La víctima del incendio en una chabola de sa Joveria en la noche del sábado llegó a hablar con dos policías locales poco antes de morir. «Han venido a por mí», manifestó en dos ocasiones a los agentes que lo localizaron, envuelto en llamas, junto a unas chabolas escondidas entre el Hospital Can Misses y el Recinto Ferial.
De igual manera, la Policía Nacional, que se hace cargo de este caso, tenía previsto interrogar ayer a un testigo que aseguró haber visto a unas personas escapar de la zona del accidente justo después de comenzar el fuego. Así, de momento, y a la espera de que avancen las pesquisas, no se descarta que el incendio pudiera haber sido intencionado, según fuentes próximas a la investigación.
El aviso del fuego se recibió a las 21.55 horas e, inmediatamente, se desplazaron al lugar unas patrullas de la Policía Municipal, los bomberos, la Policía Nacional y varias ambulancias, puesto que se desconocía cuántas personas podrían encontrarse en las infraviviendas.
Dos agentes municipales fueron los primeros en atender a la víctima, que aún se encontraba consciente y llegó a avisarles de que habían ido a buscarle. Este hombre sufría quemaduras de tercer grado en el 90% de su cuerpo y, a pesar de las maniobras de los sanitarios de la UVI móvil, murió a las 22.40 de la noche, según detalló el Ayuntamiento de Ibiza. En el lugar de los hechos no se encontraba ningún otro morador de las chabolas destruidas.
"Inicialmente, la policía confundió la identidad del fallecido con la de un gorrilla de los aparcamientos"
Confusión inicial
En un primer momento, el Ayuntamiento informó de que el falleció podía ser un gorrilla de los aparcamientos de 46 años y con problemas mentales, pero horas después corregía la información, puesto que la Policía Científica había confirmado que se trataba de otra persona.
De hecho, una mujer que vive en una caravana a 200 metros del incendio, Claudia, ayer por la mañana mostraba su extrañeza porque la policía le hubiera preguntado por el gorrilla al que confundían con el cadáver. «Todo el mundo le conoce y es muy extraño que hubiera venido por aquí, ya que él no vive en esta zona», respondió a este diario. Según ella, en esas chabolas, ocultas por acebuches y la vegetación descontrolada, vivían dos jóvenes marroquíes y dos rumanos.
Verónica es una enamorada de los gatos que acude a sa Joveria hasta tres veces por semana para alimentar a los felinos silvestres, de manera que se encontraba regularmente con los habitantes de ese asentamiento. «Son dos primos de veintipocos años y un rumano de unos treinta. La última vez que los vi fue la semana pasada», explicó.
Según detalló, estas personas residen en este lugar desde hace un año. «Anteriormente, vivía una familia y un hombre que había estado hospitalizado con problemas en la pierna, pero volvieron a Rumanía».
"Sa Joveria sufrió hasta tres incendios en julio de 2018, quemando tres caravanas y una chabola"
Otro persona contó, en esa misma zona, que momentos antes había llegado un joven marroquí que le informó de que era uno de los que vivía en las cabañas, para ver si encontraba alguna de sus pertenencias. Este habría manifestado que él y su compañero no se encontraban en el campamento en el momento del incendio. En otros asentamientos chabolistas de sa Joveria ya se han producido incendios con anterioridad.
El caso más llamativo se dio en julio de 2018, con hasta tres fuegos en una semana. El más grave asoló tres caravanas de un clan de vendedores ambulantes y la cabaña que compartían cuatro indigentes.
