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Crisis sanitaria | Nuevas restricciones en Formentera

Bares y restaurantes cerrarán a la una también en Formentera

Las nuevas medidas para contener la expansión del covid reducen en una hora el horario de apertura de la restauración y limitan los comensales a cuatro personas por mesa en el interior y a ocho en el exterior

Alejandra Ferrer y elconseller balearJosep Marí Ribas.

El conseller de Movilidad y Vivienda del Govern balear, Josep Marí Ribas, anunció ayer en Formentera una serie de nuevas medidas destinadas a la contención de la pandemia provocada por el covid que entrarán en vigor a las 12 de la noche del sábado 7 de agosto. Entre ellas se encuentra la obligación para el sector de la restauración de cerrar sus puertas entre la 1 de la noche y las 6 de la mañana, una medida que ya estaba aplicándose en el resto de las Balears desde el pasado 22 de julio. También se reduce el número de comensales por mesa, quedando limitados a cuatro personas en el interior y a ocho en el exterior de los establecimientos, frente a las seis y 12 respectivamente que se permitían hasta ahora.

Para limitar las concentraciones en horario nocturno, también se cerrarán las playas desde las 22 horas a las 6 horas y no se permitirán las reuniones sociales o familiares de no convivientes entre la 1 de la noche y las 6 de la mañana, según amplió el Consell insular en un comunicado.

Revisión

La presidenta del Consell de Formentera, Alejandra Ferrer, mostró ante los medios su desacuerdo con la medida que reduce en una hora el horario de apertura de la restauración y reclamó su revisión, asegurando que «para el sector, una hora menos significa mucho, incluso muchos de ellos se plantearán cerrar». Además, Ferrer añadió que «no es solo un tema económico, es que en el caso de Formentera, esta medida no tendrá la efectividad que se desea e incluso puede ser contraproducente», aludiendo a la proliferación de botellones tras el cierre de bares y restaurantes, «que nunca había sido un problema para la isla y ahora sí lo es».

Por su parte, el conseller balear Josep Marí Ribas aseguró que se tendría en consideración la petición de Ferrer y recordó con cifras la preocupante situación epidemiológica de las islas, destacando la tasa de positividad cifrada en «un 12,85% de todas las pruebas diagnósticas realizadas, cuando a finales de junio esta tasa era del 4,81%, tres veces menor que la actual», declaró el dirigente autonómico.

«La pretensión del Govern balear es tomar medidas para salvar vidas y contener esta enfermedad», puntualizó Marí Ribas, que lamentó que «se ha intensificado el efecto de los contagios, que estaba centrado en la población más joven y se ha trasladado a personas vulnerables, como los brotes en las residencias de mayores».

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