Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La carta del médico del hospital de Ibiza que renuncia a su puesto por acoso laboral

El facultativo asegura que en Urgencias hay un ambiente de «conducta violenta, con insultos y gritos, que forman parte del día a día de nuestras jornadas»

Carta de René Brito

René Brito es médico en Urgencias en el hospital Can Misses y ha renunciado a su contrato por el acoso que dice sufrir por parte del entorno sanitario con el que trabaja codo con codo.

El doctor ha enviado una carta a sus compañeros para explicarles los motivos que le han llevado a tomar esta decisión.

Sin embargo, desde el Área de Salud de las Pitiusas confirman a este medio que el facultativo «no ha utilizado ninguna de las vías disponibles para este tipo de situaciones».

Esta es la carta de René Brito:

Ibiza 20 de Julio de 2022

LA CULTURA DE LOS GRITOS Un servicio de Urgencias sin Salud Mental es una "Urgencia".

Hoy es un día muy triste para mí, porque no he sido la persona más valiente para defender el esfuerzo de muchos años, no todos tenemos la capacidad de defendernos, no por lo menos a través de insultos e improperios, no a través de los gritos.

Hace tres años que trabajo en la Urgencia del Hospital Can Misses de Ibiza, soy médico, la pandemia ha sido muy fuerte para todos, la temporada de verano en esta localidad aumenta aún más la presión, la carga laboral explotante se siente en nosotros cada vez más, sin embargo existen compañeros que intensifican aún más ese estrés.

La ausencia de gestión por parte de la directiva del hospital en cuanto al valor de la salud mental de los trabajadores se siente. No existen protocolos puestos en práctica que identifiquen cierto tipos de agresiones, las agresiones silentes, aquellas que están generadas por el acoso laboral que se siente, y de las que nadie se atreve a hablar.

El acoso laboral en este importante servicio del Hospital Can Misses, el cual ha perpetuado una conducta de violencia, insultos y gritos cotidianos, y que forman parte del día a día de nuestras jornadas, es un delito silente del que no se habla, y que ha quedado ensombrecido y disimulado con la excusa de la alta carga laboral.

Típicamente se ve manifestado por compañeros de mayor antigüedad con respecto a los más nóveles. Hay quienes han transformado su conducta para sobrevivir, la necesidad de trabajo de muchos permite adaptarse a estos factores agresores o igualar los patrones de conducta para ser escuchados y respetados, potenciando aún más el daño psicológico que ocasiona en los otros tantos, muchos, pero silenciados, compañeros de trabajo que aún hoy no sienten la valentía de alzar sus voces.

Un servicio atacado por otros múltiples servicios, también enmascarando sus conductas con la excusa comprensible de la extenuante carga. Un círculo vicioso que parece desconocer las altas esferas gerenciales.

Entre todos, luchamos por sobrevivir, postulando patrones de comportamientos erráticos de manera anárquica, a modo de ensayo y error, esto, insisto, debido a la deficiente puesta en práctica de protocolos de protección de la salud mental de los trabajadores.

Hoy no he podido ser yo quien haya logrado tener la fuerza de luchar contra esto, pero espero que mi experiencia sirva de estímulo para muchos, para identificar estos delitos que se esconden injustificablemente en este servicio de urgencias.


Con lamento me despido de ustedes, no como médico, sino como amigo.

René Brito

Compartir el artículo

stats