Naviera Armas, el principal operador marítimo español y empresa propietaria de Trasmediterránea, ha anunciado su quiebra al no poder hacer frente a sus deudas como consecuencia de la crisis turística provocada por la pandemia.

La compañía, que une Baleares y Canarias con la península, tiene un pasivo que supera los 800 millones de euros y ya ha anunciado a sus acreedores que no podrá hacer frente a sus obligaciones, ha adelandado El Confidencial.

El conseller de Movilidad y Vivienda, Marc Pons, ha admitido hoy que la quiebra de Naviera Armas, empresa propietaria de Trasmediterránea, "supone un riesgo" para las conexiones marítimas de Baleares con la Península.

Así se ha pronunciado al ser preguntado por esta cuestión en una rueda de prensa, donde también ha dicho esperar que los posibles inconvenientes ocasionados a partir de estos hechos "puedan ser solucionados a través de posibilidades diferentes".

El conseller también ha mostrado su "sensación de preocupación" ante esta quiebra.

La naviera tiene ocho salidas mensuales desde Ibiza a Barcelona con el buque 'Ciudad de Ibiza' en noviembre y el 'Ciudad de Mahón' en diciembre; 22 salidas mensuales a Valencia en noviembre y diciembre con el buque 'Volcán de Tijarafe'; y también conecta la isla con Palma, aunque esta ruta no está operativa en la actualidad.

El grupo canario Naviera Armas se hizo con la mayoría accionarial de Trasmediterránea muy recientemente, en el año 2018, tras pagar 260 millones de euros a Acciona, de la familia Entrecanales, que había gestionado la compañía desde 2002, cuando fue privatizada. Pero los problemas del grupo empresarial canario se han agravado desde entonces considerablemente, sobre todo con la expansión de la Covid.19, comprometiendo con su delicada situación financiera el transporte marítimo regular de Baleares con la península.

Para intentar salvarse, consiguió una línea de financiación del Instituto de Crédito Oficial (ICO) de 55 millones millones de euros y un préstamo de los fondos APS y Apolo de otros 75 millones. Sin embargo, sus graves problemas continuaron

Ligada al puerto de Palma y a la historia de Mallorca desde su fundación, Trasmediterránea es la primera compañía naviera española y una de las más grandes de Europa. En 1978, tras su primera gran crisis, se convirtió en empresa pública, al concentrar el Estado el 93,15% del capital social, una situación que se mantuvo hasta 2002, con la adquisición de la compañía por parte de Acciona, en el marco del proceso que entonces abrió el holding público SEPI para privatizar la compañía de transporte marítimo.

En 2016, el año de su centenario, Trasmediterránea se había convertido en una empresa de transportes intermodal, en la que se integraban diversas sociedades, aunque el negocio naviero suponía aún un 70% de su actividad, con veintiún buques que prestaban servicio en 31 líneas marítimas. En ese momento facturaba 440 millones de euros y tenía 1.200 empleados. El principal accionista de la compañía era Acciona, propiedad de la familia Entrecanales, que adquirió la empresa cuando fue privatizada en el año 2002, después de haber estado en manos públicas durante veinticinco años.

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