El Govern balear no va a permitir que una gran parte de los establecimientos de ocio nocturno, como discotecas o salas de fiesta, abran sus puertas a lo largo de todo el presente año, e incluso no descarta mantener este veto durante 2021 hasta que se disponga de una vacuna o tratamiento efectivo contra el coronavirus. Esa es al menos la respuesta que según el presidente de la patronal de este sector (Abone), Jesús Sánchez, ha dado el conseller de Turismo, Iago Negueruela, a la reivindicación de que permita recuperar la actividad a estas empresas.

El conseller matiza esa afirmación a Diario de Mallorca y Diario de Ibiza, pero reconoce que los establecimientos con oferta de baile sí es probable que no puedan recuperar su actividad durante este año. En el caso de los que sólo ofrecen música y su clientela puede permanecer sentada, se abre la posibilidad de permitir que vuelvan a trabajar, pero con condiciones de seguridad sanitaria muy estrictas y «reduciendo sus horarios».

Sorpresa del sector

Sorpresa del sector

Sánchez y Negueruela mantuvieron una reunión el pasado jueves para abordar los planes del Ejecutivo autónomo respecto a la recuperación de la actividad para los establecimientos de ocio nocturno, después de que se anunciara que no se iba a permitir su reapertura durante la fase 3. La sorpresa del presidente de Abone, según reconoce, fue oír de boca del conseller que ni siquiera con la entrada de Balears en la 'nueva normalidad', a partir del día 21, se va a permitir que discotecas, salas de fiesta, bares musicales y cafés concierto (es decir, aquellos en los que los clientes bailan o escuchan música) van a poder reabrir sus puertas. Según Sánchez, Iago Negueruela le comunicó que esta prohibición se va a mantener a lo largo de este año y durante 2021 hasta que se disponga de un tratamiento frente al Covid-19. El conseller hace la matización antes señalada y apunta que ese veto podría limitarse a los grandes locales y a los que mantienen la oferta de baile.

La reacción de los empresarios de este sector ha sido inmediata. El pasado lunes celebraron una asamblea en la sede de la patronal CAEB, en la que se acordó elaborar un documento con una contraoferta al gabinete de Francina Armengol para que permita recuperar la actividad al sector, diseñando una prueba piloto de unos diez días de duración para autorizar la entrada de clientes ocupando solo el 33% del aforo de estos negocios, prohibiendo el baile mediante la instalación de sillas y mesas en las pistas, siempre manteniendo la distancia de seguridad sanitaria entre éstas, e identificando a los clientes que accedan a los locales para luego poder hacer un seguimiento de los mismos en el caso de que alguno dé posteriormente señales de haber contraído la enfermedad.

También se propone desde el sector que empresas de riesgos laborales evalúen la situación de cada establecimiento para garantizar la salud de sus empleados.

El objetivo es que esta fase se mantenga desde el día 21 de este mes hasta el 1 de julio, para a partir de ahí ir recuperando la normalidad en el sector, ampliando el aforo permitido y recuperando la posibilidad de bailar, que es lo que diferencia la oferta de muchos de estos locales y los define, aunque manteniendo las medidas de seguridad sanitaria básica en materia de distancias sociales o del uso de mascarillas en las zonas en las que haya una mayor proximidad entre las personas.

Esta propuesta ha sido remitida ya a la directora general de Turismo, Rosa Ana Morillo, dado que mañana está previsto que Sánchez y Negueruela mantengan una nueva reunión con el objetivo por parte del primero de que el Govern cambie de opinión.

El temor de los empresarios de ocio nocturno radica en que detrás de la prohibición de actividad prevista por el Govern no se oculte un problema sanitario, sino una estrategia de cambio de modelo, al vincular al conjunto del sector con el turismo de excesos.

En el documento con la propuesta de la prueba piloto que se ha remitido a la conselleria ya se hace esa advertencia, al expresar que el propio Govern no parece confiar en el decreto ley que aprobó contra el turismo de excesos para zonas como Magaluf o la Platja de Palma o Sant Antoni ni en la capacidad de las administraciones de las islas para atajar los comportamientos incívicos, optando entonces por prohibir la totalidad de la actividad empresarial vinculada al ocio nocturno.

Cambio de modelo

Cambio de modelo

Un aspecto a tener en cuenta es que durante la presentación de la prueba piloto para la llegada de los primeros turistas a Mallorca, que se celebró el pasado lunes, representantes de las administraciones públicas y del sector empresarial insistieron en que el objetivo para esta temporada turística marcada por el Covid-19 es impulsar el turismo de calidad y familiar, en detrimento del de «fiesta».

Según algunos representantes del sector del alojamiento, este año se deberá ser selectivo con la llegada de clientes y la apertura de establecimientos, y una imagen de la que se quiere huir es la de los jóvenes en grupos ocupando las calles de algunas zonas de las islas y con evidentes signos de haber consumido alcohol.