Tras pasar el impacto inicial y después del primer cateterismo de Erik, Esther Rojano necesitó «ayuda de otras madres». A través de las redes sociales entró en contacto con algunas y encontró ese apoyo buscado. «Empezamos a crear un grupo muy bonito», explica.

Precisamente por redes se le planteó colaborar en el primer libro de la Asociación de Cardiopatías Congénitas CorAll Barcelona, pero no era su momento. Fue en el tercero -que se presentó el pasado día 9-, en el que se animó a participar.

El dinero que se recauda de la venta de los libros -que pueden adquirirse por Internet- se destina a traer «niños del tercer mundo» para ser operados de cardiopatías congénitas en el Centro Internacional Cor Barcelona, en el hospital Quirón Dexeus. En el último, aparece la historia de algunos de ellos.