Entre 160 y 170 niños con cardiopatías congénitas están en seguimiento

«Una cardiopatía engloba cualquier enfermedad que afecta al corazón», explica el pediatra responsable de la consulta de Cardiopediatría, Juan Antonio Costa. Detalla que, dentro de éstas, se encuentran las cardiopatías congénitas, que son defectos o malformaciones en las estructuras del corazón con las que el paciente nace. «Aunque a veces no se detecten hasta pasados años», puntualiza.

Según Costa, se estima que estas cardiopatías congénitas afectan a entre seis y ocho de cada mil recién nacidos, mientras que si se amplía hasta los 16 años, la prevalencia es de 12,5 por cada mil. «Eso es debido a que en muchos casos son leves y se detectan cuando el niño es más mayor», puntualiza.

Aunque en estos momentos hay entre 160 y 170 niños con cardiopatías congénitas en seguimiento, Costa afirma que ven a «muchos más a lo largo de los meses». «Hacemos unas 500 primeras visitas al año, lo que supone unas 250 ecocardios al año -apostilla que necesitan un aparato nuevo- y un 25% de la actividad de Pediatría», detalla y explica que, antes de que en el año 2009 se creara esta consulta especializada en el Hospital Can Misses, era necesario derivar a los pacientes al hospital de Son Espases para obtener un diagnóstico.

«Pero, afortunadamente, la gran mayoría de estas visitas son motivadas por soplos, niños que se cansan o que tienen dolores torácicos, pero que no tienen ningún problema estructural [en el corazón] y se pueden dar de alta», explica.

Costa indica que hay muchos tipos distintos de cardiopatías congénitas. «Actualmente las más frecuentes son la comunicación interventricular, comunicación interauricular, persistencia del ductus arterioso y la estenosis pulmonar», detalla y agrega que hay otras «mucho más complejas y afortunadamente menos frecuentes».

Sobre sus causas, apunta a que es «multifactorial»: «Puede haber factores ambientales, factores genéticos... En cualquier caso, la transmisión es poligénica y la herencia es escasa».

Diagnóstico prenatal

El pediatra señala que durante el embarazo se busca la presencia de cardiopatías congénitas y asegura que, en «la gran mayoría» de casos en que son severas, el diagnóstico de las mismas es prenatal. «En 2018 hubo ocho gestantes en las que se detectó una cardiopatía congénita grave», apunta y señala que cuatro decidieron interrumpir voluntariamente el embarazo. «En dos de los casos, el feto aparte de la cardiopatía tenía alternaciones genéticas muy severas», apostilla.

Cuando dichas cardiopatías se detectan antes de que el bebé nazca y si se prevé que necesitará «cirugía o una intervención por cateterismo en las primeras etapas del nacimiento», se contacta con «un hospital de tercer nivel» y el parto se programa allí directamente. Si la patología no requiere tratamiento inmediato, los bebés nacen aquí, se les controla y luego se les deriva para la intervención programada. Y en los casos en los que la cardiopatía congénita se detecta tras el nacimiento, se deriva a posteriori.

En este sentido, Costa comenta que en Balears no hay cirugía ni cateterismo cardiacos infantil y señala que trabajan con los hospitales Sant Joan de Déu y Vall d'Hebron de Barcelona. «Como los casos son pocos es importante concentrarles también en pocos centros. Yo creo que es un error, en patologías tan complejas y severas, repartir pocos casos en muchos centros», opina y agrega que en Ibiza se hace el seguimiento de los pacientes. «Si es una cardiopatía muy compleja, sobre todo si ha habido cirugía, lo que hacemos es un seguimiento coordinado con ellos», afirma y añade que en general, lo hacen aquí «exclusivamente».

El pediatra resalta que, en la mayoría de pacientes, el seguimiento es de por vida y pone el acento en tenerlo presente aunque parezca que no hay síntomas. Eso sí, resalta que, excepto en casos más severos que «tienen ciertas limitaciones», los niños con cardiopatías congénitas tienen «un nivel de vida comparable al de cualquier otro».