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Una nueva vida para el plástico en Ibiza

La nueva planta de Ca na Putxa trabaja a pleno rendimiento desde el pasado mes de enero. Pronto acogerá visitas de centros escolares que podrán seguir en primera persona el sofisticado proceso para transformar la basura en material reutilizable

La planta de triaje de Ca na Putxa, en una imagen tomada ayer. | J.A.RIERA

Un centro de tratamiento de residuos esconde en su interior todo un universo tecnológico aplicado al arte de separar, clasificar, tratar y reaprovechar los residuos. La planta de triaje de envases y residuos orgánicos es un ejemplo de este sofisticado ejercicio que consiste en convertir al material en bruto que llega de los contenedores en cápsulas cuadriculadas preparadas para su reaprovechamiento.

«No es cierto que lo que se recoge en los contenedores vaya luego todo al mismo sitio. Y aquí veréis que es justo lo contrario», asegura el conseller insular de Presidencia y Gestión Ambiental, Vicent Roig, en la recién inaugurada aula ambiental del vertedero de Ca na Putxa.

Transporte del plástico ya reciclado.

Efectivamente, nada va al mismo sitio. A ojos de un profrano, todo lo que circula por las cintas de la planta de triaje de Ca na Putxa es plástico. Sin embargo, para Toni Roig, gerente de la planta, los plásticos se dividen entre los PET (Politereftalato de Etileno) y los PEAD (Polietileno de Alta Densidad): «El PET son las botellas de agua mineral, mientras que el PEAD son los envases de lejía o de productos de limpieza, por ejemplo», resume Roig de manera rápida y didáctica.

Cada paquete contiene hasta un millar de latas de refrescos prensados. FOTOS DE J.A.RIERA

Tecnología del reciclaje

Los camiones depositan la carga en unas fosas distintas según el material recogido y, posteriormente, se van cargando en las diferentes líneas de triaje de la planta. En este momento empieza la labor de separar los materiales y eliminar aquellos elementos impropios: «Los que nos llegan del contenedor amarillo son más limpios y fáciles de clasificar, y el resultado nos ofrece mayor calidad. El contenedor de orgánicos no debería contener envases, pero los tiene, y también se trabaja para clasificarlos», explica el gerente.

Los paquetes de residuos compactados salen de la prensa.

El primer sistema de filtraje se realiza mediante el trommel, una criba rotativa que se asemeja al tambor de una lavadora y que contiene orificios que filtran los objetos. Los residuos pasan por tres tambores con filtros de distinto perímetro, lo que permite separarlos según su tamaño.

Vicent Roig, conseller de Gestión Ambiental y Presidencia del Consell de Eivissa, presenta el aula ambiental.

Vicent Roig, conseller de Gestión Ambiental y Presidencia del Consell de Eivissa, presenta el aula ambiental. David VenturaD.V. EIVISSA

Posteriormente, los materiales se transportan a un separador balístico, un equipo que consiste en una rampa inclinada formada por unas palas longitudinales perforadas con unas cintas vibratorias, de manera que los objetos circulares caen rodando mientras que los objetos planos pueden ascender por la cinta.

Sala de control de la planta.

Las latas tampoco se escapan a esta fiebre clasificatoria: a lo largo de la línea de triaje, unas cintas imantadas atraen los elementos metálicos y unos separadores magnéticos segregan por un lado a las latas de aluminio -refrescos- de las de acero -conservas y envases de alimentos-.

Todas las fases del proceso se siguen desde una sala de control que cuenta con 80 cámaras y desde donde los operarios pueden detectar al momento cualquier anomalía o avería.

Embalaje final

Otro sistema de triaje se realiza mediante un sensor de reconocimiento óptico dotado de inteligencia artificial que permite, si es necesario, clasificar no solo por materiales sino también por formas. El elemento edetectado es apartado de la cinta mediante un disparo de aire comprimido.

Tras todo este proceso, los materiales llegan hasta una cabina de triaje manual situada al final de la línea mecánica, donde operarios de la planta realizan el control de calidad después del proceso automático. Tras la separación de los subproductos, el rechazo es conducido mediante cintas trasportadoras hasta una de las tolvas (embudo canalizador) de las prensas.

Es el final de todo el recorrido, y los subproductos papel, cartón, plástico PET, plástico PEAD, plástico mixto, plástico film y envase brik seleccionados son prensados y trasladados al almacén.

«Esto es solo una pequeña parte de todo lo que hacemos», señala Roig. Ca na Putxa también trata los residuos orgánicos, restos de poda, lodos de depuradoras urbanas y residuos voluminosos. Tanto de la materia orgánica del contenedor marrón como de los lodos se extrae metano para producción eléctrica y, junto con los restos de poda, compost para aplicación agrícola.

Los líquidos de los lodos se tratan y filtran para poder aprovechar las aguas y reutilizarlas para riego. «Podríamos estar un día entero y todavía quedarían cosas por ver», resume el gerente de la planta.

AyudasSubvenciones por recoger orgánico

El Consell de Ibiza ha avanzado que está trabajando en la redacción de una nueva línea de ayudas para fomentar la recogida de materia orgánica por parte de los ayuntamientos, y que supondrá una subvención de 31 euros por cada tonelada recogida.

La iniciativa contará con un importe de 160.000 euros y subvencionará un máximo de 5000 toneladas. «Queremos reforzar la reciente implantación de la recogida de la fracción orgánica», señala el conseller de Gestión Ambiental.

Aula ambiental para descubrir el reciclaje

Ca na Putxa cuenta con recursos didácticos para divulgar el trabajo que se desarrolla en la planta

Desde ayer, el vertedero de Ca na Putxa cuenta con un aula ambiental destinada a los escolares y a las asociaciones ecologistas. «Es un espacio que no sólo acogerá a los estudiantes que realicen las visitas escolares sino que está abierto a todos los que quieran ampliar sus conocimientos sobre el trabajo que se realiza en la planta, sobre el reciclaje y las acciones que se desarrollan para concienciar sobre la recogida selectiva», explicó el conseller de Presidencia y gestión Ambiental del Consell de Ibiza, Vicent Roig.

La presentación de este nuevo espacio contó con la participación de los regidores de Medio Ambiente de los cinco ayuntamientos ibicencos y con el conseller de Medio Ambiente de Formentera, Antonio Sanz, que se informaron del funcionamiento del aula y de las actividades que podrán desarrollar en ella.

Concebida como un espacio polivalente, el aula incluye una sala de exposiciones, otra de reuniones, cuenta con el apoyo de un educador ambiental y de material didáctico específico que incluye juegos, talleres y el vídeo divulgativo ‘La misión de reciclar’.

Está previsto que esta semana se realicen las primeras visitas escolares, que serán protagonizadas por los centros educativos que participaron en la campaña ‘L’art de reciclar’ que organizó el Consell de Ibiza. Las visitas guiadas continuarán y se ampliarán al resto de escuelas a partir del próximo curso escolar.

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