Historia

El ibicenco que «ávido de aventuras» dio «una vuelta» por la Austria nazi

Vila incorpora a su Arxiu Històric medio millar de documentos procedentes de donaciones de particulares, entre ellos los que acreditan que el ibicenco Antonio Planells Boned formó parte de la Resistencia en Francia y que fue recluido en Dachau y Mauthausen

José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

Antonio Planells Boned estuvo recluido en los campos de concentración de Dachau, primero, y de Mauthausen, a 22 kilómetros de Linz (Austria), después. Cuando salió de este último tras ser liberado por las tropas estadounidenses a comienzos de mayo de 1945, envió una carta a su familia en la que edulcoró su paso por aquel presidio nazi, donde murieron (asesinados, a palos, muertos de hambre o extenuados) miles de personas, muchas de ellas compatriotas: «Ávido de aventuras, fui a dar una vuelta por Austria». Escribió aquel texto el 14 junio 1945, en una postal que contiene el sello de la censura militar española, supervisión castrense que fue realizada en Mallorca. Es probable que Planells no diera detalles de su paso por aquel tenebroso campo de exterminio porque previó que su carta sería sometida a censura previa.

Esa carta y 500 documentos más forman parte de las cuatro colecciones particulares que el Arxiu Històric de Ibiza ha incorporado recientemente a sus fondos fruto de la donación de diversos particulares. La carta de Planells y decenas de documentos de su vida han sido facilitados por la familia de Cas Cubano, pero hay otros que han sido cedidos por Lina Bufí, por el historiador Antoni Ferrer Abárzuza y por Florenci Arnan, fundador de la Biennal de Ibiza en 1963 y primer director del Museu d’Art Contemporani de la isla.

Esther Pol Planells y Maria Josep Planells Gutiérrez encontraron aquella carta de Planells y otros documentos en casa de su abuelo, Bartomeu Planells Cardona, Frit, cuando vaciaron su piso: «Hallamos mucha documentación, sobre todo de cuando fue a Cuba. Y también del tío Toni [Antonio Planells Boned]. Además hay cartas familiares, fotos…». Ambas son Frit, pero en Ibiza las conocen como de Cas Cubano, porque Bartomeu Frit emigró a aquel país y porque cuatro de los tíos de Pol y de Planells nacieron allí: «El abuelo era mestre d’obres. En Ibiza hizo las casas bajas que hay en la avenida de España, igual que las de la Via Romana. También participó en la construcción de la Comandancia».

«El tío Toni [Antonio Planells Boned] tuvo una vida bastante aventurera», resume Pol. Y tanto. Emigró con Bartomeu Frit a Cuba, luego volvió a Ibiza y desde aquí viajó a Argel, de donde regresó a la isla cuando estalló la Guerra Civil. Era republicano (anarquista de la CNT) y participó en la contienda, acabada la cual pasó a Francia: «Por los documentos que hemos encontrado, perteneció a la Resistencia gala. Lo detuvieron los alemanes en Burdeos, desde donde le enviaron al campo de concentración de Dachau (Alemania), primero, y a Mauthausen, luego, donde permaneció un año». Aquel en el que dio «una vuelta» por la Austria nazi «ávido de aventuras». Pol cree que en aquella carta no dio detalles a su familia para no alarmarla y, ante todo, que supieran que seguía con vida: «Evidentemente no podía decirles que acababa de estar en un campo de concentración».

Planells se quedó en Francia «una temporada» y emigró nuevamente a Argelia, pero cuando este país declaró su independencia tras una cruenta guerra con la metrópoli, tuvo que huir de allí, como muchos otros ibicencos. Fue de nuevo a Francia. Tras una temporada regresó a Ibiza, donde pasó los últimos años de su existencia.

Entre la documentación legada al Arxiu por la familia Cas Cubano hay libretas de Bartolo Planells, «de cuando iba a la escuela. Tenía una letra súper bonita». También, la partida bautismal de la abuela de Pol: «Me gusta mucho porque se remonta a tres o cuatro generaciones atrás».

El impulsor de la masonería

Fanny Tur, archivera de Ibiza, destaca también la documentación proporcionada por la familia Morales Cirer, una donación realizada por Lina Bufí. Contiene material de Joan Morales Cirer, «farmacéutico que introdujo la masonería en la isla» (Sol Naciente, en la que se le conocía como Clemente; tenía una farmacia frente a Sant Elm; murió enfermo en la prisión valenciana de Carlet), de su hermano Josep, y del hijo de este, Josep Morales Riera. La de este último es excepcional, pues supone un recorrido por todas las prisiones en las que fue recluido tras la guerra, como Porlier o Burgos: de esta se conserva un trozo de madera en el que el reo grabó su nombre y el del penal. También incluye las cartas enviadas a sus progenitores para que intentaran liberarle de esas cárceles: «Los padres alegaban en esas misivas que eran mayores y que necesitaban a Josep Morales Riera para el sostén familiar. Finalmente salió de prisión en 1946, pero durante muchos años vivió bajo vigilancia, en prisión atenuada en su casa». O bien sin poder salir de Formentera, primero, y de las Pitiusas, después.

Andreu Carlos López Seguí ha entregado al Arxiu otra documentación «interesantísima», según Tur: «Está formada por listas de voluntarios civiles de la represión en Mallorca en 1937». En esos listados se recoge, incluso, lo que cobraron por esa labor durante la Guerra Civil: «En este legajo se puede comprobar como la mayor parte de la movilización corrió a cargo de los partidos tradicionales de la derecha, en particular del Partido Agrario y de la CEDA. Estas milicias constituyen un grupo de civiles armados que pronto pasaron a integrarse en Falange, a medida que esta obtiene el protagonismo del golpe de Estado», se indica desde el Arxiu.

Además, se pueden estudiar en ellos «la configuración de estas unidades, la cantidad de sus fuerzas, y los movimientos y organización en columnas móviles, que fue la unidad típica de la Guerra Civil en Mallorca». Estas columnas tuvieron «un papel muy importante en el control de la población y en la primera represión». También se puede investigar la relación de soldados y militares «que prestaban servicios a diferentes batallones de milicias, como por ejemplo Palma». Y resulta ser un material «interesante» para los historiadores que investigan la Guerra Civil por los listados de nombres que contiene.

«Se trata de una veintena de cartas de gente como Isidor Macabich, Josep Marí, Isidor Marí, Mariano Planells, Ricard Giralt i Miracle, Joan Cabot, Erwin Bechtold… Es historia viva de los años 70»

Asimismo, Florenci Arnan ha facilitado más correspondencia de su propio archivo: «Se trata de una veintena de cartas de gente como Isidor Macabich, Josep Marí, Isidor Marí, Mariano Planells, Ricard Giralt i Miracle, Joan Cabot, Erwin Bechtold… Es historia viva de los años 70».

«Este Ayuntamiento es la repanocha», dijo, harto, aquel cargo a Florenci Arnan

Fanny Tur destaca de todas ellas una misiva escrita en 1972, cuando Isidor Macabich, archivero de Vila, ya estaba muy enfermo (murió un año después): «En ella se cuentan los intentos de un cargo para que se enviara un archivero provisional adscrito a la dirección general de Cultura, entonces dependiente de Madrid, con el fin de cuidar del archivo histórico ibicenco». Ante la inacción del Ayuntamiento de Vila, que no respondía a los requerimientos para que iniciaran las gestiones, alguien pidió a Arnan ayuda: «Este Ayuntamiento es la repanocha», dijo, harto, aquel cargo a Florenci Arnan.

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