Falta de control en la restricción del tráfico rodado en Sant Rafel

Vecinos del pueblo indican que muchos vehículos pasan cada día en dirección contraria por el tramo de circulación restringida en la avenida de Isidor Macabich y señalan defectos en la señalización que llevan a muchos a pasar por alto el cambio

Isaac Vaquer

Isaac Vaquer

La limitación del tráfico en la avenida de Isidor Macabich de Sant Rafel, con el cierre del carril en dirección Sant Antoni desde el cruce con el desvío a Santa Agnès a modo de proyecto piloto, suscita reacciones enfrentadas en el pueblo.

Ayer fue la prueba de fuego con la vuelta al cole tras las vacaciones de Navidad y faltará ver el resultado que da la medida en los próximos meses, pero tanto entre los partidarios del cierre como entre sus detractores, se hacen notar aspectos que consideran necesario pulir, como la mejora del control de la medida o la ubicación de la señalética. Al menos una decena de vehículos se metieron en dirección contraria en el vial mientras se realizó este reportaje, la mayoría para acceder a los aparcamientos que se han creado o al supermercado que hay frente al cruce de Santa Agnès. Al menos un par de conductores decidieron saltarse a la torera la restricción y circular en dirección contraria.

Opiniones enfrentadas

«Yo no conozco a nadie que esté contento con la medida», comentaba Enric en el estanco del pueblo. «Mucho proyecto piloto para hacer Sant Rafel peatonal pero, ¿cómo quieres peatonalizar si sólo tenemos una calle?», indicó, recordando que todavía no existe la circunvalación desde la carretera que va a Santa Eulària con la carretera de Santa Agnès y la de Sant Antoni.

Su compañera en el estanco reclamaba además que se arreglaran los baches que hay en la vía que cruza el aparcamiento de al lado de la gasolinera, ahora que se usa como vial alternativo.

Además, indicó que «al menos debería haberse controlado la medida desde el principio». Apuntaba que ayer fue el primer día que se puso a alguna persona dando indicaciones por el regreso a las aulas, «pero estos días pasaban coches en dirección prohibida cada día. Lo mínimo sería poner a alguien que controlara el tráfico hasta que la gente se acostumbre a la medida».

Carmen, trabajadora del restaurante Can Pilot, se manifiesta «a favor del cierre de ese tramo de calle». El motivo principal es la mejora que supone para acceder al pueblo desde la carretera de Santa Agnès: «Antes no había forma de entrar en la calle desde esta carretera porque todo el mundo que venía de Santa Eulària pasaba por esta calle para ir a Sant Antoni».

Lo que sí apuntaba que se debía mejorar es la señalización para que la gente deje de pasar por el pueblo y se dirija a la carretera EI-600 (de Ibiza a Sant Antoni). «La señal que han puesto a mitad del pueblo quizás debería estar junto a la señal de Stop que hay a la altura del bar Es Cruce para que fuera más visible».

También echa en falta la presencia de policías los primeros días para controlar el cumplimiento de la restricción. «Hay muchos que tiran recto sin más», según dijo haber visto.

Desde su punto de vista, es un inicio para poder llegar a la peatonalización de todo el centro del pueblo. «El pueblo ganaría mucho, porque la gente podría estar más tranquila», indicó.

Más tráfico a otras calles

En el supermercado que hay en el punto en el que se corta el tráfico, Silvia critica que se haya quitado una hilera de aparcamiento en la calle de Toni d’es Pou, el desvío alternativo para los que llegan al punto en que la calle de Isidor Macabich está cortada. También se muestra molesta porque estos días se esté utilizando el aparcamiento del supermercado como vía de cambio de sentido.

Su temor es que mucha gente empiece a coger esta vía alternativa cuando empiece a llegar turismo y reabran los restaurantes que están cerrados en el centro. Una calle que recuerda que pasa por delante de la escuela y que normalmente se cerraba a la hora de entrada y salida de los escolares.

Esto es también lo que temen desde la Asociación de Vecinos de Sant Rafel. Su presidente, Vicent Riera, indica que la voluntad de pacificar el centro del pueblo es positiva y que la medida piloto favorece el acceso al pueblo desde la carretera de Santa Agnès, «pero hay que vigilar que esto no suponga un aumento del tráfico en la escuela, porque si pasa no habremos solucionado nada».

Por otra parte, apunta que habrá que ver cómo reacciona el tráfico desde Santa Eulària a la rotonda de la carretera de Ibiza a Sant Antoni. «Si allí, por la espera de los vehículos, incrementa mucho la cola, será un problema. Habrá que ver cómo responde el cambio del tráfico en este punto».

Menos camiones

Para la concejala de Gobernación de Sant Antoni, Neus Mateu, ya es un logro que el proyecto piloto haya llevado a muchos camioneros a cambiar su recorrido, algo que le han comentado vecinos del pueblo.

Indicó que esta semana se reforzará el control a la entrada y salida del colegio con Policía Municipal y Protección Civil. También se ha situado a un informador de Protección Civil en el cruce con la carretera de Santa Eulària de 8.30 a 9 y de 13.30 a 14 horas, cuando se solía prohibir el acceso a la calle que va al centro escolar. Sin embargo, ahora se mantendrá abierto al contar con esa calle como vía de escape.

Mateu explicó que se han enviado correos a asociaciones y a los principales servicios de la isla, como bomberos, el hospital o los taxistas, para informar de la medida. Respecto a los defectos señalados por los vecinos, indicó que esta semana se hará una reunión para analizar cómo implementar posibles mejoras.

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