El GEN afirma que en Ibiza «las leyes se hacen a medida de los empresarios turísticos»

La falta de decisión y coraje de las instituciones políticas para acotar el ocio nocturno y evitar que perjudique el bienestar general fue la principal queja expresada ayer por la noche durante el debate que la plataforma Prou! celebró en el Centro Cultural de Jesús para abordar este tipo de turismo. La portavoz del colectivo y moderadora del coloquio, Neus Escandell, así como la enfermera del Centro de Salud de Sant Antoni Matilde Martínez y la dirigente del Grup d'Estudis de la Naturalesa (GEN), Neus Prats, exigieron a los políticos que ejerzan sus funciones. «En Ibiza, el poder económico manda sobre el poder político», afirmó Martínez, mientras que Neus Prats dijo que «las leyes se hacen a medida de los empresarios turísticos», cosa que negaron tanto los concejales de Sant Josep y Santa Eulària, Ángel Luis Guerrero y Carmen Ferrer, como el director insular de Turismo, Vicent Torres Ferrer.

Durante el coloquio permaneció vacía la silla reservada para la Asociación del Ocio de Ibiza, puesto que, según explicó la moderadora, «después de un mes de ir detrás de ellos», su abogado, el político socialista José María Costa, les ha informado de que su principal dirigente «ya no está en la isla y los cuatro que quedan no hablan ni castellano ni ibicenco».

Tanto la primera teniente de alcalde de Santa Eulària como su homólogo de Sant Josep coincidieron en afirmar que «las leyes no se hacen en favor de unos o de otros, pero se han de hacer cumplir». Y para demostrar las mejoras producidas en los últimos años Ferrer citó la prohibición de los after-hours aprobada hace unos diez años. «Que las playas se usen como discotecas no es lo que corresponde. La base está en el equilibrio», afirmó la concejala.

Ángel Luis Guerrero, por su parte, admitió: «A veces, a los políticos nos da la sensación de que vamos a remolque de los empresarios, porque van inventando cosas que aún no están reguladas». Pese a ello, destacó que «la normativa de los aforos no le ha hecho ninguna gracia al sector», prueba de que «sí se están haciendo cosas».

El director insular de Turismo, Vicent Torres, fue el blanco principal de las críticas de Neus Prats, que le reprochó su rechazo a la prohibición del alcohol en los hoteles de 'todo incluido'. «Resulta que en Mallorca preparan una ley acertadísima para controlar el tema del alcohol en estos hoteles y ¿qué hacen las autoridades ibicencas? Pedir que aquí no se aplique esa ley. Es una vergüenza», afirmó.

Torres, por otra parte, recordó la falta de medios que padecen las administraciones para hacer aplicar las leyes turísticas, de lo que culpó al anterior ministro Cristóbal Montoro, y apuntó a «los grandes equipos de abogados» que tienen las empresas para combatir los expedientes sancionadores que se les abren.

«El camino a seguir»

«El camino a seguir»

Para el director insular, el principal problema reside «en las malas praxis y en el intrusismo que hay en el mundo del ocio». También dijo que «es en el Parlament donde debe establecerse cómo controlar las actividades no adecuadas» y aludió asimismo al papel de los ayuntamientos. En esta línea, citó las normativas impulsadas por los consistorios de Sant Josep y de Sant Antoni: «Ese es el camino que hay que seguir, tomando decisiones valientes», afirmó.

La dirigente ecologista Neus Prats dijo que «los intereses económicos son legítimos, pero ahora ya se están expandiendo de tal forma que chocan con los derechos de las personas». «Para poder convivir intereses y derechos, debería haber autoridades responsables, pero en Ibiza no las hay, pues sólo hay títeres en manos de los lobbys que mandan. En Ibiza, no es lo mismo mandar que gobernar. Unos gobiernan, pero mandan otros», afirmó.

En parecidos términos se expresó la enfermera de Urgencias de Sant Antoni Matilde Martínez, que tras describir sus experiencias personales en ese «almacén de borrachos» en que se convierte en verano el Centro de Salud, aseguró: «El poder económico manda sobre el poder político en Ibiza». Martínez dijo que «para que unos pocos empresarios del West End se llenen los bolsillos, se están usando ambulancias públicas y personal sanitario público para quitar de en medio a simples borrachos, mientras los pacientes de verdad ven entorpecida su asistencia por este motivo».