La protección de la posidonia de Ibiza y Formentera no parece ser una prioridad para el Govern balear, según se desprende de sus reiterados anuncios -reiteradamente incumplidos- de aprobar un decreto específico para proteger las praderas de posidonia. La directora general de Espacios Naturales, Caterina Amengual, anunció hace ahora exactamente un año la aprobación «cuanto antes» de un decreto para proteger toda la posidonia de las Pitiusas y no sólo la que está en zonas declaradas Lugar de Interés Comunitario (LIC). Amengual dijo que entonces sólo tenían un borrador «porque el anterior equipo del PP no inició ninguna tramitación». Un año después, tampoco el Govern progresista ha empezado su desarrollo, pese a su evidente urgencia.

Amengual matizó sin embargo que la falta de medios y personal en su departamento condicionaban el trabajo en esta y otras materias.

«Tenemos que dar el mensaje de que la posidonia nos da buenas playas, que destruirla es muy fácil y que su crecimiento es muy lento», señaló entonces la directora general.

Ante esta situación, y en vista de un retraso que temían los ecologistas del GEN, este grupo solicitó hace meses que, con carácter provisional, el Govern adopte una regulación de las aguas interiores, que son de su competencia, para establecer medidas transitorias mientras no llega este decreto sobre la posidonia.

El GEN afirma entender la complejidad del proceso, pero considera que el Govern dispone de herramientas legales para tomar medidas que preserven provisionalmente el litoral donde se encuentra la posidonia que, según recuerda la entidad, está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.