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Cruz Roja

Voluntarios al servicio del medio ambiente

Los equipos de vigilancia ambiental de Cruz Roja recorren Cala Jondal durante dos semanas para sensibilizar sobre el respeto al medio ambiente

Voluntarios al servicio del medio ambientePau Ferragut

Romy Ribas es un voluntario de la Cruz Roja que forma parte del equipo de vigilancia ambiental del litoral, que recorre las playas de Ibiza informando sobre la normativa y valores ambientales a las personas que están en la costa.

Ribas a pie, y Arantxa Guasch y Silvio Graioni en kayak estuvieron, durante aproximadamente tres horas en Cala Jondal, concienciando a bañistas y ocupantes de embarcaciones sobre la posidonia y la importancia de mantener limpias las playas.

«La posidonia es el motor de nuestra economía. Si no fuera por ella, las playas de Ibiza, tal y como las conocemos, no existirían», argumenta Ribas, que trabaja como perito de seguros y saca tiempo para colaborar con la Cruz Roja. Dar información sobre esta planta y recalcar la importancia que tiene para el ecosistema de Balears es una de las labores principales de estos voluntarios, especialmente de los que van por mar.

Estos se acercan a todas las embarcaciones, y alertan a las que están fondeadas en posidonia. «La mayoría de los barcos que echan el ancla sobre esta planta lo hacen por desconocimiento», explica el voluntario, por eso es tan importante su labor. «Nosotros no podemos ni queremos denunciarles, solo intentamos convencerles de la importancia de cuidar el ecosistema», prosigue.

Una labor que surte efecto

Su labor parece que surte efecto. En un día, ocho embarcaciones fondearon en otro lugar cuando los voluntarios de vigilancia ambiental les dijeron que estaban sobre posidonia. Éstos, que están en Cala Jondal desde el 5 de agosto y estarán hasta el día 23, han notado que la gente va tomando conciencia -«el uniforme de la Cruz Roja se hace respetar»- aunque consideran que todavía queda gente «incívica».

Para todos aquellos que no sepan reconocer esta planta endémica del Mediterráneo, un buen indicativo es el color del mar. Si el fondo es oscuro, según Ribas, en el 90% de las ocasiones es posidonia.

Un total de 23 voluntarios están participando en esta campaña, que suele hacer servicios mañana y tarde en equipos de tres personas. En el caso de Cala Jondal algunos días solo se pudo hacer uno por la falta de voluntarios en agosto.

El proyecto, que se está efectuando en todas las Balears por tercer año consecutivo desde mediados de julio apoyado por la fundación Biodiversidad y GEN-GOB, junto con la asociación de voluntarios de Ibiza, ya se ha realizado en Eivissa en la playa de Talamanca y en Porroig. Se han escogido estos lugares porque son zonas donde hay mucha posidonia y gran afluencia de barcos y bañistas.

Las próximas actuaciones serán en Pou des Lleó y en Formentera, en Cala Saona y es Pujols, en septiembre. Estos sitios fueron recomendados por el GEN-GOB como lugares de alto valor ecológico y que soportan una gran presión en cuanto a embarcaciones.

Mucha paciencia

Ribas, vestido de arriba a abajo de la Cruz Roja, incluida su gorra y su mochila, se acerca a grupos de personas que toman el sol en la orilla, especialmente a los que están fumando. Monta uno de los ceniceros ecológicos de cartón que tiene para repartir a los bañistas, y se lo ofrece a una mujer con un cigarrillo en la mano.

En ese momento el voluntario comienza la labor de concienciación sobre la importancia de mantener limpias las playas e insiste en lo altamente contaminantes que son las colillas para el medio ambiente, que pueden tardar una década en descomponerse. Además ofrece un díptico de información sobre la posidonia, su conservación y fondeos, elaborados por el Consell de Eivissa en español, catalán e inglés.

Ribas también lleva bolsas de basura en su mochila para la recogida de residuos de las playas, otra de sus labores en esta campaña. Se centra en pequeños desperdicios como cigarrillos, plásticos, cuerdas o botellas, que muchas veces son difíciles de localizar y tiene que buscar bajo la arena.

Menos voluntarios en agosto

La labor de sensibilización no es tarea fácil, además de invertir muchas horas durante varios días, Ribas declara que «se necesita mucha paciencia». Ahora en agosto incluso tienen que hacer algún turno doble porque hay menos voluntarios.

Romy Ribas anima a todo el mundo que quiera colaborar a inscribirse en la Cruz Roja, porque siempre hace falta gente, sobre todo en verano. Insiste, además, en que toda ayuda, por poca que parezca, es agradecida y supone una gran diferencia. «¿Que nos pueden ofrecer 30 minutos de su tiempo? Siempre será bienvenido», indica.

Una vez termina la jornada en las playas de Ibiza, el equipo de tres voluntarios se reúne y hacen un informe del número de embarcaciones que han visitado, las que han cambiado de lugar de fondeo, reacciones, fauna muerta, número de ceniceros entregados, residuos recogidos y personas con las que han hablado, para hacer balance de este proyecto. Estos resultados se conocerán cuando termine la campaña.

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