Ibiza y Formentera son las islas con menos implantación de energías limpias de todo Balears, como ponen de manifiesto las estadísticas de la conselleria de Medio Ambiente. Y, sin embargo, las últimas medidas legislativas del Gobierno, empezando por la derogación del lamentable 'impuesto al sol' que implantó el PP, están animando la instalación de cada vez más placas solares en viviendas unifamiliares, pero también en empresas, instalaciones públicas y edificios plurifamiliares. Ello, junto con las ayudas que ofrece el Govern balear y el progresivo abaratamiento de los costes de las instalaciones, está marcando un punto de inflexión.

Entidades ciudadanas, de forma espontánea y sin esperar a que las anquilosadas instituciones muevan ficha, han dado un paso adelante para pasar de las palabras a los hechos. Es el caso de Jesús en Transició, formado por vecinos de esta localidad que, entre otras muchas cosas, han promovido el conocimiento del autoconsumo solar entre la población. Por ello, una primera campaña informativa desarrollada en junio de 2019, a la que se sumó un centenar de personas, ha terminado cristalizando en unas 25 instalaciones en otras tantas viviendas de la isla.

Ángel Pascual es una de las personas que se sumó a esta iniciativa y hoy ya dispone en su vivienda de Santa Gertrudis de 18 placas que, sin necesidad de acumulador, le permiten ahorrar alrededor de un 40% del recibo de la luz y, además, vender a Endesa la energía sobrante, con lo que cada mes ingresa «unos veinte o treinta euros».

La inversión realizada ha sido de unos 7.000 euros, una vez descontados los 3.000 que le ha dado el Govern en forma de subvención. «Está previsto que este gasto quede amortizado en unos cuatro años», asegura Pascual, quien dice que el resultado de la experiencia es «superbueno». Hay que tener en cuenta que los ayuntamientos reducen el IBI y el impuesto de obras a las casas con placas fotovoltaicas.

Olvidarse del papeleo

Olvidarse del papeleo

Él y otros particulares de esta primera 'oleada solar fotovoltaica' nacida en Jesús han seguido el mismo sistema: se han puesto en contacto con una empresa especializada (en este caso Holaluz), que «se encarga no sólo de la instalación, sino también de tramitar todo el papeleo y de pedir la subvención». La compañía hace un estudio sobre el número de placas que se necesitan en cada caso y «se hace cargo de todo», explica uno de los miembros de Jesús en Transició, Lluís Lliteras, que también dispone ya de placas en su casa.

Tanto Lliteras como Pascual como María de las Heras (hace solo un mes que ha estrenado la instalación en su casa) coinciden en que la energía fotovoltaica les permite ser más conscientes del consumo de cada elemento de la casa, gracias a una app que muestra «qué está gastando cada aparato y qué rendimiento está teniendo cada placa, en tiempo real», afirman. «Esto te hace adquirir más conciencia del consumo, cosa que no antes no sucedía», afirma De las Heras.

En casi todos estos casos, los usuarios han decidido no instalar acumulador o batería en sus viviendas, para ahorrar costes, aunque con este elemento, sería posible un verdadero abastecimiento al 100% con energía solar. Pero, así y todo, incluso con un uso mixto de energía limpia y luz procedente de la red convencional, es posible funcionar casi todo el día sin «chupar energía de Endesa», afirman. En este caso, «se puede ser hasta un 50% o un 60% autosuficiente». «Basta utilizar las lavadoras, las secadoras y otros elementos de mayor consumo durante el día, mientras hay sol», señalan.

Lluís Lliteras lamenta que Ibiza y Formentera, pese a su elevado número de horas de sol y el gran número de casas aisladas que hay en el campo, «siguen muy atrasadas en la instalación de paneles». Las cifras que aporta son elocuentes: en el último ejercicio se han otorgado 79 ayudas en Ibiza, pero 183 en Menorca, y sólo seis en Formentera. Son cantidades proporcionales al número de solicitudes presentadas.

Pero no sólo las viviendas unifamiliares pueden ahorrar instalando energía fotovoltaica. También naves industriales, instalaciones públicas y empresas tienen aquí una vía para reducir costes, amén de los beneficios al clima.

Así lo ha demostrado, por ejemplo, Diario de Ibiza, con su tejado solar, desde hace ya dos años.

Los cambios legales introducidos por el Gobierno también han levantado la prohibición de realizar instalaciones en edificios plurifamiliares, es decir, el autoconsumo compartido. De este modo, se abren las puertas a 'descarbonizar' edificios enteros, no solo casas aisladas.