Ada Graciela Benítez murió asesinada a manos de Julio Ernesto Martínez, su expareja, el 17 de septiembre de 2016. Éste la esperó en su casa, que ella compartía con su hermano y su cuñada, en el barrio de es Pratet, en Vila. Cuando ella llegó alrededor de la medianoche, le propinó varias cuchilladas que acabaron con su vida. Fue la cuñada de Ada quien, a las cuatro de la madrugada, encontró el cadáver y dio la voz de alarma.

Tras cometer el crimen, el hombre, de 26 años, abandonó el piso dejando rastros de sangre por el portal. En un parque cercano a la vivienda se deshizo del cuchillo con el que había cometido el crimen, que los agentes de la Policía Nacional encontraron ya por la mañana.

Tras el asesinato, Martínez, con quien Ada había convivido un año y medio, cogió su coche y se marchó de la ciudad. La Policía Judicial de la Guardia Civil encontró el vehículo horas después en la zona de Cala d'Hort. Según explicaron en su momento, el coche tenía abierta la puerta del maletero y el motor estaba al ralentí, por lo que los agentes emprendieron la búsqueda del hombre por los alrededores. Los equipos de montaña rastrearon los acantilados y un helicóptero sobrevoló la zona hasta que, finalmente, divisaron el cadáver del hombre al pie del mirados de es Vedrà. Todo apuntaba a que el asesino se lanzó al vacío.