa entre risas Raquel Martínez al lado de la directora Marian Ferrer.

Nayara Fernández y Elian Gálvez están también en 1º de Bachillerato y tienen 16 años. Después de bajar de nuevo al hall para coger alguna prenda más para su trabajo, colocan en el maniquí aquello que tienen pensado utilizar y debaten sobre lo que podrían hacer con todo ello. «Ahora mismo estamos intentando hacer un vestido que combine la parte de debajo de color blanco con la parte de arriba, que será más colorida», explica Fernández, aunque el vestido también tendrá un toque oscuro.

Primeros pasos

Cuentan que no tienen mucha experiencia cosiendo, pero la realidad es que esto es algo que ocurre en muchos otros grupos, por lo que esta es una manera amena y sostenible de empezar a aprender. Mientras habla, Fernández va observando las prendas que ha podido coger y mostrando los bocetos que tiene en la mesa. Admiten que no se pueden relajar, puesto que el tiempo es limitado: «Queremos hacer muchas cosas, va a ser complicado». Fernández y Gálvez han seleccionado un jersey que tiene varios parches coloridos que tal vez colocarán alrededor de la falda blanca: «Sería un toque bonito». «También tenemos esta tela, que es como una funda de edredón, y la vamos a utilizar para hacer una falda de capas», añaden.

Los ganadores se darán a conocer en una gala el viernes 5 de mayo, donde se entregarán tres premios de 600, 300 y 100 euros

Justo a su lado se encuentra Shengyi Lin, estudiante de 19 años de 2º de Bachillerato Artístico: «Es la primera vez que participo y la verdad es que estoy improvisando un poco, porque no tenía una idea clara». «Este conjunto es el mío, pero no sé si cambiarlo, estoy probando», añade señalando su maniquí.

El jurado está formado por una persona anónima de la Escola d’Art; la diseñadora Ariadna Ferrer, de K de Kose kose; el conseller de Medio Ambiente, Vicent Roig; la directora general de la Fundació Deixalles, Xesca Martí; y el técnico ambiental Joan Carles Palerm. Habrá sólo tres ganadores, con premios de 600, 300 y 100 euros, por orden de importancia.

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