Trabajadores de Ibiza: «Correos no se vende, Correos se defiende»

Cerca de ochenta trabajadores de Correos en veintinueve vehículos participaron ayer en la manifestación motorizada convocada por los sindicatos CCOO y UGT contra la política de la dirección de la empresa pública de Correos.

Bajo el lema ‘Correos no se vende, Correos se defiende’, los trabajadores se movilizaron en contra de lo que consideran recortes y externalización de los servicios y de lo que califican como una privatización encubierta de la empresa.

La concentración inicial se realizó en el aparcamiento del solar situado en las calle Es Cubells de Ibiza, en el barrio de Can Misses. Posteriormente, la comitiva circuló por la avenida de la Paz, Ignasi Wallis, Isidor Macabich, la calle País Valencià y la avenida de España. La caravana de vehículos, que hizo sonar cláxones y agitó banderas sindicales y globos de color amarillo en alusión al color corporativo de Correos, se desarrolló con un ambiente bullicioso y sin incidentes.

Juan Galán (CCOO): «En atención al público en Vila solo se cubren tres de los diez puestos de atención al público»

El recorte en cifras

Media hora antes de la salida de la marcha, los participantes repartían globos, silbatos y cartelería. Trabajadores de ambos sindicatos compartían consignas y material ante una nueva jornada de la lucha contra lo que califican como «desmantelamiento del servicio en Ibiza».

«Te recomiendo a que te acerques a la oficina de Correos en Vila», comenta Juan Galán, delegado de CCOO, «de los diez puestos de atención al público solo hay ocupados tres. No se cubren las plazas, el servicio se deteriora y lo que se pretende es generar un estado de opinión entre la ciudadanía de que Correos no funciona, y así acometer su privatización sin protestas».

En el conjunto de la isla de Ibiza el personal de Correos supera las 130 personas, según informan desde los sindicatos, que aseguran que pese a que la dirección de la empresa no puede recortar en personal porque la reposición de trabajadores públicos está obligada por ley, sí que se mantiene la ratio de trabajadores en mínimos. Una política que no se limitaría a los puestos de atención al público sino que también alcanzan al personal de reparto.

«En Sant Joan había dos carteros y ahora solo hay uno y no va todos los días. En Sant Josep había tres carteros y ahora solo hay dos. En Vila hay 38 carteros y, entre bajas y vacaciones, hay un 25% de la plantilla que no se cubre», enumera Galán

Un diagnóstico que coincide con el de Luisa Costa, delegada sindical de UGT: «El objetivo de la empresa es cerrar las oficinas rurales. Ya se cerraron las de Sant Carles y sa Cala».

Menos oficinas

Carmen Ferrer es la trabajadora de Correos que cubría la oficina de sa Cala: «Antes atendía media hora al día. Tras el cierre, la correspondencia hay que recogerla en la oficina de Sant Joan». Idéntica suerte corrieron los vecinos de Sant Carles, que tienen que bajar hasta Santa Eulària para recibir la paquetería que les corresponda. Un proceso que no se detendría aquí: «En Sant Llorenç antes atendía una hora al día, ahora solo se hace durante quince minutos», comenta Ferrer.

Luisa Costa (UGT): «Las oficinas de las zonas rurales están en peligro tras el cierre de Sant Carles y sa Cala»

Todos los convocantes tienen claro que estas protestas -que se han producido por todo el Estado- deben proseguir hasta que la dirección de Correos reconsidere su criterio. «Hay que continuar las movilizaciones si queremos mantener un servicio postal público de calidad», señala Costa.

«Quieren privatizar el servicio, el plan ya está en marcha y pasa por las externalizaciones -alerta Galán-. Toda la paquetería se encarga ahora a una empresa filial llamada Correos Express y que se puede privatizar de la noche a la mañana».

Antes de subirse a los coches y partir, la mayoría de concentrados se unieron para posar en una foto de grupo y entonar, una vez más, el lema de la movilización: ‘Correos no se vende, Correos se defiende’.

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