Los apicultores de Balears urgen a que se eliminen los herbicidas más nocivos

EUROPA PRESS

Apicultores de Balears alertan de la necesidad urgente de avanzar hacia la prohibición del uso de los plaguicidas y herbicidas más peligrosos en la agricultura, como el glisofato, por su letalidad contra las abejas y otros polinizadores. También advierten de las consecuencias de la desaparición de estas especies y del riesgo de que elementos nocivos se introduzcan en la cadena alimentaria.

«La desaparición de las abejas es solo la punta del iceberg. Se están muriendo todos los insectos y para combatir una plaga necesitamos insectos», advierte el presidente de la Asociación Balear de Apicultores (ABA), Gerrit Parra, que insta a «reconvertir» la agricultura y recuperar el equilibrio para dejar de depender de los insecticidas detrás de los cuales, además, «se esconden intereses económicos».

Parra alerta de que con la extensión de los plaguicidas, los campos han acabado convertidos en «monocultivos desérticos» de los que la fauna auxiliar, como los insectos polinizadores, ha desaparecido.

En contextos así, las plagas se convierten en problemas importantes. «Hay muchos insectos que actúan como depredadores de plagas, pero al aplicar insecticidas y herbicidas, estos insectos beneficiosos desaparecen», apunta este experto.

En la misma línea, el responsable de apicultura de la Unió de Pagesos, Jaume Pou, argumenta que la existencia y la conservación de los polinizadores beneficia la producción de semillas y flores que acaban dando frutos. De este modo, ABA y Unió de Pagesos, ven con buenos ojos iniciativas que se plantean a nivel europeo encaminadas a avanzar hacia la prohibición de herbicidas.

En concreto, hace unos días las comisiones de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria y de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo, organizaron una audiencia pública con los impulsores de la Iniciativa Ciudadana Europea ‘Salvemos a las abejas y a los agricultores. Hacia una agricultura respetuosa con las abejas para un medio ambiente sano’.

Esta iniciativa, con más de un millón de declaraciones de apoyo hasta el momento, reclama a la Comisión Europea medidas jurídicas para eliminar gradualmente los plaguicidas sintéticos de aquí a 2035.