El Ayuntamiento de Sant Josep ha impuesto multas que suman 20.000 euros al restaurante de Cala Molí por organizar dos fiestas ilegales el año pasado, informaron ayer desde el Consistorio. Añadieron que en ambos casos se trató eventos de «gran formato», que no contaban con autorización municipal, y para los cuales se utilizaron equipos de música profesionales, lo que causó importantes molestias a causa del ruido.

Este restaurante lo ha gestionado durante años una familia de Sant Josep. Desde el año pasado lo tiene alquilado una empresa que, al parecer, lo subarrienda en ocasiones para realizar fiestas, tal y como demuestran las multas impuestas por el Ayuntamiento el año pasado.

En las dos últimas semanas, en las redes sociales, se han publicado numerosas quejas por el ruido que genera este mismo restaurante de Cala Molí. La concejala de Gobernación de Sant Josep, Paquita Ribas, informó ayer de que, por el momento, no se ha recibido ninguna queja o denuncia de forma oficial. También en las últimas semanas se han publicado algunos vídeos en las redes sociales en el que resulta evidente el exceso de ruido generado por el establecimiento, lo cual causa molestias a los bañistas y a los turistas y residentes de las viviendas de la zona.

Altavoces y tres barras

La primera de las multas impuestas por Sant Josep a este restaurante se corresponde con una fiesta celebrada el 18 de junio del año pasado. La Policía Local comprobó que el local había habilitado un set para un pinchadiscos que incluía grandes altavoces, una zona de baile, tres barras de bar, un servicio de aparcacoches y un control de accesos.

Los agentes locales, precisó el Ayuntamiento, denunciaron al establecimiento por una infracción al artículo 104.2 de la Ley 6/2018 de Actividades, motivo por el que se abrió un expediente administrativo que, finalmente, ha desembocado en una sanción de 10.000 euros.

Algo más de un mes después, el 22 de julio, la Policía Local de Sant Josep intervino de nuevo porque este mismo establecimiento estaba celebrando otra fiesta de características similares a la anterior, e igualmente sin contar con ningún tipo de autorización. Los agentes interpusieron una nueva denuncia y se abrió otro expediente, que también concluyó con una sanción de 10.000 euros.

Por otra parte, el Ayuntamiento de Sant Josep también informó ayer de que la Policía Local frustró este sábado la celebración de una fiesta ilegal en la zona de es Cubells.

Cruce de caminos

Tras recibir una denuncia vecinal, los policías se trasladaron al lugar en el que se estaba celebrando la fiesta. Acudieron acompañados de un agente de Medio Ambiente, destacó el Consistorio. En un cruce de caminos se encontraron con una edificación en ruinas donde se había cortado el paso con un candado y se había habilitado un espacio para que aparcaran vehículos.

Los agentes inspeccionaron la zona y descubrieron que los organizadores de la fiesta habían instalado dos carpas. En ese momento, señaló Sant Josep, una quincena de personas estaban preparando una fiesta. Estaban manipulando unos altavoces y colocando una mesa de mezclas y otros accesorios.

Una vez que vieron a los agentes, las personas que estaban haciendo los preparativos para la fiesta empezaron a desmontar el tinglado, dijeron desde el Ayuntamiento. Explicaron a los policías locales que había sido una simple reunión de amigos y que ya había acabado, por lo que estaban recogiendo.

Los agentes municipales advirtieron al responsable del evento acerca de la prohibición de «este tipo de fiestas ilegales» y el agente de Medio Ambiente también les informó sobre las graves consecuencias de un posible incendio en un zona boscosa.