Entrevista | Gemma Jiménez Guerra Microbióloga del Área de Salud pitiusa

Día Mundial del Sida en Ibiza: «Da igual los años que pasen, se sigue discriminando a la gente con VIH»

Gemma Jiménez Guerra, microbióloga del Área de Salud pitiusa, gana un accésit del premio Camilo José Cela de humanidades médicas del Colegio de Médicos de las Illes Balears por un estudio sobre el VIH

Gemma Jiménez Guerra, en el laboratorio del Hospital Can Misses.

Gemma Jiménez Guerra, en el laboratorio del Hospital Can Misses. / Juan A. Riera

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

‘Implicaciones legales del diagnóstico serológico del VIH y la comunicación de resultados’ es el título del trabajo con el que la microbióloga del Área de Salud Gemma Jiménez Guerra recibió ayer un accésit del premio Camilo José Cela de humanidades médicas, de la fundación Patronato Científic del Colegio de Médicos de Balears. Un trabajo que ha realizado en colaboración con el licenciado en Derecho Antonio Rodríguez y en el que se destaca que no se puede hacer una prueba del VIH sin el consentimiento del paciente, «por muy fundada que sea la sospecha» así como la responsabilidad de los sistemas sanitarios en el establecimiento «de una ética social y organizativa».

Una microbióloga haciendo un trabajo sobre las implicaciones legales y éticas del diagnóstico serológico del VIH.

A mí, la parte de bioética es una de las partes de la medicina, de mi trabajo diario, que me interesa más desde hace tiempo. Pero no se trata mucho. Estaba pensando hace tiempo en escribir algo así. No comencé este trabajo con la idea de presentarlo al premio, sino porque me apetecía tratar ese tema, reflexionar sobre el derecho a la intimidad y los valores de la bioética en el VIH. Es una cosa que siempre está muy en boga y al ver que surgía esa oportunidad en el Colegio de Médicos de Balears, aproveché. Pero ya estaba haciendo el trabajo desde antes. No tuve que correr mucho para tenerlo terminado en plazo.

Dice que es un tema muy en boga. ¿Sigue habiendo gente que señala a las personas con VIH?

Hace ya más de 40 años que se habla del VIH, pero lo de saber quién tiene una enfermedad infecciosa asociada a ciertos comportamientos es algo que ha pasado toda la vida. Desde siempre. Por mucho que se intente formar y concienciar a la gente para que no haya una discriminación es algo que sigue pasando, siempre hay gente que lo hace. Da igual cuántos años pasen. De lo que se trata es de que la gente se informe para que cada vez pase menos.

En el trabajo habla del consentimiento informado a la hora de hacer la prueba del VIH. ¿Por qué hay que pedirlo?

Es algo que pasa con el VIH y que ha pasado con otras enfermedades a lo largo de la historia. La semana pasada estuve en un curso de leprología y era algo muy similar. Es algo que pasa cuando tienes una enfermedad infecciosa que se relaciona con unas características concretas de transmisión y que se desconocen, porque no tienen por qué ser exactamente esas vías la forma en la que te has infectado de VIH, lepra o tuberculosis. Cuando se asocia una enfermedad a unos comportamientos que pueden dar lugar a que la gente piense de ti cosas que no son se pide el consentimiento. Para que pienses si eres capaz de soportar ese posible diagnóstico positivo y también si alguien de tu alrededor necesita saber si tienes esa patología. El diagnóstico de VIH lleva unas implicaciones sociales que pueden dar lugar a cierta discriminación. Pero es algo que no sólo pasa con el VIH, sino con otras enfermedades infecciosas, aunque el trabajo se centre en el VIH.

Lo de señalar a los personas con una enfermedad transmisible lo hemos vivido hace nada con el covid, sobre todo al principio.

Efectivamente. Cuando decías que tenías covid te decían «seguro que te has contagiado porque estabas en el bar» o porque no habías guardado la cuarentena… Es exactamente lo mismo, ese tipo de cosas.

¿Cómo viven los pacientes ese diagnóstico? Siempre se dice que Ibiza es una isla muy tolerante.

Yo no trabajo directamente con los pacientes, estoy en el laboratorio, pero creo que la población de la isla está bastante concienciada con estos temas. En Can Misses tenemos la Consulta de Atención a las Infecciones de Transmisión Sexual (Caits) y también la de PrEP (profilaxis preexposición) y son pacientes ávidos de conocimiento y de saber cómo prevenir.

¿No siente curiosidad por tratar directamente con los pacientes?

Sí, sí. De hecho, he trabajado con pacientes, pero en un ambiente completamente diferente, en el área rural.

¿Seguirá profundizando en este tema?

Quizás no relacionado directamente con el VIH, pero sí relacionado con otro tipo de patologías infecciosas, el consentimiento informado y el derecho a la intimidad. Me gustaría seguir escribiendo.

El derecho a la intimidad parece que se olvida un poco a veces con los pacientes.

El derecho a la intimidad es un derecho complicado, por decirlo de alguna manera. Cuando eres sanitario y trabajas con pacientes, si no te informas bien tú crees que lo estás haciendo bien cuando, en realidad, estás incurriendo en errores en los que no deberías.

Se comparte habitación, el compañero y todos sus acompañantes se enteran siempre de todo.

Realmente pasa con cualquier enfermedad, hasta con la más nimia. Es que ni aunque hablemos de una gripe, nadie puede saber que tienes una gripe o una apendicitis.

¿Qué supone este premio?

Estas cosas me motivan para seguir haciendo cosas. ¿A quién no le gusta que le den un premio y que le reconozcan el trabajo? Me anima a tratar el tema del derecho a la intimidad y la bioética. Aunque no esté estrictamente relacionado con lo que hago, me apetece seguir por este campo.

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