La inflación se ceba en la agricultura, donde los precios han subido un 40%

La inflación sigue castigando la agricultura, sector donde los precios siguen «disparándose» desde que Rusia atacó a Ucrania a finales de febrero. Juan Antonio Prats, gerente de la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni, asegura que están «notando mucho los aumentos de los precios de los cereales y del forraje, cada día».

En el caso de los cereales, «han subido un mínimo del 40%». Y los insumos han multiplicado su precio un 40%. Por ejemplo, el abono 15-15-15, el más utilizado por los payeses de Ibiza, ha subido «más de un 50%». El estiércol, menos, pero también se ha encarecido en torno a un 10%.

Primero fue la pandemia, luego el barco mercante atravesado en mitad del Canal de Suez y ahora la guerra. Cada vez que parecía que volvíamos a la normalidad y que los mercados recuperarían la calma, de nuevo entraban en un frenesí especulativo. En marzo, tras las dos primeras semanas de guerra y de que empezaran a caer bombazos sobre el granero de Europa, el precio de los cereales, con los que se alimenta al ganado pitiuso, subió como la espuma. Entonces, la Cooperativa Agraria de Sant Antoni pagó cada tonelada de sus últimos pedidos un 24,7% más cara. Previamente experimentó, a finales de 2021, un fuerte incremento (alrededor de un 30%), amortiguado después. Hasta que estalló la guerra. Ya se cotizan un 40% más caros.

Lo mismo sucedió con los insumos. El presidente de Agroeivissa, Iván Colomar, estaba preocupado por su sobrecoste, en torno al 20%, y, especialmente, por la incertidumbre de «cuánto» duraría esa situación. Pues tres meses más tarde ha ido a peor y hay abonos que se pagan un 50% más caros.

La guerra, sin embargo, no ha supuesto la siembra de más cereales en estas islas, escasos en el mercado porque Rusia bloquea los puertos ucranios: «No ha afectado porque el conflicto bélico empezó la tercera semana de febrero, cuando toda la siembra ya estaba prevista desde finales de 2021. Además, tampoco se habría sembrado mucho más, pues hay la extensión que hay y hay los agricultores que hay» en Ibiza.

Peor la lluvia que el calor

Para este año se han sembrado 11 toneladas de grano de avena (en parte para forraje, en parte para grano), cuatro toneladas menos que en 2021. Para forraje, 12 toneladas en 2022, las mismas que hace un año, y trigo, 12,8 toneladas, cuando en 2021 se emplearon 11,2 toneladas. Además, se cultivaron 14,3 toneladas de cebada, 3,1 toneladas más que hace un año. En total, 50,1 toneladas de cereales y forraje en 2022, apenas 0,7 toneladas más que en 2021.

Respecto a la ola de calor, José Antonio Prats asegura que no ha perjudicado al cereal, al contrario de lo sucedido en la Península: «Lo que más ha perjudicado ha sido la lluvia del pasado miércoles (25 de mayo), pues ya estaban segando el forraje. Como se ha mojado, habrá que esperar a que se seque para embalarlo. Retardará los trabajos, que ya llevan retraso acumulado de un par de días porque hay mucho por hacer y tenemos pocas máquinas», detalla Prats.

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