Algunas empresas pitiusas «ya están dando vacaciones a sus empleados porque no hay tanto trabajo como se esperaban antes de que empezara la temporada», asegura Fernando Fernández, secretario general del sindicato UGT. No las dan enteras, sino por partes: «Cuando se firmó el último convenio, una de las cláusulas incluía la posibilidad de que ante cualquier bajón del negocio se pudiera dar parte de las vacaciones», señala.

Y eso es lo que está ocurriendo: «Al cambiar de temporada baja a la alta, al haber una subida de precios, la ocupación ha bajado. De ahí que algunos establecimientos hayan dado ya vacaciones a sus empleados. Pero no es generalizado», indica.

Miedo al robo de trabajadores

Fernández explica que el elevado incremento de fijos discontinuos que se está produciendo este año se debe, sobre todo, «al miedo de las empresas a que les roben los trabajadores. De esa manera dan un poco de estabilidad a sus plantillas». En ese sentido, cree que la falta de mano de obra, debido tanto al encarecimiento de la vivienda como al resurgir de otras regiones de España, ha tenido efectos beneficiosos: «No se ha abusado tanto de los contratos eventuales. A muchos, nada más comenzar la temporada, ya les hicieron fijos discontinuos».

Pero Consuelo López, secretaria de organización de CCOO, cree que «las plantillas siguen siendo escasas. No hay suficientes trabajadores para la demanda existente, de manera que los que hay se cargan de trabajo, y no siempre se compensa eso económicamente».

López afirma que «no hay trabajadores cualificados disponibles en la isla. Los empresarios los quieren contratar, pero no los encuentran. Ese es el mantra actual». Una hotelera de Platja d'en Bossa confirma esa situación: «Este año no es que no haya vivienda para los trabajadores, es que no hay ni trabajadores».

El principal problema laboral de Ibiza es, a juicio de la sindicalista de Comisiones Obreras, «la precariedad y la poca dignificación», y pone un ejemplo: «Ayer, por primera vez en mi vida, me llegó un hombre al que su jefe le había entregado un papel, para que lo firmara, donde le pedía que trabajara gratis porque no le van la cosas bien. Ha tenido esa desfachatez: que trabaje un mes sin cobrar». Ese empresario regenta un negocio de restauración en Ibiza.