Después de dos años de pandemia, en Ibiza había ganas acumuladas de volver a tomar las calles y alzar la voz por los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Se notaron en el entusiasmo y la energía con la que levantaron pancartas y corearon lemas feministas las cerca de 700 personas que participaron en la manifestación convocada por la Comisión 8M, formada por Emprendada Feminista, La llave del armario, Médicos del Mundo, Libertarias y Dones Progressistes. «La llama violeta sigue más viva que nunca», constataron satisfechas las portavoces de los colectivos feministas cuando a las ocho de la tarde se subieron al escenario del parque Reina Sofía para leer el manifiesto del Día Internacional de la Mujer.
Dos horas y media antes, las asociaciones integrantes de la Comisión 8M habían empezado a calentar motores en el parque de la Paz. Allí decenas de personas, sobre todo mujeres, entre ellas muchas jóvenes, aprovecharon para escribir los mensajes reivindicativos de los carteles que luego iban a lucir en la manifestación. Muchas tiraron de imaginación y otras se decantaron por frases feministas de mujeres célebres, incluidas instagramers, como la de ‘El patriarcado son los dinosaurios, nosotros el meteorito’, de Lola Vendetta, una joven ilustradora que muchos comparan con la nueva Mafalda de la era digital.
El parque de la Paz fue también el escenario de una performance de Lucía Ortín, que pretendía hacer reflexionar al público sobre la importancia del consentimiento en las relaciones sexuales. «¿Alguna vez te han insistido por sexo mientras te manoseaban? ¿Tu propia pareja te ha presionado para hacerlo o has tenido miedo de ser abusada o violentada? Yo también. Dame un abrazo si lo necesitas», rezaba el cartel que sostenía con los ojos vendados. Fueron unas cuantas las mujeres que se sintieron identificadas con ese mensaje y que abrazaron a la artista.
Minutos después de que el reloj marcara las seis y media comenzó la manifestación, que en ese momento, según los cálculos de las fuerzas de seguridad, integraban cerca de medio millar de personas. Ese número fue creciendo progresivamente hasta llegar, en la avenida de España, a las 700 personas, que no se cansaron de botar y clamar a voz en grito ‘¡Abajo el patriarcado, arriba el feminismo!’, entre otros muchos lemas.
La energía reivindicativa se desbordó cuando los manifestantes se encontraron, junto al paseo de Vara de Rey, con las integrantes de Aiyé, que, a ritmo de batucada, acompañaron la marcha hasta el parque Reina Sofía.
Después de su actuación, llegó el momento central de la jornada, la lectura del manifiesto, que llevaron a cabo Núria Prieto, Iulia Pricope, Shaima Triki, Andrea Wizner y Graciela Masiano, acompañadas por una intérprete de lengua de signos.
Que la crisis del covid «ha afectado más a la mujeres» es algo que dejaron muy claro en este manifiesto las asociaciones feministas y el resto de colectivos que forman parte de la Comisión 8M. «Ha aumentado la carga de trabajo de cuidados de las mujeres, se ha vuelto más difícil la denuncia de las violencias machistas, se ha ahondado en todas las brechas sociales y se ha precarizado, aún más si cabe, las vidas de las personas más vulnerables», denunciaron. Por eso motivo, señalaron, es importante seguir reivindicando «igualdad de derechos y oportunidades y de justicia» para las mujeres, también, añadieron, «en las competiciones deportivas».
Las portavoces de la Comisión 8M insistieron en la idea de «situar los cuidados en el centro de la vida». «Es fundamental prestigiar todos los trabajos, públicos y privados, remunerados o no, que tienen que ver con los cuidados y que han sido históricamente feminizados, ya que sin ese prestigio y relevancia social se torna difícil aumentar la corresponsabilidad de los hombres, condición necesaria y urgente para alcanzar un nuevo modelo social justo, sostenible e igualitario», recalcaron.
«¡No a la guerra!»
«Defender los cuidados como eje fundamental de la vida es incompatible con un sistema capitalista salvaje», subrayaron antes de abordar el conflicto que se vive en Ucrania y manifestar su «más hondo rechazo a la invasión militar de este país por parte de Rusia». Al grito de «¡No a la guerra!» de las portavoces del 8M se sumó todo el público reunido en el parque Reina Sofía.
A través del texto titulado, ‘Derechos para todas todos los días. Juntas somos más fuertes’, el movimiento feminista también exigió «la derogación» de las normativas «que recortan las libertades, como la Ley de Extranjería, que criminaliza a las personas migradas y dificulta el reconocimiento del estatus de refugiadas».
El texto también puso el acento en la violencia machista, «que la crisis del covid ha contribuido a aumentar», reclamando «recursos, educación y justicia feminista» para acabar con esta lacra.
La lucha por mejorar las condiciones laborales fue otro de los temas que tocó el manifiesto. «La pandemia ha agravado diferencias que ya existían previamente, como una mayor tasa de paro en mujeres que en hombres, o una mayor pobreza y precariedad laboral en mujeres, o el mantenimiento de la brecha salarial, de las prestaciones, y de las pensiones y en especial las de viudedad», denunciaron las portavoces de la Comisión 8M.
Para terminar, las feministas de Ibiza lanzaron un llamamiento «a sociedad, empresas e instituciones para contribuir a acabar con las discriminaciones por razón de origen, imagen, sexo, género, religión, orientación sexual, o por cualquier otro motivo».
«La actual crisis sanitaria nos ha mostrado la prioridad y la importancia de acompañar y cuidar la vida, con libertad y con responsabilidad, tenemos que vigilar desde el feminismo que la crisis no se utilice, una vez más, para atemorizarnos y para menguar los derechos de la ciudadanía», fue una de las últimas reflexiones del manifiesto.
Al concluir la lectura del texto, en el parque Reina Sofía apenas quedaba ya medio centenar de personas, con ganas todavía de celebración feminista y de participar en el karaoke, que se inauguró con el tema de Alaska y Dinarama ‘A quién le importa’, que ya se había coreado con entusiasmo durante la manifestación.
