La capacidad de Ibiza para venderlo todo no tiene límites. Después de haber puesto en el mercado hasta el último palmo de terreno de la isla, toca ahora el turno al espacio marítimo y aéreo, que también se vende previamente envasado en lata o en botella, según el caso.

Un residente italiano en Sant Jordi, que explota una heladería en dicha localidad, acaba de poner a la venta unas latas que contienen «aire de Ibiza» y que se venden a precios que oscilan en torno a los 3,90 euros. Ha empezado a distribuir tan singular producto hace un par de meses y ya se vende en diversos negocios y locales de conocidos suyos.

«Mi idea era poner al vacío una emoción, un recuerdo», afirma Gianluca Pomo, quien no duda en calificar su mercancía de «producto local». «Es una forma de conservar un instante puro, un recuerdo único, un detalle especial, un momento que no volverá», afirma el prospecto que acompaña a estas latas, ordenadas en un bonito expositor de cartón decorado con motivos geográficos y de aventura.

La lata no se puede abrir

Lo que sucede es que la lata no puede abrirse. Está herméticamente cerrada. Al preguntarle el motivo, responde: «Está hecho a propósito para que no se abra, porque, si no, la gente le da otra utilidad: le pone monedas, semillas... Se han fabricado cerradas para que el contenido no se vaya», explica. Y añade: «Si quieres abrirlo, es que no has entendido la idea. Si quieres abrir la lata, compra una de atún», aconseja.

Aunque poco a poco va distribuyéndose por la isla, su creador admite que «hay gente a la que no le gusta la idea, dicen que es una gilipollez y una tomadura de pelo». Pero estos juicios adversos no le desaniman: «Es una manera simpática, alegórica y divertida de llevarse un recuerdo de Ibiza», afirma Pomo, que ha sido guía turístico antes de montar su heladería.

La lata lleva inscrito en un lateral sus principales características: ‘Peso neto: 0 gramos’. ‘100% aire puro sin aditivos’.

Y también se vende el mar. Concretamente, la empresa de Alfonso Gómez -de padres peninsulares pero «engordado en Sant Mateu desde pequeño», según él mismo afirma- y sus familiares más inmediatos, esposa, hermana y cuñado, llevan ya un año con este curioso negocio al frente de la empresa Ibiza y Formentera Agua de Mar SL, que no sólo vende en comercios de las Pitiusas, sino que también exporta a la Península.

«Cinco años de papeleo nos costó montar la empresa», afirma Alfonso Gómez, quien se ha dedicado al mar durante toda su vida y ahora lo ha dejado para concentrarse únicamente en el negocio de las botellas con agua de mar que, según asegura, rinde beneficios como para pagar dos nóminas, la suya una de ellas.

Los responsables de la empresa destacan las virtudes terapéuticas del agua marina y los múltiples usos, también culinarios, que tiene esta materia prima inagotable y gratuita. «Una ingesta controlada de agua de mar mineraliza tu cuerpo y refuerza el sistema inmunológico», señala el gerente de la empresa, que cuenta con una elaborada web en www.ibizayformenteraaguademar.com. Allí figuran todos los usos de este líquido, los distintos envases en que se comercializa y todo tipo de información, que revela que se trata de una actividad comercial con bases científicas.

Agua filtrada y esterilizada

«No vamos a coger el agua a la playa, sino que vamos mar adentro, en zonas donde hay plancton marino, y a determinada profundidad extraemos la cantidad necesaria, porque no todo el agua del mar es igual», señala. Por las cualidades de sus aguas marinas, «Ibiza y Formentera son un lugar perfecto» para esta actividad, señala Gómez. El agua es filtrada y esterilizada antes de ser envasada.

El formato más pequeño es un botellín de 100 mililitros (más o menos la capacidad de un vaso) que se vende a cinco euros, «y sobre todo es para guiris, que se lo llevan de recuerdo». Sin embargo, en la tienda del aeropuerto se llega a vender a 10 euros, señaló Gómez.

La garrafa de 20 litros se vende a 20 euros y, en la Península, la botella de tres cuartos de litro va a 7,75 euros y el envase de 10 litros, a 14 euros.

Algo disgustado por el poco margen de beneficio que queda en la empresa después de lo que se lleva el distribuidor y la tienda, Alfonso Gómez anuncia que la próxima semana tiene previsto abrir una tienda en Sant Rafel dedicada a esta mercancía y otras asociadas.

Con un cierto orgullo, el gerente de Ibiza y Formentera Agua de Mar SL señala: «La verdad es que a nivel nacional se nos reconoce bastante». En toda España existen 16 marcas comerciales dedicadas a vender agua marina, pero Alfonso Gómez asegura que algunas de ellas «la sacan de la playa», sin demasiados miramientos.

El principal destino de sus exportaciones son Cataluña y Valencia, «donde están muy abiertos a las terapias naturales», señala.