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Crisis

Un empresario arruinado y enfermo pierde su casa de Ibiza en un desahucio

Juan Manuel Periche, de 63 años, que llegó a tener en Ibiza una compañía con 635 empleados, pierde su casa en es Viver

Un empresario arruinado y enfermo pierde su casa de Ibiza en un desahucioVICENT MARÍ

Juan Manuel Periche (Jaén, 1955) padece la enfermedad de Parkinson y ayer por la mañana apenas podía andar. «Si esta noche hubiera dormido, ahora estaría bien, pero me he pasado la noche en blanco, limpiando la casa, porque no quiero que nadie hable mal de mí», explica mientras se dirige a la vivienda del barrio de es Viver en la que ha vivido los últimos 20 años, un triplex que ayer dejó de ser suyo.

La hora límite marcada por el juzgado para salir de la casa eran las doce del mediodía, pero dice que decidió salir antes, cuando llegó el nuevo propietario, al que entregó las llaves, un empresario que adquirió la casa a través de una subasta.

«En 2006, durante los años de construcción de las autopistas del aeropuerto y de Sant Antoni, llegué a tener 635 empleados en mi compañía», recuerda Periche. «Mi empresa se llamaba Construcciones y Proyectos Lirmo S.L. y trabajamos haciendo las autopistas, pero en 2008 explotó la burbuja y me pilló con dos pagarés sin fondos», relata. «Soy una víctima de la crisis y del abuso de las contratas», resume Periche.

«Llegó el mes de diciembre de 2008 y tenía que pagar el finiquito de los trabajadores, el sueldo del mes y la paga de Navidad y me vi con dos alternativas: o pagar a Hacienda o pagar a los trabajadores, y decidí pagar a los empleados», rememora.

La deuda con Hacienda fue aumentando con los intereses («llegó al millón de euros», dice Periche), así que la Agencia Tributaria expropió la vivienda y la sacó a subasta hace dos años. La compró el nuevo propietario, que inició el proceso de desahucio que concluyó ayer.

Ayuda de Cáritas

Ayuda de Cáritas

«La casa la ha comprado por 220.000 euros un señor extranjero que es multimillonario y que tiene varias tiendas en Ibiza y que dice que la quiere para su familia y sus empleados», relata Periche, que ayer por la mañana aún no sabía dónde iba a pasar su primera noche como desahuciado.

«He quedado en hablar con Cáritas para que me ayuden a buscar a una solución». «El problema es que Ibiza se ha vuelto imposible, se está abusando de la necesidad de la gente y es imposible pagar una habitación», lamenta este exempresario caído en desgracia.

Periche quiere aprovechar este momento para «romper una lanza en favor de las personas que no encuentran vivienda en la isla y tienen que dormir en un coche o en cualquier sitio, y muchos otros que se tienen que marchar pese a tener trabajo».

La pérdida de la casa ha incrementado los síntomas de su dolencia. Tropieza constantemente y apenas puede andar. «Necesito ir a la piscina todos los días porque me sirve de mucha ayuda y me permite seguir adelante», concluye.

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