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Competición | Quinta edición de la world robot olympiad en Ibiza

La robótica crea afición entre los jóvenes de Ibiza

Un total de nueve equipos de robótica formados por niños de entre 7 y 15 años se citan en el polideportivo Es Pratet para poner a prueba sus creaciones en la fase local de la World Robotic Olympiad

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World Robot Olympiad en Ibiza Vicent Marí

El Club de Robótica Educativa de Ibiza ha organizado por quinto año en la isla el torneo local de la World Robot Olympiad (WRO), competición que tiene su origen en Asia. Los equipos se han preparado a lo largo del tercer trimestre escolar para la prueba, cuyos equipos ganadores en las categorías de edad Elementary y Junior consiguieron ayer el pase a la prueba de ámbito nacional.

El polideportivo Es Pratet acogió ayer la quinta edición en Ibiza de la World Robot Olympiad, torneo que cuenta con tres niveles de competición a los que se accede sucesivamente -local, nacional, e internacional- en las categorías Elementary -entre 7 y 12 años- y Junior -de 13 a 15 años-. No faltó de nada: kits de robótica para las creaciones de cada uno de los equipos participantes, ordenadores para programar los robots, circuitos con todos los materiales listos, coordinadores de las pruebas, ayudantes al mando de la ambientación musical y de la cuidada iluminación, y hasta una speaker animando el cotarro e informando de las partes de la competición.

Todo estaba dispuesto y planificado ayer en Es Pratet, quizás para no desmerecer al intenso trabajo de preparación en el que han estado involucrados los jóvenes participantes en el último trimestre escolar, durante el que han diseñado, construido y puesto a punto sus propios robots para el gran evento, a cargo de la experimentada guía de su mentor David Solà, monitor del Club de Robótica Educativa de Ibiza en el Centre de Creació Jove C-19 del Ayuntamiento de Ibiza.

Solà dirige a los nueve equipos que ayer se presentaron en Ibiza -tres de ellos en categoría Elementary y seis en categoría Junior-. De ellos, dos obtuvieron el billete a Girona -Albian en la categoría Elementary, e Ibz_bot en Junior-, donde este año se disputará el torneo de ámbito nacional, previo a la celebración de la edición internacional, en la que en esta ocasión competirán hasta 82 países.

Solà conoce bien la meticulosa planificación desempeñada por sus alumnos en todo el proceso de creación de sus pequeños aliados electrónicos exhibidos ayer en Es Pratet. «Para hacer pleno y estar preparado para una final internacional le dedicas entre 200 y 300 horas, y continuamente estás retocando la programación y la construcción», valora.

Solà relata algunos de los retos a los que han de hacer frente los robots durante el recorrido de los circuitos. «Deben distinguir los colores de los objetos y seguir la línea», explica, y añade que los artilugios incorporan sensores de luz y color, aunque alerta de que estos no funcionan «como el ojo humano. Deben estar a menos de dos centímetros del objeto para poder leerlo», expone.

En esta edición se ha buscado concienciar acerca de la sostenibilidad energética y los circuitos respectivos a las pruebas de cada categoría han sido diseñados conforme a esta temática.

En el caso del circuito de la categoría Elementary, la misión es sustituir unas fichas que representan bombillas antiguas, reciclarlas y sustituirlas por otras de bajo consumo; mientras que el circuito correspondiente a la categoría Junior consiste en un plano que simula un aparcamiento en el que hay coches que funcionan con combustible diésel, híbridos y eléctricos.

La robótica crea afición y también se vive apasionadamente. Solà detalla las particularidades de cada prueba con gran entusiasmo, y presume de que algunos alumnos brillantes laureados con el título nacional ahora forman parte de la organización del torneo.

Albian, en la categoría Elementary, e Ibz_bot, en Junior, fueron los ganadores de la quinta edición de este torneo celebrada en Ibiza

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Es el caso de Jordi, Pau y María, tres jóvenes que han competido al más alto nivel. En concreto, Pau y María han representado juntos a España a lo largo de cuatro torneos internacionales consecutivos desde 2016 a 2019 en India, Costa Rica, Tailandia y Hungría. Jordi, por su parte, es el campeón de la edición de 2017, y viajó a Costa Rica para disputar la edición internacional del mismo año.

Estas tres «glorias», en palabras de Solà, quien se aventura a compararlos con los deportistas de elite españoles Rafa Nadal o Carolina Marín, aparecen entre bastidores en Es Pratet durante el torneo, afanados en modular el sonido, controlar la iluminación y de coordinar la competición entre el enjambre de organizadores.

Jordi ha competido en tres ediciones nacionales y ha sido campeón en una. Explica que ya no se dedica a la vertiente competitiva de la robótica debido a las grandes exigencias que conlleva su ejercicio al nivel que por su edad le correspondería, el universitario, lo que le permite centrarse en los estudios superiores de Informática que cursa en la Universidad Politécnica de Alicante.

Jordi concuerda con Solà en la dedicación que requiere la disciplina. «Los retos son complicados. Estos chavales han estado trabajando un montón», expresa.

Por su parte, María, aunque cursaba Arquitectura, baraja cambiar a Inteligencia Artificial. Ella cree que los conocimientos de robótica aprendidos durante su etapa de participación en competiciones le servirán a la hora de estudiar la carrera. María indica que cada vez hay más chicas que participan en pruebas de robótica.

«Para cada competición mucho, y siempre faltaba», responde Pau, de 19 años, preguntado acerca de la preparación necesaria ante un torneo. Él comenzó a participar en competiciones de robótica a los 13 años y junto con María y otro compañero compitieron en cuatro ediciones internacionales, experiencia que Pau define como «una maravilla». «La primera vez que te pones a participar en esto pasas -de ronda- y no te lo crees, es un viaje con familia y amigos y te lo pasas muy bien». Pau pone de relieve la dificultad de las pruebas y explica que una gran cantidad de variables pueden influir en el comportamiento de los robots, desde la iluminación hasta la gestión de la carga de las baterías de litio.

De ello es consciente el equipo Robóticos, de categoría Elementary, compuesto por Marc, Víctor y Daniel, quienes tras finalizar el torneo explican que el robot no ha hecho algunas cosas como «esperábamos, pero las demás sí»

Jaume Marí, uno de los competidores en categoría Junior, habla con su padre, Pepe, tras la finalización de las pruebas, satisfecho por haber hecho la ronda extra, una prueba sorpresa que los organizadores anuncian el mismo día.

Su padre explica que le parece «fantástico que Jaume tenga interés en lo que parece ser la tecnología del futuro».

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