El Ministerio del Interior ha aprobado 117 solicitudes de protección temporal en Baleares para ucranianos que han huido de su país por la invasión rusa, según datos facilitados por la Delegación del Gobierno en las islas: 68 en Mallorca, 43 en Ibiza y seis en Menorca. Este documento, válido por un año renovable, habilita a trabajar y residir tanto a las personas llegadas a España en los últimos días como a las que ya estaban en el país.
Desde Cruz Roja advierten de que seguirán llegando más refugiados en las próximas semanas, aunque en el caso de Ibiza no se puede hablar, dicen, de emergencia social como en Mallorca, donde la llegada es «masiva». De momento, la entidad ha atendido, de forma directa, a 22 personas en la Pitiusa mayor (14 mujeres, un hombre y siete menores), a las que han proporcionado información y orientación relacionada con la tramitación de documentación, así como ayudas para atender las necesidades básicas urgentes (alimentos, ropa y algún juguete).
«Tratamos de cubrir las necesidades básicas y les entregamos alimentos o ropa aunque estén alojados en casas de familiares o amigos», señala Xavier Pozo, responsable de Comunicación de Cruz Roja en Balears. «Las personas que han ido llegado están con grupos familiares o en casas de amigos, pero hay un grupo que está alojado en un hotel porque así lo han querido», añade.
De hecho, hasta el momento, ningún refugiado ha requerido alojamiento por parte de las administraciones o entidades sociales. Desde la conselleria balear de Asuntos Sociales explican que el hotel puente de Platja d’en Bossa -que se había destinado a pacientes covid que no pudieran garantizar un correcto aislamiento y que ahora se ha puesto a disposición de los refugiados que puedan llegar a Ibiza- «no ha acogido a ninguno». Asimismo, recuerdan que el Gobierno central todavía no ha dado a conocer cuántas personas de las que ya están en España podrían llegar al archipiélago.
Paralelamente, Pozo indica que, además de cubrir sus necesidades esenciales, se les proporciona orientación jurídica y apoyo emocional. «Estamos haciendo valoraciones con un grupo de psicólogos, en coordinación con otros organismos, para dar cobertura emocional a estas personas», señala.
Y es que, al tratarse de una crisis humanitaria derivada de un conflicto que les obliga a abandonar su país, «la carga emocional es muy importante», subraya Pozo que añade que «no podemos olvidar que se están separando de sus seres queridos, se están quedando sin sus casas, sin sus trabajos. Su vida ha desaparecido de la noche a la mañana y tienen que volver a empezar de cero».
El equipo de Cruz Roja en Ibiza que atiende a refugiados ucranianos está formado por tres trabajadores sociales y cinco voluntarios, «cuatro de ellos dominan el idioma ruso», recalca Pozo, que es el primer idioma más común en las regiones de Dombás y Crimea de Ucrania, y el idioma predominante en las grandes ciudades del este y sur del país.
Asociación ucraniana en Ibiza
La entidad Nuestra Ucrania, integrada por ucranianos que residen en Ibiza, sigue trabajando para ayudar a sus compatriotas. De hecho, «ya están en camino todas las donaciones» que se han hecho desde el 28 de febrero y hasta el 7 de marzo; palés cargados de alimentos, productos farmacéuticos y artículos de higiene.
«Como la guerra continúa y seguimos necesitando vuestra ayuda, mantendremos abiertos los puntos de recogida», explica la asociación en sus redes sociales. Los interesados en hacer donaciones pueden acercarse a la avenida Doctor Ricardo Curtoys, 1 y a la calle San Lorenzo, 16 en Santa Eulària.
Familias pitiusas ofrecen sus casas
UkraineTakeShelter.com es una plataforma, creada por dos estudiantes de Harvard, que conecta a los refugiados ucranianos con potenciales anfitriones y viviendas.
En el caso de Ibiza ya hay cinco anuncios para acoger personas y uno en Formentera. Este último, por ejemplo, expone: «Casa de campo de un padre con dos niños dispuesto a alojar a dos personas».
