Salud

Rutas saludables en Ibiza: La importancia de combatir el sedentarismo

Unas 300 personas se sumaron ayer al encuentro de rutas saludables que se llevó a cabo en Dalt Vila con la participación de las distintas entidades que fomentan hábitos de vida saludables entre las personas mayores o con enfermedades crónicas.

Josep Àngel Costa

Josep Àngel Costa

La actividad física, por muy moderada que sea, es una de las terapias que promueve la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). No se trata solo de mantener la buena forma, sino de un estímulo para que sus usuarios encaren mejor el día a día. «Se nota en una mejoría del estado de ánimo. A veces, no tienen ganas de salir o se encuentran solos y así se animan a la vez que entablan relaciones», explica la trabajadora social de la AECC, Pepi Prats.

Esta entidad es una de las que se animó a organizar salidas para luchar contra el sedentarismo, tanto por su cuenta como adheriéndose a las ‘Rutas Saludables’ que lleva a cabo el Ib-Salut en Ibiza. El programa surgió hace diez años en Mallorca y la siguió como ejemplo el Centro de Salud de Vila, de la mano de la enfermera Estela Terrer, en 2015.

Desde entonces, cada primavera y cada otoño organizan desde este ambulatorio un mes de actividades físicas, como yoga o pilates, además de paseos. Se ofrecen a los pacientes que más necesitan combatir el sedentarismo, sobre todo personas mayores o con enfermedades crónicas, y se les hace un seguimiento médico

«Hay gente que llega deprimida y acaba superanimada. Una usuaria que se apuntó en octubre ha perdido 10 kilos», valora Terrer. Tras finalizar las restricciones de la pandemia, estas actividades resurgieron con fuerza y se constata con las 300 personas que participan en la jornada de ‘Rutas saludables’ convocada por el Ibsalut en Dalt Vila. También colaboran en este encuentro entidades con iniciativas similares, como el grupo de salidas de la asociación Creix, el programa Ibiza en Gran del Consell o la propia AECC, además de los centros de mayores de la Llar Ibiza y l’Esplai.

Reactivarse tras el covid

Buena parte de estas propuestas nacieron a medida que se retiraban las restricciones por el covid, para contrarrestar la monotonía y soledad a las que quedó abocada mucha gente. «Había que animar a que se volvieran a poner en marcha los clubes de mayores con actividades en el exterior y fue una manera de volver a socializar», valora la psicóloga y coordinadora de Ibiza en Gran, Ana Serapio.

«Las primeras salidas fueron como terapias grupales que ayudaron a perder el miedo y a retomar el contacto unos con otros», recuerda Serapio. Ella misma es un buen ejemplo, ya que cuando puso en marcha el programa, hace dos años, acababa de perder a su madre por el covid.

En sus inicios, Ibiza en Gran organizaba dos salidas semanales, reducidas a una con la vuelta a la normalidad. Al igual que el resto de iniciativas que participan en el encuentro, son actividades gratuitas y con aforo limitado.

"Hemos recorrido caminos que nos han sorprendido muchísimo y descubrimos sitios que desconocíamos aún siendo ibicencos"

Las salidas dirigidas por Serapio, además de servir para ejercitarse con las caminatas, tienen un componente cultural y didáctico. «Hemos recorrido caminos que nos han sorprendido muchísimo y descubrimos sitios que desconocíamos aún siendo ibicencos», confiesa Margarita Molina. Como ejemplo, destaca el santuario púnica de la cueva de es Culleram.

Molina y su marido, Armando Tur, son asiduos de Ibiza en Gran desde que se puso en marcha, coincidiendo con su jubilación. También se han apuntado a la Universitat Oberta per a Majors, que ofrece otras rutas culturales una vez por semana.

«Antes todo era trabajar, pero ahora hemos descubierto una nueva vida para disfrutar. Tenemos toda la semana ocupada», sentencia Molina. Además, la jubilación les ha llevado a retomar las relaciones con muchos conocidos de juventud con los que fueron perdiendo el contacto.

Tur y Molina son de las pocas parejas en el baluarte de Santa Llúcia, donde ha llegado toda la comitiva que participa en este encuentro de rutas saludables,. Además, la abrumadora mayoría de los asistentes son mujeres.

«Venimos de una generación donde el hombre tenía más miedos de mostrarse a través del movimiento», apunta el profesor de baile Miguel Barranco, conocido popularmente como Miki. «Pero cuando tengo algún hombre en clase, son alumnos fantásticos y muy comprometidos. La danza es la mejor terapia que existe y las parejas que bailan juntas vuelven a enamorarse y, si es entre amigos, la amistad se refuerza», valora.

Barranco es profesor de pilates y de gimnasia motivacional, además de coreógrafo, y ofrece clases tanto en la Llar Ibiza como en l’Esplai. Para esta cita en Dalt Vila, él es el responsable de la sesión final de baile, después de unos ejercicios de estiramientos dirigidos por la fisioterapeuta del centro de salud de Vila Olga Hernández.

"La edad es un estado mental y ellas se van dando valor y se llenan de vitalidad"

En sus clases, Barranco intenta que sus alumnas «no sientan la edad que tienen» y, aunque los ejercicios se adapten a su condición física, «las trato como si tuvieran 30 años». «La edad es un estado mental y ellas se van dando valor y se llenan de vitalidad», sentencia Barranco. Por otra parte, con la danza trabajan en grupo, aprendiendo a ser «generosas unas con otras» cuando, por la edad, uno tiende a volverse más individualista.

La sociabilidad

Marga Serra es alumna de Barranco y ya hace seis años que asiste a todo tipo de actividades en l’Esplai y en la Llar Ibiza, como pilates y gimnasia. Antes de jubilarse ya hacía ejercicio regularmente, yoga y senderismo, pero ahora valora que en estos centros también se favorece la sociabilidad. «Además, Miki es una persona muy positiva y te contagia», subraya.

La directora del Centro de Salud de Santa Eulària, Consuelo Corrionero, da buena fe de que el movimiento «es un beneficio brutal para los pacientes». Ella formó parte del grupo de rutas saludables de Vila y ahora es una de las impulsoras de las de Santa Eulària, que se iniciaron en octubre y que también se extenderán a los centros de salud de es Viver, Sant Antoniy Formentera.

En Santa Eulària ejerce de guía de las excursiones José López, oficial retirado de la Policía Local. Él confirma que los hombres son más reticentes a participar, pero cree que también puede deberse a que ellos prefieren ejercitarse en solitario, mientras que las mujeres se animan más en grupo.

Para Pep Suñer, el resto de hombres de su edad debería aprovechar estas iniciativas con las que él se lo pasa «en grande». De hecho, él viene a todos las rutas de Ibiza salvo que el mal tiempo cancele los barcos, ya que es de Formentera. En cambio, su ceguera jamás le echa atrás para mantenerse activo.

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