Las personas que intervinieron en el acto de anoche destacaron el contraste que supone el hecho de que «cuanto más dinero hay en la isla, menos bienestar hay en ella», debido a la destrucción de los recursos ambientales, las molestias que genera la «masificación» turística y la «impunidad» de determinadas empresas, «a las que les dan risa las multas que les ponen, siempre al final de la temporada», indicaron. «Hay que poner límites a la creación de nuevas plazas turísticas y a la entrada de más coches», dijo Neus Escandell. Vicent Planells, por su parte, hizo hincapié en que el nuevo movimiento «no es un partido político ni quiere serlo». Por el contrario, animó a todos los ibicencos «sean de la tendencia que sean, y tanto si han nacido aquí como si no», a sumarse a este proyecto, que trabajará en los campos de la denuncia pública, la movilización social, la acción directa y todos aquellos frentes necesarios para poner de manifiesto «que no se puede seguir así». También abogaron por un turismo «respetuoso», dado que «el turismo de alto poder adquisitivo no necesariamente es de calidad», señaló Agustín García. Sandra Serra destacó la vocación pacífica de las acciones que se realicen. «Está claro que con violencia no conseguiríamos nada», señaló.