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Vecinos acusan a Sant Antoni de permitir que Amnesia «incumpla» la ley de contaminación acústica

Una treintena de ellos ha presentado una denuncia en el Ayuntamiento alegando que no pueden descansar

Residentes en Sant Rafel lamentan que las autoridades no velen por su descanso Vicent Marí

Una treintena de vecinos de Sant Rafel ha denunciado en el Ayuntamiento de Sant Antoni el «incumplimiento» de la discoteca Amnesia en materia de contaminación acústica y lumínica. Aseguran que no solo agotarán la vía penal, sino que «llegarán hasta donde haga falta» para solucionar un problema que no les permite descansar por las noches.

En un escrito presentado el 4 de julio, los vecinos explican que, «desde el inicio de esta temporada estival, por parte de los responsables de Amnesia, se está incumpliendo, de una forma flagrante y reiterada, la normativa respecto a la contaminación acústica y lumínica, con hechos que podrían ser constitutivos de delito contra el medio ambiente y con grave riesgo para la salud de las personas».

Asimismo, cargan contra el Consistorio, a cuyos representantes habían avisado en reiteradas ocasiones del alto volumen de la música y de la luz que proyectan la decena de pantallas instaladas en el exterior del local. Hablan del «agravante de la complicidad del Ayuntamiento a la hora de permitir tales conductas, a pesar de las quejas de los vecinos». «Tal comportamiento está causando importantes molestias a los vecinos, impidiendo su necesario descanso, y les ha obligado de forma reiterada a requerir la actuación de la Policía Local para que actuara contra dichos comportamientos ilegales, sin que hasta esta fecha [4 de julio] se haya dado solución al problema por parte de las autoridades competetentes», añaden los afectados.

Su objetivo, insisten, no es «perjudicar» el funcionamiento de la discoteca, sino que este «se ajuste a la normativa vigente» para poder convivir «de forma pacífica». Una circunstancia que «no está ocurriendo», a pesar del «pleno conocimiento por parte de los responsables municipales» de la situación.

Por todo ello, piden que se dé cumplimiento a la ley 1/2007 contra la contaminación acústica de Balears, así como a la ordenanza municipal de ruidos. De lo contrario, piensan llevar a cabo «actuaciones legales en caso de inactividad de la Administración».

Vecinos

A menos de cien metros de la discoteca vive Ascensión Rubio con su marido y sus hijos y afirma que no puede más. «Los que vivimos aquí somos los que sufrimos las consecuencias. Estamos hartos de que Ibiza esté vendida al resto del mundo en verano y nosotros no podamos vivir tranquilos. Esta situación clama al cielo», critica.

Su marido está a punto de ser intervenido de su segundo cáncer y ha llegado incluso a dormir con una máscara para evitar la luz de la discoteca. Ella es asmática y no puede pasar muchas horas en una habitación con el aire acondicionado puesto, así que ahora, con todas las puertas y ventanas cerradas para que entre el menor ruido posible, dice que apenas descansa por el calor.

«Estamos cansados de llamar a la Policía Local y a la Guardia Civil y vemos que nadie está por la labor de hacer nada. Es un infierno los siete días de la semana», apunta. A esto se suma, añade, «las carreras de coches que se hacen en el exterior y los botellones con música en el aparcamiento».

Por su parte, María [nombre ficticio], también vecina de la zona, subraya que lo que está sucediendo esta temporada es «exagerado». Lleva 12 años viviendo en una casa a apenas 1,5 kilómetros del local y dice que «siempre se nota más ruido en los 'openings' o fiestas puntuales, pero que ahora ocurre a diario. Incluso con las ventanas cerradas se escucha la canción que está sonando».

Además, explica que hay una carpa montada en el exterior que cuenta con un dj. «Estoy agotada. Lo único que quiero es que dejen de cometer ilegalidades porque hay argumentos suficientes para precintar los equipos musicales», sostiene.

Esta residente en la zona reitera que ha llamado en varias ocasiones a la Policía Local, la última el pasado fin de semana. «Me dijeron que solo había llamado yo, por lo que no servía de nada», lamenta.

Tres denuncias

Desde el Ayuntamiento de Sant Antoni reconocen que han recibido quejas desde que abrió la discoteca. «No hemos podido acudir a todas las llamadas porque hay más cosas que atender, como avisos por violencia de género, peleas…», dice la concejala de Gobernación y Medio Ambiente, Neus Mateu. Aun así, afirma que han denunciado en tres ocasiones al establecimiento, entre los meses de mayo y junio, por incumplir la ordenanza municipal reguladora del ruido y las vibraciones y por alargar el horario de cierre. Sin embargo, no especifica a cuánto ascienden las sanciones.

A raíz de la denuncia, añade Mateu, se estudia cuándo se puede hacer una inspección técnica y la sonometría, que no se ha realizado hasta el momento. «También tenemos llamadas sobre gente que se queda en el aparcamiento y hemos pedido que lo controle la seguridad privada del local», indica.

Respuesta de Amnesia

Desde la dirección de la discoteca reconocen a este diario estar al corriente de las quejas e insisten en que están trabajando para solucionarlo. Según explican, han «cambiado el sistema de sonido de la terraza por uno superior, analógico y orgánico, para que la experiencia de la gente sea de alto nivel».

En este sentido, las mismas fuentes indican que, al cambiarlo, «necesita un periodo de adaptación para optimizar y controlar el sonido». «Es un problema que está encima de la mesa y tenemos a gente midiendo la contaminación acústica en el exterior desde hace tiempo».

«Queremos convivir bien con nuestros vecinos y estamos haciendo lo necesario para solucionar el problema», concluyeron fuentes de la dirección de la discoteca de Sant Antoni.

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