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Arqueología en Ibiza: «Los huevos de avestruz eran un objeto de lujo para los fenicios»

Juan Antonio Martín Ruiz inaugura en el Museo Arqueológico el ciclo de conferencias que complementa la exposición ‘Principio vital’

Juan Antonio Martín Ruiz, en una conferencia ofrecida hace unos años en el museo.

Vacías. Completamente protegidas con esparto. O colgadas. Así viajaban las cáscaras de los huevos de avestruz desde el norte de África a la Ibiza fenicia. «Se les hacía un boquete para sacarles el contenido, que se podía pudrir y eso perjudicaría al cascarón», detalla Juan Antonio Martín Ruiz, de la Universidad Internacional de Valencia, responsable de inaugurar el ciclo de conferencias que complementa la exposición ‘Principi vital: closques d’ou d’estruç a Ibiza’. En ella, el Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera muestra los que se han encontrado en excavaciones en la isla, donde se han localizado cerca de un centenar de piezas completas. Que a veces viajaban colgadas es la conclusión a la que se ha llegado por los «agujeritos» que se han detectado en algunos de estos delicados elementos que formaban parte del ajuar funerario de los antiguos fenicios.

Detalle de uno de los huevos de avestruz que se conservan en el Arqueológico. | T. ESCOBAR

No de todos. Martín Ruiz ríe cuando se le pregunta si los de avestruz eran los huevos de Fabergé de la época. «Eran un elemento de lujo», confirma el experto, que destaca que son, además, unos objetos de los que únicamente se han encontrado restos en zonas de costa. «O un poco más adentro, pero no en la Meseta», señala. «Por la fragilidad y el peligro de su transporte. Hay piezas de marfil que han llegado a Extremadura, pero no huevos de avestruz», comenta, horas antes de la charla, el conferenciante, que se confiesa emocionado de poder hablar de los huevos de avestruz, un tema «muy poco tratado» cuando se habla de los fenicios y que, además, aún está cuajado de misterios por descubrir.

Uno de esos interrogantes es, precisamente, si en Ibiza había un taller en el que se decoraran estos huevos. «Es algo que se discute», explica Martín Ruiz que menciona, como ejemplo, el yacimiento de La Fonteta, en Guardamar del Segura (Alicante), donde se encontraron unos 3.000 fragmentos. Aunque todo el aspecto de la simbología lo tratará esta tarde (19 horas) Luis Alberto Ruiz Cabrero, Martín Ruiz recuerda que en la cosmogonía fenicia el mundo nace de un huevo, por lo que se considera un elemento regenerador y cargado de la fuerza de ser el punto del que surge la vida. Un puente entre la vida y la muerte. Eso sí, las avestruces tenían mala fama: «Se asociaban a lugares desérticos, áridos».

Los huevos de avestruz no estaban al alcance de cualquiera. Eran algo, casi, principesco. «Hay que pensar que primero había que engañar al avestruz para quitárselo, que no es algo fácil. Lo mismo que el transporte, luego, a los talleres», justifica. Los materiales con los que se decoraban, explica, estaban también cargados de simbolismo. Uno de los más habituales era el ocre, que por su color rojizo simbolizaba la sangre, el renacimiento después de la muerte. «Hay zonas en las que las decoraciones eran más barrocas, incluso con cabezas de gorgonas y otras más simples», detalla el experto sobre las grecas, meandros y figuras que los recorren. En estos talleres, además de decorarlos, los «procesaban» para intentar preservarlos lo máximo posible: barnices, ácidos...

Los huevos de avestruz llegaban a Ibiza a través de las redes comerciales fenicias. «De Gouraya, en Argelia, se mandaban a Villaricos, en Almería, donde se han encontrado 800 piezas completas, y, una vez decorados, se vendían utilizando los circuitos comerciales», detalla el experto, que explica que, por el momento, únicamente se atribuye un uso funerario a estos huevos. por los pigmentos, que podían colar al interior, se descarta que se emplearan como recipientes para agua, a diferencia de lo que hacían, por ejemplo, los bosquimanos. En lo referente a su uso, señala el experto, aún hay misterios por resolver. De hecho, en ocasiones, cuando los yacimientos se han quemado, es difícil distinguir los pedazos de huevo de avestruz de los de conchas, por ejemplo, explica Juan Antonio Martín Ruiz, que explica también que en algunos ajuares funerarios en vez de restos de cascarones de avestruz se han encontrado huevos de gallina.

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