El cáncer de mama de Susana Ribas no tiene cura. Así se lo dijeron los médicos hace unos tres años y así lo dice ella, vocal de la Asociación de Cáncer de Mama Metastásico, y comisaria de la muestra que, con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer de Mama (19 de octubre) se inaugura hoy a las ocho de la tarde en el Club Diario de Ibiza. En ella participan un total de 27 artistas, todas mujeres, a las que la asociación pidió «una mirada» sobre el cáncer. «Todas dijeron que sí», comenta Ribas, que confiesa que, aunque estudió Historia del Arte, ésta es la primera vez que ha podido ejercer para aquello para lo que se formó. Es una de las cosas que no había hecho nunca antes del cáncer.

«Cuando te dan el diagnóstico te quedas así, sin aliento», comenta Ribas pensando en el cuadro de Lol Malone: una mujer desnuda casi a tamaño natural que sale del agua para respirar. Es sólo una de las obras que se exponen en la sala hasta el próximo 31 de octubre.

A algunas cuesta encontrarles la relación con el cáncer de mama. Otras, en cambio, no hace falta mirarlas dos veces para entenderlas. Una de las más impactantes es una fotografía de Aisha Bonet. Muestra el torso de una mujer madura. La piel curtida. Los dos pechos operados de cáncer de mama. Las cicatrices los cruzan. Entre sus brazos, un recién nacido. Otra de las más explícitas es la instalación de Elena Beni, un árbol del que cuelgan moldes de pechos de otras mujeres. «Te doy mi mama», se lee en el reverso junto a la fecha, el nombre de la donante, una definición y la firma. En otra fotografía, de Rbk Reyes, una joven sostiene una rosa. Ésta le cubre el pecho y, justo al lado, en la cara interna del brazo, se ve otra rosa tatuada en cuyo tallo se puede leer «mamá». «Su madre murió de cáncer», explica Susana Ribas, que detalla que 24 de las 27 artistas que participan en la muestra les han cedido las obras, que la asociación venderá para recaudar dinero para dedicarlo a investigación.

«La investigación es nuestra única salida», señala la delegada de la asociación en las Pitiusas, que explica que el cáncer metastásico «no tiene cura». «De momento», apostilla Susana Ribas, que señala que la esperanza de vida de las enfermas es de cinco años. «Te ponen un tratamiento, pero al cabo de unos meses, un año como mucho, deja de funcionar, así que los médicos buscan otras líneas, pero éstas son limitadas, así que sólo quedan los ensayos clínicos», explica Ribas, que confiesa que ella, ahora mismo, no está en ninguno porque no cumplía los requisitos necesarios para el último al que optó. «Sólo el 6% del dinero que se dedica a la investigación del cáncer se centra en el cáncer de mama metastásico. Si nuestro futuro depende de eso...», reflexiona la comisaria de la muestra, a la que el diagnóstico le vino prácticamente de golpe. Primero le encontraron «un bultito en el pecho» y, luego, parecía que dos. Le hicieron una mastectomía, le reconstruyeron el pecho y aunque parecía que estaba «muy localizado», le encontraron «cuatro tumores y trece ganglios afectados». Antes de comenzar con la quimioterapia, en un pet-tac, vieron que tenía metástasis en el hígado. Por todo eso pasó en apenas seis meses. «De agosto a enero».

Búsqueda de supervivientes

Búsqueda de supervivientes

Fue entonces, en esos momentos «tan duros», cuando vio que la esperanza de vida de estas enfermas era, de media de cinco años. «No puede ser», se repitió. Así que se metió en Internet con un objetivo: buscar a una mujer que llevara seis años viva tras el diagnóstico. En esa búsqueda se topó con un grupo de Facebook de afectadas que estaban en la misma situación que ella: mujeres con cáncer de mama metastásico en búsqueda de esperanza. «Era un grupo cerrado», matiza.

Ese grupo fue el germen de la asociación, que lleva un año y medio en marcha con tres objetivos: dar visibilidad a las mujeres que sufren cáncer de mama y que no se curan, apoyar a las enfermas y recaudar dinero para la investigación. De hecho, su lema es «más investigación para más vida». El proyecto al que destinarán el dinero recaudado con la exposición es Cronos Hope, del grupo Solti, liderado por el doctor Aleix Prat y que pretende «dar tiempo de vida y esperanza a las pacientes de cáncer de mama metastásico».

Precisamente esa vida que sigue al diagnóstico es «complicada». «Una montaña rusa», indica Ribas, para quien la psicooncóloga se convirtió en un puntal «fundamental». Recuerda que mucha gente le decía que debía ser positiva, pero... ¿cómo serlo cuando el médico te ha dicho que tienes una enfermedad de la que no te vas a curar y que, con toda seguridad, precipita tu final? Ella recuerda siempre la frase que le dijo la psicooncóloga: «Todos vamos a morir, la diferencia es que tú ahora eres consciente».

Susana Ribas asegura que padecer cáncer de mama metastásico le ha enseñado, aunque haya sido a la fuerza, a dejarse «de tonterías», a disfrutar de la vida, de los amigos y la familia y hasta a relativizarlo todo, incluso aspectos del cáncer como la caída del pelo o la reconstrucción de la mama. «Nosotras jugamos en otra liga», justifica, con ironía, Ribas, que explica que formar parte de la asociación le ha ayudado a sobrellevar el día a día. A estar ocupada y no darle demasiadas vueltas a la cabeza ahora que, debido a la enfermedad, no puede trabajar: «Te dan la incapacidad, tienes que seguir muchos tratamientos que tienen efectos secundarios y, además, con el paso del tiempo no es que vayas, precisamente, a mejor». Ribas explica que la asociación ocupa las horas que antes llenaba el trabajo y le ayuda, además, a sentir que aún es «útil a la sociedad» organizando eventos para facilitar la investigación del cáncer de mama metastásico. Como la exposición que se inaugura esta tarde y que le ha permitido sacarse «la espinita» de dedicarse al mundo el arte. Con la muestra, además de recaudar dinero, quiere ofrecer otra mirada sobre el cáncer de mama. Una enfermedad en la que «no todo es rosa», de la que no todo el mundo se cura y que aún hoy mata a muchas mujeres.