Si el número de vehículos de pasajeros que pasaron el pasado verano por el puerto de Ibiza superó en un 39% la cifra de hace dos años, antes del covid, el caso de Formentera es más sorprendente y refleja el repunte de la actividad turística de este año, al menos de la afluencia de turistas. Entre junio, julio y agosto de este año han desembarcado y embarcado de la Savina 70.122 vehículos de pasajeros, un 53% más que antes de la pandemia. Mucho mayor es el incremento registrado en agosto, con 27.469 vehículos, un 60% más que en el mismo mes de hace dos años. Además, en agosto se registraron 412.877 pasajeros, sólo un 1,5% menos que en 2019 (419.465).
Todavía llama más la atención que la cifra de vehículos de agosto de este año sea la misma (de hecho, se han registrado 24 menos) que la del año pasado, la de la temporada turística fallida a causa de la pandemia, cuando, en cambio, el número de pasajeros se ha incrementado un 36,6%. Así, se constata una subida considerable del trasiego de vehículos en la Savina a partir de 2020, en plena crisis sanitaria por el covid, en comparación con los años anteriores. Sin embargo, el número de pasajeros en agosto del año pasado (302.771) bajó un 27,8% en relación a 2019.
Otra cuestión a tener en cuenta es el hecho de que, desde 2019, el Consell de Formentera limita la entrada de vehículos en la isla. Este verano, además, se ha aplicado una restricción superior en un 8% a la de 2019. En concreto, el pasado verano se aplicó un cupo diario de 2.080 vehículos de turistas (210 motos), 2.484 de alquiler (6.440) y 220 de residentes en Ibiza (20). El objetivo es que en 2023 se alcance una reducción del 16% con respecto al límite marcado en 2019.
¿Cómo se explica, pues, este considerable incremento en el desembarco de vehículos en la Savina con el aumento de la limitación de entradas y, sobre todo, la crisis sanitaria? El conseller de Movilidad y Territorio, Rafael González, tiene una respuesta: la caída de la estancia media de los turistas. «Antes estaba próxima a una semana, y ahora es de tres o cuatro días. Habiendo un límite, entran y salen más vehículos y hay una mayor rotación. La pandemia ha modificado los hábitos de los turistas, a lo que hay que sumar el aumento de las conexiones marítimas y la bajada de precios de las navieras para incentivar estancias de un día», explica González.
De hecho, hay un dato que confirma el efecto de esta política comercial de las navieras: «El 40% de las reservas se han trasladado con su coche durante un día», destaca el conseller insular de Movilidad.
El efecto del control de entradas
Asimismo, Rafael González destaca que el paso de vehículos en el puerto haya sido en agosto el mismo que en 2020, cuando la actividad turística ha sido muy superior este verano (el aumento de pasajeros se sitúa en el 36,6%). El conseller también tiene una explicación: el efecto del control de la entrada de vehículos en la Savina; es decir, en agosto se alcanza «el límite máximo» previsto que a diario pueden circular por Formentera.
Así como en agosto se ha alcanzado prácticamente el mismo volumen de vehículos de pasajeros que el año pasado, no ha sucedido lo mismo ni en julio ni en junio, en los que se ha registrado un incremento del 5% y del 42%, respectivamente, en comparación a las cifras de 2020. Esto muestra que en julio y junio aún queda margen para aumentar; en cambio, «en agosto, se estanca, no crece, por la regulación». Se alcanza el máximo.
Por su parte, el incremento de la afluencia de turistas el pasado verano ha sido notable, superior al del resto de las islas si se tiene en cuenta el indicador de presión humana que revela que, tal como publicó este diario, el 12 de agosto se registró un máximo de 34.617 personas en la isla, la misma cifra, prácticamente, que en 2019 (34.720), antes de la pandemia del covid. No ha sucedido lo mismo ni en Ibiza ni en el resto de las islas del archipiélago balear, donde se ha registrado una mayor bajada de la presión humana máxima en agosto (13,4% en Ibiza, 11,8% en Mallorca y 5,7% en Menorca).
González sostiene que estos datos «reflejan que la actividad turística se ha recuperado», y así lo «certifican también los representantes empresariales». «Debemos seguir trabajando en la regulación [de vehículos] que aplicamos para tener una fuerte actividad turística, pero sin morir de éxito», recalca.
