Mucho trabajo fuera de su horario laboral. Ganas, risas, motivación e ilusión. Pero muchas horas una vez acabada su jornada. Es lo que hay detrás del Premi Ramon Llull que el Govern balear ha concedido a la Unidad de Seguridad del Paciente (USP) del Área de Salud de Ibiza y Formentera. Hace apenas cinco años que la jefa de la UCI del hospital Can Misses, Paz Merino, puso en marcha este equipo en el que están implicados, de forma directa, cerca de 30 profesionales del Área de Salud. Todos ellos destinados a una labor: garantizar la seguridad de los pacientes. Varias certificaciones de calidad ponen de manifiesto el trabajo que han desempeñado.

Lo que más se ve de la unidad son las campañas que realizan de forma regular (lavado de manos, pulsera identificativa, prescripción prudente de medicamentos...), sobre todo aquellas que difunden a través de las redes sociales y, especialmente, los vídeos. Con uno de ellos (¿Has hecho P.I.S.?) hicieron reír hasta la carcajada a la consellera balear de Salut, Patricia Gómez, en una apabullante presentación de su trabajo a la que, están convencidos, deben buena parte del premio que recogerán esta noche en Mallorca.

Todos los integrantes de la unidad (hay médicos, enfermeros, farmacéuticos, celadores, documentalistas, periodistas, técnicos...) van siempre con los ojos muy abiertos. Su objetivo es detectar cualquier riesgo que pueda hacer peligrar la vida o el bienestar del paciente. Cuentan con un sistema de notificación para alertar tanto de los errores cometidos como de los que pueden cometerse fácilmente si no se adoptan medidas para evitarlo. Sin culpas. Se trata de saber qué ha pasado, por qué y cómo evitar que vuelva a ocurrir, no de acusar a nadie. Este último es un aspecto que, en ocasiones, les cuesta hacer entender a sus compañeros, confiesan. De hecho, por esto están trabajando ahora en la necesidad de atender a la «segunda víctima», el profesional que comete el error.

A pesar de esto, el número de notificaciones se ha disparado en los últimos dos años: 116 en 2015, 328 en 2015 y 456 el año pasado. «Lo que sabemos es sólo la punta del iceberg», afirma la coordinadora de la USP, que desde siempre ha defendido que la seguridad de los pacientes no depende sólo de los profesionales sanitarios, sino de que los propios usuarios y sus familiares se responsabilicen de ella. Por eso uno de los últimos pasos que han dado ha sido implicar en ella a los adolescentes de la isla.

«El equipo va solo», afirma Merino, orgullosa. Pero su equipo lo niega. «¡Es ella! ¡Es ella!», responden. «Empezamos muy poquitos, pero la cultura de seguridad del paciente ha ido creciendo», recuerda Merino, que hace hincapié en que detrás de lo que se ve hay mucha burocracia y muchas auditorías que superar cada año y también destaca el trabajo que realizan todos los profesionales para que la unidad funcione: reuniones, rodajes, cursos de formación, talleres, conferencias... «El premio es un reconocimiento a todo ese trabajo que realizan fuera de su jornada laboral, de forma altruista, sin ninguna compensación», indica Merino.