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Trobada

Vara de Rey se llena de artesanos

La Trobada d'Artesans i Oficis vuelve a Vara de Rey sin desfile de carros ni 'ball pagès' pero con la alegría de poder celebrarse

Vara de Rey se llena de artesanos

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Ni el coronavirus ni las altas temperaturas lograron evitar que varios artesanos de Ibiza se reuniesen un año más en el paseo de Vara de Rey para celebrar la tradicional Trobada d'Artesans i Oficis en el marco de las Festes de la Terra. (Mira aquí todas las fotos)

Media hora antes de que comenzase el pequeño mercado, los artesanos terminaban de descargar sus productos, herramientas o materia prima. Es el caso de Pepa Prats, de Sant Josep, que sacaba varias senalles, ramas de esparto y otras cestas y bolsos típicos de Ibiza. «Vengo con mi hombre y un amigo suyo, que fan llata», confesó Prats. Explicó que ellos van a mostrar el trabajo, no a vender, y contó que cuando una chica les preguntó por el precio no supieron bien qué responder al principio «porque es mucho trabajo, tiene mucho detrás».

Pepa Prats acudió a la Trobada no solo a acompañar a su marido, fue a hacer botones para camises ibicencas. Al otro lado del mercado se encontraban los puestos de la Associació Eines i Feines, con Margarita Riera Tur, de Sant Miquel, en uno de ellos. «Teníamos muchas ganas de venir porque no pudimos ir al medieval, es la primera fiesta que se puede celebrar», explicó. La artesana, que llevaba una mascarilla elaborada por ella misma, destacó el uso de los geles hidroalcohólicos, las distancias y el resto de medidas de seguridad.

Riera estaba muy contenta de poder volver a realizar este encuentro «tan nuestro», y no paraba de mostrar, con gran entusiasmo, sus espardenyes y otros productos. También se rió al afirmar que «no hay mucha gente interesada» en ver cómo trabaja. A ella le enseñó su madre estas tradiciones artesanales, y se emocionó al recordarla y pensar en lo contenta que estaría de verla trabajando.

Es el primer mercado al que acude la asociación, aunque algunos de los artesanos suelen ir al que se monta frente al Ayuntamiento de Sant Josep, explicaron Paquita y Antonia, presidenta y vicepresidenta de Eines i Feines.

Por otra parte, Juan Tur Fluxà, de Destilerías Fluxà, ha acudido al mercado para vender sus productos. «No hay previsiones para este año, te pueden volver loco. Es el año más difícil del que yo me acuerdo», mencionó Fluxà, que lleva trabajando toda su vida, desde su puesto. «Tener un poco más de tiempo, eso sí, te permite pensar y aprender más cosas de tu negocio mismo. Al no ir contrarreloj puedes parar y preguntarte cómo mejorar», opinó el empresario artesanal. Fluxà concluyó con una recomendación propia: «Busquemos la parte positiva de todo esto. Después puedes conocer una Ibiza diferente».

Colla sin baile

Como era de esperar, a la cita también acudió la Colla de sa Bodega. Se trata de la primera actividad que realizan desde enero debido a la pandemia. «Quienes peor lo llevan son los pequeños», admitió Cata Prats, presidenta de la Colla. Tienen cuatro puestos en los que venden todo tipo de productos artesanos: «Cada uno elabora lo que sabe. Hacemos cositas para ganar dinero para la Colla y continuar con las actividad», expresó Cata, que añadió que ellos imparten talleres artesanales aunque todavía no saben cómo se realizarán este año.

Estas fiestas, el público que asistió a la Trobada no pudo disfrutar del desfile de carros y de la demostración de ball pagès que ofrece habitualmente la Colla de sa Bodega. Cata llegó a dudar, como muchos otros, de que llegase a realizarse el mercado.

A medida que pasaban los minutos y disminuía la temperatura, eran más las personas que entraban en el circuito por los puestos elaborado con vallas de madera siguiendo el protocolo sanitario.

La concejala de Fiestas del Ayuntamiento, Montse García, dio una vuelta por todos los puestos artesanales. «Ha sido un trabajo muy diferente a otros años. Hasta el último momento no hemos sabido si se haría», explicó la edil. Sobre cómo están los artesanos, respondió: «Están contentos porque ellos tampoco han podido hacer nada durante el año, y hacen trabajos que se perderían si no celebramos estos encuentros».

Catalina Ribas Boned estaba sentada bajo la sombra de su toldo. «Estoy jubilada y me dedico a lo nuestro. Colaboro, pero no vendo. Lo hago para mis nietas», se rió. La artesana se encontraba muy feliz de haber acudido, aunque recordó que se debe de tener prudencia, llevar las mascarillas y no juntarse en grandes grupos de personas. «Me gusta mucho la Trobada», repetía, «no quiero que se pierda nunca».

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