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Clases para observar el corazón y los pulmones de los pacientes críticos en el hospital de Ibiza

Residentes de fuera de la isla se forman en ecografía avanzada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Can Misses

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Alejandro Villar haciendo una ecografía, ayer, en el Hospital Can Misses. ASEF

El pitido es constante. Casi abisal. Recuerda a los submarinos de las películas. Alejandro Villar toca el monitor. Sobre la pantalla, en blanco y negro, se marca un cuadradito. La imagen se amplía. Y se escucha, con fuerza, el corazón del paciente que trata de recuperarse en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Can Misses. Alejandro observa la pantalla, que ahora toca Gaspar Tuero, intensivista del hospital ibicenco, dándole algunas indicaciones.

Alejandro Villar Sánchez, residente de cuarto año de Medicina Intensiva del Hospital Universitario San Juan de Alicante, es uno de los tres futuros médicos que, por el momento, se han desplazado a la isla para formarse en ecografía avanzada del paciente crítico en la UCI de Can Misses. Alejandro, ibicenco de 37 años, no pensaba que volvería al hospital de su isla para aprender algo tan específico. «Me interesaba esta técnica y en la Sociedad Española de Medicina Intensiva vi que había un señor que se llamaba Gaspar Tuero que era un referente nacional», comenta Alejandro. El joven se puso en contacto con el formador para ver si podía venir a Can Misses. «Me dijo que por supuesto», recuerda el residente, que ayer vivió el último día de estos dos meses aprendiendo a observar el corazón y los pulmones de los pacientes críticos. La más contenta con esta formación, confiesa, su madre.

Nuevo ecógrafo del hospital de Ibiza Can Misses

Gaspar Tuero haciendo una ecografía. / Asef ASEF

Tres residentes en formación

Antes del ibicenco, han recibido esta formación en la UCI de Can Misses otros dos residentes: Manuela Santos, MIR de Medicina Intensiva también del San Juan de Alicante, y un residente de Medicina Interna del hospital referencia de la Comunitat, Son Espases. De momento, en lontananza, no hay ninguno más, comenta Tuero poco después de realizar, con Alejandro, una de estas ecografías avanzadas a pie de cama de uno de los pacientes ingresados ahora en la UCI ibicenca.

«Antes de que vengan les pedimos que tengan algo de base», comenta el intensivista de Can Misses, que señala que la primera semana que pasan en la UCI están «muy encima» de estos residentes. «La primera semana vamos viendo cómo coger bien las ventanas del corazón, los ángulos específicos, las mediciones...», apunta Alejandro.

El objetivo de la formación es que sepan manejar la máquina, captar buenas imágenes y distinguir cuándo son fiables para, a partir de ahí, interpretarlas, llegar a un diagnóstico y aplicar un tratamiento. «No es tan fácil», reconoce el especialista, que señala que en la vida real, en el día a día, las imágenes que se muestran en la pantalla de los ecógrafos muy pocas veces se parecen a las que incluyen los libros y manuales. Durante la formación van «comprobando» las ecografías que realizan los residentes y también analizan casos viejos en sesiones semanales de algo menos de una hora para que vean dolencias que durante esos entre uno y tres meses de rotación no han pasado por Can Misses. Además, tienen que presentar ellos una sesión —«una pequeña conferencia»— antes de volver a sus hospitales para concluir la residencia.

«Son como el fonendo del futuro», apunta Alejandro. «Son una herramienta muy útil en escenarios bastante frecuentes en la unidad, cuando el corazón o el pulmón fallan», explica Gaspar, que destaca que una de las ventajas de esta técnica, además de que se puede realizar sin desplazar al paciente de su cama del box de la UCI es que no es invasiva. No hay que introducir un catéter en una arteria ni pinchar una vena. El formador explica que aunque es una técnica habitual desde los años 90 está experimentando desde hace un tiempo «una explosión» más allá de los servicios de cardiología y, especialmente, en las unidades de críticos.

Medio millar de ecografías

En la UCI de Can Misses se realizan al año alrededor de medio millar de ecografías avanzadas, explican desde el Área de Salud pitiusa. Hay días en los que se pueden llegar a hacer tres y hasta cuatro. En los dos meses que ha pasado formándose en el hospital de Ibiza, Alejandro ha hecho un total de 96. Conoce el número exacto porque el residente, que comenzó a interesarse por la ecografía en congresos de medicina, las ha documentado todas.

El intensivista de Can Misses está convencido de que cada vez será más frecuente el uso de esta prueba. No sólo en los hospitales, para saber qué les pasa a los pacientes, sino también en las aulas, «para enseñar anatomía», comenta Gaspar Tuero, que forma parte de la Sociedad Española de Ecografía en Críticos (Ecocritic): «Un alumno, con un paciente sano, puede entender muy bien cómo se relaciona un órgano con otro».

El médico formador coincide con su alumno en que el ecógrafo podría ser el fonendo del futuro: «Antes eran muy voluminosos y muy caros, pero cada vez son más pequeños». Ahora, de hecho, no sólo hay ecógrafos portátiles sino que hay sondas que se pueden conectar, incluso, al móvil. Precisamente, hace poco que la UCi de Can Misses ha estrenado un segundo ecógrafo portátil «de última generación». Un aparato —«modelo Venue de General Electric»— que ha costado un total de 61.094 euros. «La ecografía a pie de cama es una herramienta indispensable para los profesionales de la unidad de intensivos que permite realizar diagnósticos, guiar procedimientos invasivos y optimizar los tratamientos de soporte circulatorio, sin necesidad de traslado del paciente crítico», recalca la gerencia de Can Misses, que detalla que emplean la ecografía tanto los médicos como el personal de enfermería de la unidad.

La formación en ecografía avanzada en pacientes críticos la recibirán, también, los residentes de Medicina Intensiva de Can Misses. «A partir de su tercer año», matiza Tuero. «Es un orgullo que futuros intensivistas y especialistas de Medicina Interna de fuera deseen formarse con nosotros en una técnica tan específica y una herramienta diagnóstica imprescindible, hoy en día, como es la ecografía cardíaca y pulmonar», indica la jefa de la UCI, Paz Merino.

La formación en Ibiza ha servido a Alejandro Villar no sólo para aprender sobre ecografía sino también para tener su «primer contacto» con la colocación de marcapasos, que es una de las técnicas incluidas en la cartera de servicios de la UCI. El ibicenco confiesa que su estancia en Can Misses tenía un segundo objetivo, más allá de aprender. «Un objetivo oculto», matiza. El residente de intensivos quería conocer desde dentro el funcionamiento del hospital de la isla. Por si se plantea regresar en cuanto acabe la residencia. O en algún momento de su carrera. Tras estos dos meses, no descarta para nada la idea: «Me ha sorprendido muy gratamente. El trabajo de Paz Merino estos años se nota. Hay muy buena organización. Si surge la oportunidad...».

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